SNTE vs SEPyC: hay tregua, pero no pacto. La mesa de diálogo no deja de ser un ring

Alejandro Sicairos
01 abril 2022

El propietario del estacionamiento de la plaza Cinépolis de Culiacán es el único que resultó beneficiado del plantón que durante un mes mantuvo la Sección 27 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en el edificio sede de la Secretaría de Educación Pública y Cultura del Gobierno de Sinaloa. Mientras a él se le hinchaban los bolsillos con el pago de maestros cuyos vehículos a veces llenaban por completo el aparcamiento privado, paradójicamente la pertinencia y calidad de la enseñanza se desinflaron por la actitud de líderes magisteriales habituados a defender los privilegios propios y no los de las niñas, niños y jóvenes en actividad escolar.

Porque el conflicto del SNTE con la SEPyC no está del todo concluido al pactarse la liberación de las oficinas de la Subsecretaría de Educación Básica, aún con todo el pesimismo reinante debe reconocerse la oportunidad que se le abre al diálogo. Valorarse en lo que realmente es, sin echar a vuelo las campanas. Al tratarse de una tregua sin que sea la solución definitiva al diferendo, la tensión persiste en maestros, alumnos y sus padres, que son rehenes de las cúpulas sindicales.

A reserva de conocer el desarrollo de este cese de hostilidades entre sindicato y gobierno, beneficio de la duda a otorgarse sólo porque gobierna en Sinaloa un partido distinto al PRI en el que las apetencias de poder bilaterales convivían placenteramente, puede anticiparse que la esencialidad de la educación rara vez rige en negociaciones como las acordadas entre Genaro Torrecillas, dirigente del SNTE 27, y Graciela Domínguez, titular de la SEPyC.

Este diálogo será en torno a cuestiones políticas únicamente como búsqueda de un primer acuerdo donde la bota de uno no esté encima del cuello del otro. A la medición de fuerzas que mostró al Gobernador Rubén Rocha Moya tratando de sanearle al sindicato de maestros los tejidos invadidos por el cáncer de la corrupción, y a cabecillas de la organización de docentes en el enésimo intento de esconder el carcinoma en vez de curarlo, le restan muchos episodios por ver y bastante perjuicios todavía para el sistema educativo estatal.

Falta años luz para que en vez de pausas que alargan las discordancias y sus efectos se alcance el definitivo pacto por la educación de calidad y prioridad en Sinaloa. Las diferencias de autoridades queriendo jalar al SNTE al árido páramo de la legalidad, y el sindicato persistente en quedarse en la verde estepa de las prerrogativas regadas con la impunidad, se reanudarán en cuanto recobre fuerza la parte atracadora de esta interminable historia.

Apoderados de la Plaza de los Valores del complejo administrativo de la SEPyC, donde por cierto lo de ínfimo valor fue el derecho de miles de sinaloenses a un futuro fincado en el saber y conocimiento, Genaro Torrecillas y sus huestes experimentan el agotamiento por un mes de lucha sin derroteros que merezcan la solidaridad de los sinaloenses. De igual manera, Graciela Domínguez debió cansarse del diálogo con sordos al que entró sin deberla ni temerla porque originalmente ella iba destinada a un cargo de menor complejidad en el Gabinete de Rocha Moya.

Las dos partes, por obvio desgaste, ocupan de la interrupción de hostilidades para rearmar estrategias. En el primer choque ninguna de las partes puede considerarse vencida o vencedora; simplemente les urge un respiro por la extenuación propia de las divergencias. En este punto el hecho de apostarle a un gran acuerdo por la buena educación significaría la mejor oda a la ingenuidad; si acaso se puede aspirar a la reconsideración de posturas que siente las bases para consensos de gran calado.

Es aconsejable moderar las expectativas en el conflicto entre dirigentes del sindicato de maestros y autoridades educativas. A nivel nacional el SNTE se salió del aro de la Cuarta Transformación y los cacicazgos siguen intactos con la impunidad concedida a Elba Esther Gordillo y la complicidad con Alfonso Cepeda Salas para que la organización magisterial cambie de dueño, pero no de marrullerías. En Sinaloa tampoco las cosas mejoraron pues allí está Daniel Amador Gaxiola poniéndole y quitándole candados a la educación según convenga a sus intereses y afines.

No hay ganador; hay enflaquecimiento por inanición en los motivos que el SNTE 27 esgrime para seguir con el secuestro de un segmento del inmueble de la SEPyC como símbolo ominoso de la escuela rehén, y hay indicios de rendición en la contraparte cuando restan varios elementos por clarificar y uno de ellos es la revisión que le hará la Auditoría Superior del Estado a tres fideicomisos de la otra sección del sindicato, la 53, manejados con opacidad.

Por estas y otras razones la mesa del diálogo que se instaló el miércoles para “construir una relación armónica y respetuosa velando siempre por los intereses superiores de la sociedad sinaloense”, empezará a crujir en cuanto el gobierno de Rocha dé los primeros golpes sobre ella para ajustar al SNTE a la 4T sinaloense, y el sindicato intente derrumbarla a patadas con tal de perpetuar sus modus vivendi y operandi en el sistema educativo estatal.

Reverso

Inicia otro round SEPyC vs SNTE,

Presenten sus apuestas señores:

Pelea Rocha con detergente,

Y Amador con ensuciadores.

Recordatorio a diputados

Hoy será instalado el segundo período ordinario de sesiones del primer año de ejercicio de la 64 Legislatura con una amplia agenda a desahogar. En el sector de los comunicadores mantenemos la confianza de que apruebe la iniciativa ciudadana de Ley de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas del Estado de Sinaloa presentada desde junio de 2019, mientras que (va un recado) los urbanistas plantean que se retome la propuesta de crear la Comisión Permanente de Seguridad Vial, Movilidad y Transportes del Estado, entregada al Congreso hace seis años. Ramón Palacios, líder en este tema, les recuerda a los diputados que Sinaloa tiene la tasa más alta del País en accidentes de tránsito con 8.8 muertes por cada 100 mil habitantes.