Sinaloa no tiene candidatos apóstoles

Alejandro Sicairos
14 junio 2020

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Para el pueblo bueno, políticos malos

 

Prevalece la idea equivocada de que los mejores políticos, si es que los hay, deben ser los candidatos a disputar la Gubernatura de Sinaloa por los distintos partidos, pasando por alto que la rentabilidad electoral se mide de otra manera. Más que un doctorado o detector de aptitudes para seleccionar a los pretensos, lo que se tiene es el parámetro tradicional que evalúa tres requisitos indispensables: tener dinero o amigos con dinero, ofrecer lealtad a los poderes fácticos y saber mentir para hacerles creer a los ciudadanos sus falsas buenas intenciones.
Resulta inexplicable que en el realismo rudo de la práctica política sobrevivan nociones románticas del deber ser de los eventuales perfiles. Al comenzar la cuantificación de positivos y negativos de aquellos a los que la vox populi menciona como pretendientes de las postulaciones a titular del Ejecutivo Estatal caemos en el mismo error de separar a los “inmaculados” de los impuros. Al tropezar de nuevo con la piedra de la candidez remarcamos el estatus de sociedad rudimentaria en lo que se refiere a la construcción de buenos gobiernos.
De hecho, no hay un solo aspirante a Gobernador de Sinaloa que esté pensando en rifárselo todo por el pueblo y construir un mandato social sin la injerencia de fuerzas visibles u ocultas de catadura sospechosa o malévola. Tampoco que se sepa a salvo de que le saquen los trapitos al sol. Si hubiera alguien, quien sea, que finque aspiraciones en la pureza ideológica y el ejercicio sin mácula del servicio público, que se postule mejor para ser elevado al culto de los altares.
Los sinaloenses ya estamos demasiados ariscos como para resbalar otra vez con las cáscaras de las ingenuidades. En las redes sociales tampoco el libertinaje de la comentocracia apoya o detesta a algún político a través de elementos subjetivos que no lleven el lastre del interés personalísimo, ya sea amiguismo, fanatismo o la remota posibilidad de vivir algunos meses a expensas del presupuesto. Ah, y los espejismos también votan.
¿Quién decide quién es la mejor mujer o el mejor hombre para llevar a Sinaloa a la entelequia del edén político, económico y social? Si bien es cierto que el voto decide, es igualmente de verdadero que el veredicto popular erra y está manipulado desde diferentes actores y factores que capitalizan los deseos y las privaciones de la gente. Por ejemplo, si este día se tuviera que elegir al sustituto de Quirino Ordaz ¿ganaría el que reparte más despensas a las familias cuya pobreza multiplicó el coronavirus?
El primero de enero de 2016 Quirino Ordaz no entraba, ni por asomo, a las listas de aspirantes al Gobierno de Sinaloa. Y ahora, enfilado en el último trecho de la gestión de cuatro años y diez meses, tiene al menos a seis que podrían ser o no quienes lo releven en el cargo: Jesús Valdés Palazuelos, Juan Alfonso Mejía, Sergio Jacobo Gutiérrez, Sergio Félix Torres, Carlos Gandarilla García y Ricardo Madrid Pérez.
Eso no quiere decir que sean todos los priistas que tienen alguna oportunidad de buscar la candidatura. Por mencionar a algunos otros, ahí están Jesús Vizcarra Calderón, Mario Zamora Gastélum, Aarón Irízar López, Rosa Elena Millán Bueno y Érika Sánchez Martínez que hacen fila al saber que aún las cosas mejor amarradas pueden caerse. Y no se descarte a la vieja guardia que integran Heriberto Galindo, David López Gutiérrez y Diva Hadamira Gastélum.
Lo mismo sucede en Morena donde la sobreexposición de la candidatura de Rubén Rocha Moya se ha convertido en contra campaña del ex Rector de la UAS y la apertura del enorme zaguán de posibilidades para otros como Imelda Castro, Graciela Domínguez, Raúl Elenes Angulo, José Jaime Montes Salas, Luis Guillermo Benítez Torres y quizás hasta Jesús Estrada Ferreiro. ¿Quién de éstos conviene que sea el abanderado morenista no porque sean los más fiables sino porque signifiquen alguna garantía de triunfo electoral?
En las pretensiones dispersas están Gerardo Vargas Landeros, Héctor Melesio Cuén Ojeda, Alejandro Higuera Osuna, Eliazar Gutiérrez Angulo y otros personajes que a través de sus propios partidos están incapacitados para ganar la votación del 6 de junio de 2021, sin embargo, con alianzas estratégicas sí pueden construir postulaciones exitosas sean ellos u otros los que aparezcan en las boletas electorales. ¿Hay alguien que los pueda descartar sea cual sea el defecto o la virtud que les halle?
Y fácilmente se completan cien nombres más que tendrán a un segmento o seguidor que los purifique y centenas o miles de detractores, en las plataformas digitales. Es que las mediciones de las oportunidades se realizan con la báscula del “yo creo”, “a mí me gustaría”, que está más alterada que las que utilizan los carniceros y tortilleros. Esa es la cuestión: buscamos candidatos pulcros analizándolos con la lente personal, cuando debiéramos saber que eso no es lo que se pondera en la balanza del poder efectivo.

Reverso
En sus propósitos mentirán,
Escondiendo las largas colas,
Pero ángeles nunca serán,
Ni comprando las aureolas.

Caballada apocalíptica
Algunas mediciones de proyección del voto en Sinaloa muestran al Movimiento Regeneración Nacional dominando en la preferencia de los electores, otras que cierran la diferencia entre Morena y el Partido Revolucionario Institucional, acercándose al empate técnico. Pero la encuesta que no se ha hecho es aquella que haga emerger el sentimiento de derrotismo anticipado porque a pesar de que la “caballada” es mucha no hay liderazgos o proyectos que levanten el ánimo en lo referente al mejor perfil, futuro y prácticas para esta tierra que siempre sueña con avanzar sin topar con los obstáculos que la frustran y obligan a caminar hacia atrás.
alexsicairos@hotmail.com