Semana Santa: lo que nos dejó y enseñó. A cuidar el potencial turístico de Sinaloa

Alejandro Sicairos
11 abril 2023

sicairos6204@gmail.com

Por algo ha de ser la afluencia de 2.5 millones de personas reportada durante Semana Santa en los destinos turísticos y sitios de recreación de Sinaloa, que dejó una derrama económica de 2 mil 300 millones de pesos, pero aún estos números récords son buen punto de partida para reestructurar a esta actividad productiva que aparte de dejar a negocios contentos por las ganancias obtenidas, fundamentalmente debe generar usuarios satisfechos. El usufructuario que es proveído de infraestructura y servicios de calidad y con calidez constituye una veta inagotable del consumo; el que no, jamás regresa.

Ya no tanto en períodos de aglomeración garantizada y sí con visión de futuro el turismo debe replantearse como un sistema multidisciplinario donde el paseante sea el centro de los afanes y en corresponsabilidad actúe como el mayor promotor de los productos y servicios del ramo. Con la extensión hacia Mazatlán del tren Chihuahua-Pacífico, la revitalización de los pueblos mágicos que ahora sí se benefician con el impuesto al hospedaje, y la oferta de atractivos como el Acuario Mar de Cortés, vendrá aparejada la necesidad de facilitar y volver placentera la estadía de los turistas, librándolo de malas peripecias.

Los sectores de la hospitalidad y el esparcimiento pasaron otra prueba de fuego en cuanto a la capacidad de respuesta ante el desafiante flujo de personas, a pesar de que no haya suficiente fuerza pública o de prevención y atención a emergencias que sea capaz de responder ante tan impresionante movilidad humana. Por eso el contraluz entre los 23 decesos vinculados al período de asueto y el impresionante movimiento de familias, ambos con registros sin precedentes.

Lo vivido en estas fechas representa el modelo a perfeccionar con tal de que Sinaloa sea el potencial polo de atracción turística que siempre se ha soñado, seduciendo a viajeros del interior del estado y del País, así como del extranjero, y todos se vayan con ganas de regresar o convenciendo a otros de que vengan. Para que así sea se necesita quitar la utilidad financiera del foco del análisis y anteponer el enfoque de la responsabilidad de cada componente del aparato público-privado cuyo propósito consiste en contar historias de éxito duraderas y viables sin conformarse con golondrinas de un solo verano.

Desde el Gobierno del Estado les compete a las secretarías de Turismo y de Economía transitar pronto de las cuentas alegres coyunturales a la estrategia que haga que los buenos resultados sean la constante donde a satisfactores de primer nivel le correspondan consumidores altamente satisfechos. El ciclo de la competitividad se rompe tarde o temprano si el comerciante se aferra a sus intereses personalísimos y cae en desapego de los beneficios de sus compradores.

Desde el criterio de todos ganan importa la inspección de cada una de las partes. Por ejemplo, por qué aquellos que deciden llegar por carretera a vacacionar en Sinaloa son expuestos al peligro y molestia de transitar por autopistas (ofende a cualquiera llamarlas maxipistas) que en el tramo de La Cruz a Mazatlán está en condiciones más deplorables. O bien ser vistos los turistas por los hoteleros y restauranteros como sujetos a exprimir económicamente en lugar de mejor seducirlos con precios adecuados y convertirlos en clientes frecuentes.

La transportación aérea deja mucho que desear pues las líneas nacionales aplican con demasiada frecuencia la postergación de las salidas de los vuelos, la cancelación de éstos, o en el peor de los casos subastan los asientos a quien mejor les pague. La incertidumbre en los itinerarios de empresas de aviación inhibe la repetición de buenas experiencias en los lugares turísticos sinaloenses y lo peor es que a los pasajeros de les deja en completa indefensión ante tales abusos.

En seguridad pública apremia establecer una estrategia específica y permanente de protección y apoyo al turismo, al margen de hechos delictivos que ocurran en el contexto “normal” de la entidad y la atávica violencia. De los 23 decesos ocurridos en el período de Semana Mayor seis son homicidios que sucedieron fuera de los espacios turísticos, pero el resto corresponde a ahogamientos y accidentes de vialidad, requiriéndose el diseño de operativos para combatir la delincuencia y planes específicos para evitarle al turismo sobresaltos ahuyentadores.

En síntesis, las acostumbradas evaluaciones que se efectúan en épocas de alta intensidad turística proporcionan el estado de cosas instantáneo y propio para cada ocasión. En cambio, a la perspectiva integral de la actividad que en Semana Santa refrendó el potencial económico y la implicación social que tiene se le debe manejar con mucha planeación, sensibilidad y vocación en el esfuerzo que haga que funcionen el total de los engranajes y al unísono suceda el agrado consensuado de los usuarios.

Todo lo malo soportado,

Eso a cualquiera le agüita,

Pero el gozo y lo paseado,

Eso nadie nos lo quita.

A donde se mete el Diputado Serapio Vargas Ramírez crea problemas que nada de falta le hacen a Sinaloa. Entró a instalaciones de la UAS y lo acusaron de introducir elementos de confrontación que sobrecalentaron el diferendo entre la casa de estudios y el Congreso del Estado. Ahora que se inmiscuye en las gestiones que realiza el Gobernador Rubén Rocha Moya para que los productores maiceros y trigueros tengan un precio adecuado para sus cosechas, el legislador abre el innecesario polo de conflicto con la Liga de Comunidades Agrarias. Que mejor se vaya a cumplir los compromisos que hizo con campesinos del Distrito Electoral 18 en la campaña de 2021, que por cierto desde que le dieron el voto no lo volvieron a ver por allá.