Seres heréticos

Rodolfo Díaz Fonseca
17 mayo 2022

La palabra herejía y hereje (del griego hairetikós) significó originalmente elegir, preferir, o tomar una decisión sin connotación religiosa. Empero, Ireneo de Lyon, en el Siglo II, escribió una obra titulada Adversus haereses, que dirigió para combatir a los denominados “gnósticos”, con lo que el término tomó la denominación de alguien que sostiene una doctrina errónea contra un dogma establecido.

El filósofo italiano Nuccio Ordine es uno de los pensadores más especializados en el Renacimiento, y en especial sobre Giordano Bruno, quien fue quemado por hereje el 17 de febrero de 1600 en la plaza Campo dei fiori, de Roma. En sus alegatos, Bruno explicó: “el pensamiento debería ser libre de investigar con tal de que no dispute la autoridad divina”. Y, al ser condenado, señaló: “El miedo que sentís al imponerme esta sentencia tal vez sea mayor que el que siento yo al aceptarla”.

Basándose en esta figura histórica, en una entrevista concedida a La voz de Galicia, Nuccio Ordine calificó a los maestros como “seres heréticos” que tienen como misión combatir los falsos valores que profesa hoy la sociedad.

Ordine precisó que nuestra sociedad está enferma: “Lo que vivimos hoy en día no es una crisis económica, sino una crisis moral. Hoy reina la indiferencia hacia el sufrimiento del otro y el mensaje con el que se bombardea a los jóvenes es el egoísmo: estudia una carrera para trabajar y ganar dinero”.

Abundó que las mismas universidades tienen implantados sistemas de evaluación similares a los de las empresas, en los que solamente se acentúa la utilidad: “Cerrar las titulaciones de Humanidades porque no producen beneficios económicos es un suicidio programado del futuro de la sociedad... El profesor tiene que ser un hereje que critique los falsos valores de la sociedad”, rubricó.

¿Soy maestro “hereje”?