Sarcasmos
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Cuando no tienes razón y pides perdón, eres honesto. Cuando no estás seguro y pides perdón, eres sabio. Cuando tienes razón y pides perdón, eres casado.
Dos cepas
Ahora dicen que el virus viene en dos cepas (o hasta cinco): la “S” y la “L”, cepa que afecta al 70 por ciento de los enfermos y es mucho más contagiable y agresiva que la cepa “S”, de la cual surgió la cepa “L”. Ahora resulta que el bicho mutó y es por tanto más difícil de combatir pues las dos cepas son vulnerables a distintos medicamentos o tratamientos. Según algunos conspiranoicos, la cepa “L” está diseñada para matar, mientras que la “S” fue diseñada “nada más” para distraer y causar un quiebre económico (suena medio menso, ¿no?). El caso es que, según esta tesis, alguien contagiado por un virus “S” se hace inmune a la letal cepa “L”. Por eso algunos investigadores se infectan deliberadamente con “S” y se curan de inmediato, en 5 días, con hidroxicloroquina (nombres comerciales: Plaquenil, Axemal, Dolquine, Ilinol, Quensyl) y Azitromicina (nombres comerciales: Azimut, Koptin, Zitromax, etc) para evitar la mucho más peligrosa cepa “L”. ¿Tú le crees?
Nuevas amenazas
El paisano mahatleco Pedro Humberto Rioseco Gallegos me dice con mucha razón: “Es interesante leer sobre estos trastornos psicológicos que pueden suceder a la humanidad en tiempos del Covid-19: la Fiebre de Cabaña y el Síndrome de Soledad Inquieta. Ahora que han bajado los crímenes y la contaminación debido a que las personas no viajan ni salen de sus casas, lo que sí ha aumentado es la violencia familiar y los accidentes del hogar. Cuando el destino nos alcance”.
Síndrome de soledad inquieta
Wikipedia: “El síndrome de la soledad inquieta (SSI) es un concepto muy reciente de la psicología cognitivo-conductual moderna, y hace referencia a un estado del individuo en el que en los momentos de aislamiento social padece episodios depresivos leves, crisis nerviosas y búsqueda de compañía que le libere de los pensamientos irracionales invasivos de la mente. La característica más destacable de este síndrome es la falta de autocontrol y autorregulación”.
Fiebre de cabaña
“La fiebre de cabaña es un trastorno psiquiátrico caracterizado por una percepción híbrida de la realidad y la fantasía. Se le denomina así por los casos de mineros en Alaska que rodeados de la nieve se resguardaban por periodos prolongados en cabañas aislándose así de una realidad común, y creando o fabricando su propia realidad fusionando fantasías individuales o colectivas con los remanentes de realidad que recordaban. Mientras en el exterior de su estructura mental, la realidad tangible continúa, las personas que padecen fiebre de cabaña hermetizan aún más su amalgama de ideas blindándolas aun con ideación persecutoria o paranoide. Su egocentrismo, egolatría y narcisismo acaban por desenmascarar una personalidad megalomaniaca con delirio de mesías, y que por infortunio pueden arrastrar personas con oligofrenia y bradipsíquicos que son fácilmente persuadibles y manipulables. Los síntomas más clásicos de estos enfermos son ideación persecutoria, hostilidad, intransigencia y actitud beligerante. Si conoces alguien así, es necesario someterle a tratamiento psiquiátrico urgente”. https://foros.elsiglo.mx/cultura/190624-fiebre-cabaa.html
Estadística inquietante
Los estadounidenses gastan más de 140 mil millones de dólares al año ($3,500,000,000,000 pesitos mexicanos, a una paridad de 1/25 en vez de los $19.40 ilusos oficiales que se fijaron en la ley de ingresos, una cantidad igual al total de ingresos anuales por impuestos del gobierno federal) en tratamientos contra el cáncer. Si eres un ciudadano gringo, tienes una probabilidad del 50 por ciento de que contraerás cáncer en algún momento de tu vida. Modelo diseñado para quebrar a cualquiera. O sea, inviable, insostenible, absurdo, injusto, indefendible, inadmisible… o simplemente humano (la Biblia nos advierte que este mundo es un valle de lágrimas, no se nos olvide). En una lógica buenista este modelo se tendría que cambiar, desarrollando la tecnología de salud necesaria, sobre todo en el aspecto preventivo, diferente a las costosísimas y relucientes maquinotas que hacen salivar a babeantes operadores y enfermos y hacen las delicias de los facturadores hospitalarios.