Roxana Rubio hacia el liderazgo del PAN
Propone recuperar al partido, en unidad
A como se ven las cosas, Roxana Rubio Valdez podría alzarse dentro de nueve días como la nueva dirigente del Partido Acción Nacional en Sinaloa, si el escenario armónico, ajustado a lo estatutario y sensato al tipo de liderazgo que el PAN necesita para los nuevos tiempos, sale adelante a pesar de las tentaciones por alterar la elección interna y volver a la prolongación de camarillas políticas que son las culpables de que el albiazul esté como está. Lo otro, el conflicto como maniobra desesperada con desenlace pulverizador, traería adjunto el certificado de la defunción panista.
Se han integrado dos bloques en la pelea por ocupar el Comité Directivo Estatal del PAN para el período 2021-2024. Uno reúne de nuevo a aquellos que han sido derrotados política y moralmente y que el presente les reclama la agonía del partido que se agravó el 6 de junio; el otro plantea recuperar la participación de los liderazgos tradicionales como catalizador del relevo generacional en Acción Nacional.
En este frente, convenciendo a las figuras emblemáticas que representan las mejores épocas del panismo sinaloense y atrayendo con propuestas frescas a la gente joven, Roxana Rubio se juega la participación en el proceso que sin margen de error le significa al PAN el dilema de renovarse o morir. Y no es que sea frase ajustada a la ocasión sino la encrucijada real en que 6 mil 700 militantes con los derechos a salvo deberán determinar si rescatan al agónico partido bien lo envían al mismo patíbulo en que acaban de ser eliminados los partidos Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario.
La ex Diputada local le entró con todo a la contienda cuyo resultado está a expensas de que los panistas reflexionen, desde la condición de damnificados electorales, sobre si es pertinente seguir postrados o emerger con la mentalidad de los tenaces. Si decidieran por lo segundo, la otra encrucijada consiste en decidir con quién, cómo y para qué construir un nuevo PAN en Sinaloa que de antemano reclama la reinvención.
Roxana Rubio es originaria del Municipio de Sinaloa, sobrina de Saúl Rubio, líder emblemático del panismo que en la década pasada fue víctima de un crimen con supuesto móvil político; propone tres frentes de la labor de restauración del PAN: el mejor partido para los militantes, mujeres, jóvenes, sector privado y la sociedad en general; la mejor oposición en el Congreso del Estado, cabildos y como voceros de la ciudadanía, y la mejor alternativa para enfrentar los retos y proponer visiones de buen futuro.
Al menos hasta hoy, cuando ha corrido gran parte del proceso intramuros, La fórmula “Unidos por un Sinaloa mejor” se ha situado en la conversación de los panistas, inclusive de aquellos que habían marcado distancia avergonzados por lo que han hecho de ese partido en Sinaloa. La planilla en la que también va Luis Ángel Solano Guatimea como aspirante a secretario general, convoca a la autocrítica interna y reconoce la necesidad de reconstruir al blanquiazul casi desde los cimientos. Otro de los derroteros que visualiza consiste en acompañar a la sociedad civil organizada “en causas que nos hagan coincidir y que nos hagan fuertes”.
“No podemos permitir que en Sinaloa los problemas sociales se sigan multiplicando y la actividad económica siga en descenso como está sucediendo en todo el País. Ahora, hasta la actitud de los empresarios es diferente. Tienen la sensación de que el Gobierno los dejó solos frente a la pandemia. Además, consideran que la economía nacional se ha derrumbado estrepitosamente como resultado de equivocadas decisiones gubernamentales y les preocupa que las cosas se agraven. Existe una verdadera urgencia de que el PAN resurja como un partido fuerte; partido de las alternativas, y para esto es importante recordar los objetivos de nuestro instituto político”, resume el planteamiento de Roxana Valdez.
Es correcto. Más allá de las complicaciones que puedan ocurrir durante la elección interna, que les compete evitar a los actuales dirigentes para que no les llueva sobre mojado, lo fundamental consiste en identificar las dificultades que requieren de los urgentes contrapesos y equilibrios en la atmósfera de todo el poder que desde el contexto federal trasmina a lo estatal. Esta deliberación de los panistas no debería ser distraída por reyertas internas para que toda la concentración se ponga en atajar la crisis del partido y armar la oportunidad, quizás la última, de reestructurarse como oposición responsable y socialmente confiable.
Dentro de unos días, el 14 de diciembre, Roxana Rubio debatirá sus propuestas contra las de la otra participante, Verónica Montaño Cisneros. De seguro la militancia hallará allí elementos para tomar la mejor decisión, pero la opinión pública estará buscándole al PAN algún signo vital que le diga que políticamente no está muerto. Cuidado entonces con lo que va a derivar de la elección interna.
¿Será Roxana la mujer,
Que sola hará las faenas,
Que en el PAN ni por docenas,
Los hombres pudieron hacer?
Una muestra de la “operación ensamble” que le urge al PAN en Sinaloa está en el Congreso del Estado donde la bancada azul la integran únicamente dos diputados y ni siquiera están conciliados uno con el otro. Adolfo Beltrán Corrales es el coordinador del “grupo” parlamentario y solamente acuerda con él mismo porque su compañera de fracción, Giovanna Morachis Paperini, va por su propio rumbo y decisiones. ¿Cuál de los dos está a punto de salirse del redil panista y declararse legislador independiente?