Sheinbaum y la izquierda

Arturo Santamaría Gómez
23 julio 2022

El fin de semana pasado Claudia Sheinbaum visitó Guerrero y fue recibida cálidamente por la Gobernadora Evelyn Salgado y el Senador Félix Salgado Macedonio. Fue a apoyar la iniciativa de reforma electoral que propone Andrés Manuel López Obrador y también, esto es obvio, a cerrar filas en búsqueda de la candidatura presidencial.

A juzgar por la cantidad de gente que fue movilizada para escucharla, los Salgado, hija y padre, se han decantado por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México para que ella sea quien abandere a Morena en 2024. Ahí lo más relevante de esa visita no fue el discurso pro reforma de la Doctora Sheinbaum, y las simpatías de la Gobernadora y el Senador guerrerenses hacia ella, sino su tesis de que para que la 4T se consolide su candidato presidencial, más bien su candidata, tiene que ser de izquierda. Es decir, la ex líder estudiantil de la UNAM de 1987, implícitamente está diciendo que ni Marcelo Ebrard ni Adán Augusto López lo son, lo cual es cierto.

Tan es verdadero lo anterior que grupos empresariales muy relevantes en el País, así como numerosos comentaristas de medios periodísticos, unos con discreción y otros abiertamente, externan su opinión favorable para el Canciller y otros para el inquilino de Bucareli. Este último ha despertado el entusiasmo de los grupos políticos y empresariales tabasqueños de claro perfil priista, como los clanes que encabezan diferentes ex gobernadores priistas - con la excepción de Roberto Madrazo- como Rovirosa Wade, Granier, el Meme Andrade, Mario Trujillo, etc. Sin duda, Adán Augusto, es el morenista de más claro perfil priista en todos los sentidos: por su origen partidario, su formación y estilo políticos, pero, además, de los tres aspirantes morenos a Palacio Nacional es el ideológicamente más conservador.

Ebrard es con mucho el de mayor experiencia y capacidad política de los tres, pero es el menos confiable para López Obrador. Con origen priista neoliberal, discípulo de Manuel Camacho, quien llegó a ser el amigo más cercano de Carlos Salinas de Gortari, ha tenido la habilidad para vestirse con diferentes ropajes políticos e ideológicos hasta convertirse en un aparente neonacionalista. No obstante, ha sido leal y disciplinado a los acuerdos y mandatos de López Obrador.

Claudia Sheinbaum, en efecto, es la única que ha militado toda su vida en la izquierda, primero en el CEU, Consejo Estudiantil Universitario, que en la UNAM, en 1987, encabezó un poderoso y triunfal movimiento estudiantil que impidió, entre otras cosas, que se establecieran altas cuotas de inscripción en la casa de estudios, posteriormente fue parte de una coyuntural alianza pro cardenista de varias organizaciones y movimientos de izquierda que se llamó MAS, Movimiento al Socialismo, en 1989 fue fundadora del PRD y después de Morena.

Quizá por lo anterior es en la que menos confían los principales grupos empresariales, los intelectuales liberales y la mayoría de los medios periodísticos. No obstante, a pesar de no ser tabasqueña -algo importante porque AMLO cree mucho en el paisanaje- es una de las personas más cercanas e incondicionales al creador de Morena. En apariencia es la favorita, pero ante un animal político como es AMLO, nadie puede estar seguro de lo que éste realmente piensa y de cuales van a ser sus movimientos estratégicos. Para cualquier político de altos vuelos - o a la mejor no de altos vuelos pero sí muy ambicioso- primero está el éxito, es decir, el poder, y luego la lealtad.

Tal y como van las cosas, las reformas 4teistas no se cumplirán durante el sexenio de AMLO, va necesitar por lo menos de un sexenio más para concretarlas. López Obrador busca una presencia más sólida del Estado en la conducción de la economía y la sociedad y eso no se alcanzará en los dos años y meses que le restan. En ese contexto, él tendrá que decidir si Morena busca consolidarlas, se detiene o, incluso, da marcha atrás.

En efecto, esto dependerá mucho del candidato presidencial moreno y si este llega a Palacio Nacional (¿0 nuevamente a Los Pinos?). Mucho se habla de que AMLO intentaría un Maximato al estilo de Plutarco Elías Calles, es decir, seguir ejerciendo el poder tras bambalinas, pero quizá sus condiciones de salud no se lo permiten o, él, en efecto, tal y como lo ha declarado, no volverá a hacer política una vez que se vaya a su finca de Palenque. U otra que, en el mejor de los casos, el nuevo presidente o presidenta aun siendo de Morena no le permita meter mano, como lo hizo Lázaro Cárdenas con Calles.

¿Es posible que la 4T ya no impulse más reformas que impliquen mayor presencia del Estado? Sí, ya sea con Ebrard o Adán Augusto seguramente se detendrían o habría varios ajustes, incluso, con Sheinbaum, pero hacia la izquierda, como podría ser una mayor tasa de impuestos a las grandes fortunas, algo que López Obrador no ha querido hacer. O también una política ambiental mucho más protectora de la naturaleza. Y también una política científica y educativa más sólida y moderna.

Lo cierto es que la guerra está desatada al interior de Morena con todo y golpes bajos. Las gobernadoras, buenos al menos, dos, Evelyn Salgado y Layda Sansores parecen haberse decantado por la Dra. Sheinbaum.

Lo anterior se da en un contexto en el que nuevamente, según la más reciente encuesta de El Financiero, las intenciones del voto en el momento se inclinan de manera clara por Morena con una ventaja de 16 puntos por encima de los que suma la trinidad Pan-PRI-PRD, cuando en enero la diferencia era tan solo del 2 por ciento. Es más, ni sumándose MC al trío alcanzan a los morenos.

Todavía faltan dos años para las elecciones, pero el próximo veremos un buen adelanto de lo que puede suceder en el 24. Si la 4T gana por lo menos en el Estado de México, la alianza opositora estará casi liquidada. Y según medios locales coahuilenses si Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad Pública Federal, es el candidato de Morena, las posibilidades del triunfo en 2023 son muchas.

Mientras tanto, Alito, el mejor amigo de Morena, sigue haciendo campaña en favor del partido oficial y sus compañeros tricolores no pueden detenerlo. Incluso, ya se echó encima a periodistas que son acérrimos críticos de AMLO. ¿No le estará pasando una corta Mario Delgado para que prosiga con sus entusiastas y poéticas declaraciones que indirectamente enaltecen a Morena?