Se va ‘El Químico’ por la salida que elija. Opciones: dura lex o renuncia negociada
Aunque falta por definir por cuál puerta, la de atrás mediante proceso Judicial-Legislativo o la de enfrente que ofrece la solución negociada, se da por hecho que Luis Guillermo Benítez Torres dejará de un momento a otro la Alcaldía de Mazatlán, al menos mientras la Fiscalía Anticorrupción integra la carpeta de investigación por el caso referenciado como “luminarias oscuras”, esa compra de lámparas para el alumbrado citadino que acabó aluzando a un gobierno municipal autoritario, opaco y de muchas pachangas y viajes costeados con recursos públicos.
Lo que detonó el momento actual, que no tiene vuelta de hoja, es que “El Químico” al fin logró unir a los mazatlecos, pero en su contra. El cerrojazo del rechazo social a quien era uno de los consentidos del Presidente Andrés Manuel López Obrador se dio en la rechifla doble donde la sabia afición del equipo de beisbol Venados hizo estremecer al viejo estadio Teodoro Mariscal, marcando la cuenta regresiva del adiós al reelecto Presidente Municipal.
Y es que López Obrador le ha encargado al Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, que todo escándalo que tenga que ver con malos manejos de recursos públicos sea llevado a las instancias competentes para que, si ya fue consumado, al menos no resulte impune. En los primeros tres años, el Presidente les dio libertad a funcionarios morenistas para construir la imagen de honestidad y transparencia; en este segundo trecho del sexenio cuando está más cercana la sucesión de 2024 la instrucción es apagar los focos de corrupción encendidos en el territorio nacional.
Ahora todos quieren que se implemente la renuncia o sustitución de Benítez Torres, aunque el método lo deberá definir el presunto operador del frustrado negocio con la proveedora predilecta Azteca Lighting, empresa a la que el Alcalde le asignó sin la correspondiente licitación pública el contrato de 400 millones de pesos por la compra de 2,139 luminarias. De esto ya está al tanto el pueblo, el Gobernador Rubén Rocha Moya y hasta la Secretaría de la Defensa Nacional que hace un mes anticipó la posibilidad del juicio político, según documentos que Guacamaya Leaks le hackeó a la institución militar.
Sin embargo, en el terreno de lo legal la Fiscalía General del Estado está en la posibilidad de solicitarle a la 64 Legislatura que le retire el fuero constitucional a Benítez Torres para que acuda a los tribunales a defenderse en la denuncia que se encauzará en el Poder Judicial. En este caso la acusación ministerial es porque el Alcalde solapó el trato ilegal con Azteca Lighting y, además, por el daño patrimonial a las finanzas municipales debido a la suma que otorgó como anticipo.
La otra alternativa que se abre para “El Químico” es de índole política y se debe a la consideración que le tienen en Palacio Nacional, consistente en que se le trace la ruta alterna a la probable renuncia voluntaria para que acuda al juzgado sin medios de apremio, es decir sin ser detenido, no ser vinculado a proceso y, lo más importante, bajo ninguna circunstancia estar encarcelado. Todo indica que el otrora consentido morenista optará de un momento a otro por esta opción con la cláusula no escrita en el acuerdo de que evite regresar a gobernar Mazatlán.
El indiciado ha pedido tiempo, sólo unas horas más, para organizar la entrega del Ayuntamiento primero a uno de su confianza, el Secretario Édgar González Zataráin, quien de hecho está a cargo de Presidencia desde que la semana pasada Benítez Torres bajó de intensidad y de perfil en el cargo de Alcalde. En el inmueble de Guillermo Nelson y 21 de Marzo se palpa demasiado la tensión propia de toda remoción involuntaria y prueba de ello es que el sábado el segundo de a bordo en la estructura de gobierno municipal vino a Culiacán (asistió al cuarto informe de la Senadora Imelda Castro) realizando tareas de distensión.
Entre mayor tiempo se deje pasar será más caliente la silla que aparentemente aún ocupa Benítez Torres, por ello la operación política para enfriarla con un relevo coyuntural y enseguida la designación que haga el Congreso de nuevo Alcalde. Así es esto en la práctica: la Fiscal Sara Bruna Quiñónez tratará de llevar a “El Químico” a la pira jurídica, mientras López Hernández en Gobernación federal y Rocha Moya en el Gobierno de Sinaloa buscarán atenuar la judicialización y sentencia para que no lo quemen del todo.
La definición que sin duda está autorizada consiste en un tratamiento distinto a la circunstancia del Alcalde de Mazatlán, comparada con el manejo rudo que se le dio al destituido Presidente Municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro. Al de la capital de Sinaloa le fue mal por la rebeldía total contra los postulados de la 4T, y también la desobediencia a AMLO, y su “cabeza” fue colgada en la plaza como escarmiento a los desleales; a “El Químico” nomás la destitución y la inculpación que lo mantenga lejos de las rejas correccionales.
Ya sea químico o alquimista,
Prepara la mágica poción,
Para desaparecer de la vista,
Del sistema anticorrupción.
El Partido Sinaloense se dispone a reclamar otra vez a Mazatlán como enclave político suyo, tomando en cuenta que en enero de 2021 el PAS se echó encima la responsabilidad de postular a Benítez Torres a la reelección luego de que la candidatura de éste fue anulada por el Tribunal Electoral Estatal y la Comisión de Honor y Justicia del Movimiento Regeneración Nacional. Ha sido el partido que lidera Héctor Melesio Cuén Ojeda uno de los impulsores de la destitución debido a que “El Químico” rompió el pacto de la coalición electoral que lo refrendó en el gobierno. ¿Le cederá Morena al PAS esta suculenta tajada del pastel sinaloense del poder?