SÍNDROME PIRAMIDAL Y ACTIVIDAD FÍSICA
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Amigo lector de Noroeste, antes de iniciar con esta columna quiero advertirle sobre su salud y calidad vida, sabe que en los más obvio, es donde más fallamos, y también en lo que tomamos a la ligera o secundario al aumento de la incredulidad.
Veamos. En lo que respecta a la pandemia actual es suficiente ser preventivos y esto debemos tomarlo en serio, lávese las manos, tenga cuidado al toser o estornudar, esto siempre ha sido con las enfermedades respiratorias. Bueno, en este caso igual, pero con mayor cuidado, una vez que se haga inmune tendrá resistencia, pero mientras siga con las medidas preventivas.
A través de la historia hemos vivido deferentes calamidades, pero cuando se siguen protocolos de prevención siempre se ha vencido la enfermedad.
Veamos un hecho bíblico. Un centurión llamado Naman padecía de lepra, y supo de un profeta llamado Eliseo que tenía el don de la curación, y fue a visitarlo, y éste sólo le dijo que fuera al río Jordán y se metiere siete veces, a lo que Naman no creyó y dijo, “en mi tierra hay mejores ríos y más caudalosos, así que mejor vámonos”. Pero uno de sus hombres le dijo: “Jefe, si le hubiera indicado cosas caras le habría hecho caso”, a lo que contestó que sí, “bueno, entonces haga caso a lo que le indicó Eliseo”. Éste hizo caso y se fue al río y se metió siete veces y vio que su piel estaba limpia.
Con esto amigo lector de esta columna sólo nos dice que hay que hacer caso, y estaremos haciendo mucho por nuestra salud.
El síndrome piramidal es una afectación del músculo piriforme, éste está ubicado en la región de las nalgas, éste cuando se hace actividad física o se está sentado por largo tiempo, se puede sufrir de espasmo con lo que causa dolor en la zona de las nalgas. Al sufrir el músculo el espasmo o contracturarse puede irritar al nervio ciático, que está cerca, y causar dolor, entumecimiento y hormigueo a lo largo de la parte posterior de la pierna y en el pie.
Por esto la importancia de hacer el diagnóstico diferencial con la lesión del nervio ciático. También el músculo piramidal se puede dañar por posturas de mal sentado o aplastamiento del mismo.
El diagnóstico de síndrome piramidal se realiza por la clínica y complementarse con estudios de ultrasonido o resonancia magnética, para que una vez hecho el diagnóstico de certeza se dé el manejo adecuado, así como los cuidados que lleven a una buena evolución.
Tratamiento. El manejo de esta patología es a base de relajantes y antineuríticos, fisiatría, ejercicio como la natación, caminar, cuidados generales y lo principal, no tratar efectos sino la causa de la patología.
Bien amigo lector de esta columna, una recomendación: cuídese, cuide a la familia, las medidas son fáciles, si obedecemos el fin será halagador para su salud.