Sarcasmos
¿Que cómo me gano la vida? ¡Coño, y yo que creía ir perdiendo!
https://www.sopitas.com/noticias/dia-mas-frio-historia-ciudad-de-mexico-cdmx-distrito-federal-meterologico-temperatura-baja-10-grados-nieve/
Curiosamente, el día más frío en la historia de la Ciudad de México no fue el asombroso día de la última nevada en la capital. Aquella mañana de nieve -un 11 de enero de 1967-, amaneció la Ciudad a 4 grados bajo cero, pero cubierta de una capa blanca que maravilló a los capitalinos e hizo de la zona un verdadero desgarriate. Además de sonrisas, se desbordó el Río de los Remedios, se cayeron algunos techos y varias personas se quedaron atoradas en sus autos.
Sin embargo, para llegar al récord de temperaturas más heladas todavía faltaban tanto años como grados centígrados. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el día más frío en la Ciudad de México fue un 16 de diciembre de 1972. Era sábado y las medidas en Cuajimalpa alcanzaron los 10 grados bajo cero. O sea, un mentado friazo. El clima tan manchado venía de Veracruz.
Ese día mega frío yo vivía en Capulhuac (muy cerca del legendario refugio campestre del entonces Gobernador Carlos Hank González en Santiago Tianguistenco), en una casa muy romántica de adobe y tejas. Ahí hacía normalmente un frío del carajo (la casa era nueva pero de campo y estábamos tan altos que yo veía a Toluca hacia abajo). En el tejado había ratas, murciélagos y todo tipo de insectos; en el jardín había muchos moscos, arañas capulinas, zorrillos, tlacuaches, cacomixtles, víboras de cascabel, alacranes y lindezas parecidas; en suma, un lugar ideal para cuidar a mis dos hijas recién nacidas. Una vez abrí la puerta de la sala y me topé en el jardín, a 3 metros de mí, a un toro bravo de 600 kilos (la casa estaba en lo que había sido el rancho del torero Manuel Capetillo, el animal se escapó y no hubo modo de recapturarlo: me dijeron que hubo que matarlo a balazos tras hacerle la lucha por otros métodos menos definitivos durante varias horas). O sea que era un lugar idílico.
Pero entonces, 1972, yo tenía 24 años, estaba recién casado y era aún más impráctico y novelero de lo que soy ahora. Hoy tengo 73 años, el invierno apenas se asoma, y yo moqueo y mi brazo derecho tiembla todo el tiempo. Una parte de los temblores tipo Parkinson se debe a las secuelas de la radiocirugía, pero otra parte se acredita al frío que Al Gore pronosticó que para ahora sería un calor del demonio vía global-warming.
“La oscuridad de una sola idea o la falta de ideas produce ofuscación; la luz del enfrentamiento de ideas, de su lucha, no deslumbra, ilumina”.
“Es precisamente por la existencia de los problemas por lo que los hombres estamos obligados a hacer política”.
“No se obtiene lo óptimo, sino lo posible, para algún día llegar a alcanzar lo óptimo”.
“Tan importante es la meta, el destino como la ruta, el camino.”
“Problema que se soslaya, estalla”.