Sarcasmos

Guillermo Fárber
24 noviembre 2020

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No es señal de salud mental el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma.

 

Mexpuecuetópatl 

El neologismo creado por Edmundo Flores (1919-2003) alude a la megaurbe formada por las ciudades de México, Puebla, Cuernavaca, Toluca, Pachuca, Tlaxcala. Jesús Alberto Oliver Rodríguez: “Demográficamente entre 1900 y 2016, México creció casi nueve veces, al pasar de 13.6 a 122.4 millones; el DF creció 25 veces, al pasar de 360 mil a 9 millones, lo cual aunado al enorme rezago en infraestructura urbana, explican el actual colapso de movilidad que vive la meta-urbe; China, en igual periodo, creció 3.4 veces, la India 5.7 veces. Si el mundo, que creció 4.6 veces, hubiese crecido como lo registra la República Mexicana, no andaría en los 7 mil 400 millones de habitantes, sino en 14 mil 240 millones, pero si lo hubiese hecho como creció la CDMX, andaría en los 40 mil millones. Esta cifra es 10 veces mayor al ideal poblacional del planeta de 4 mil millones, según el Grupo Bildelberg, como el del ‘Informe Lugano’ (Suiza) del año 2000 o ‘Los límites del crecimiento’ (1972) del Club de Roma. De ahí que los pronósticos y calamidades pronosticados, se vienen cumpliendo de manera puntual”.

 

La cantidad humana 

El Gus: “¡Ja! Parece una toponimia galesa, impronunciable. Los datos son muy reveladores: En 1810 toda la Nueva España, sin contar Cuba, Filipinas, el Pacífico Sur y Centroamérica, tenía 6 millones 250 mil habitantes en total, de los cuales, el 60 por ciento eran indígenas. En el gobierno de Juárez la cifra era de unos 7 millones y medio. A partir de 1890, con don Porfis la población se duplicó en 20 años. De 1825 a 1876, el País se mantuvo en permanente agitación política y militar. No había inmigración apreciable a México.

“En sus diferentes presidencias, Santa Anna hizo planes infructuosos para atraer población europea. Ni quien se animara, salvo algunos ‘caballeros de industria’, expertos en timar riquillos incautos. La violencia resurgió espantosa a partir de 1913 y se mantuvo hasta 1929. La población se redujo en algo más de un millón. Los cursis discursos oficiales decían que ‘un millón de mexicanos murieron por darnos libertad y derechos y...’ (sume usted la idioteces que se le ocurran). Pero menos del 25 por ciento murieron en batallas, el resto fue por el hambre, la emigración a Estados Unidos, enfermedades diversas y desde 1918, por influenza. La mortandad infantil se mantuvo elevada hasta más o menos mediados de los años 50 y en el sureste hasta los 70 (incluyendo familias de posición acomodada).

“Algunos sociólogos advertían, desde los años 60, que el promedio de incremento de natalidad de 3.5 por ciento era peligroso, y mucho más, con el modelo de economía cerrada. Echeverría llegó en 1970 y dijo en su discurso inaugural: ‘Urge poblar al país’ (tenía 10 hijos). Repetía el viejo mantra político: ‘Gobernar es poblar’. Pero el casi centenario LEA pronto reculó ante la realidad y siguió la campaña: ‘La familia pequeña vive mejor’.

“A mediados de los años 90, la tasa de natalidad en las zonas indígenas de Chiapas era de 8 por ciento, igual que en las zonas montañosas de Oaxaca (60 por ciento del territorio estatal). EU tuvo un crecimiento poblacional explosivo en todo el Siglo 19 y buena parte del 20, pero fue por inmigración europea, que primero se lanzó vertiginosa a poblar los territorios vírgenes y después, los 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados tomados a México y que estaban literalmente vacíos. Se establecieron en granjas, pequeñas factorías, en transporte y servicios, además de las fábricas de la costa este.

“En México, la población creció por los avances en la medicina en el primer mundo, el combate a epidemias y las vacunas. Casi igual que sucedió a mediados del Siglo 20 en África: sin que se correspondiera con un avance sustancial en la educación, el crecimiento económico, programas habitacionales, educación sexual, y muchos otros factores. Un desfogue importante ha sido la emigración, fija o temporal, a Estados Unidos. Pero no tenía idea de la importancia de los datos comparados que nos proporciona el maestro Oliver. Son terribles”.