Rosy Fuentes, ¿informe o plataforma de lanzamiento?

Ernesto Hernández Norzagaray
15 febrero 2020

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‘Ella se apoderó del escenario como una super star como lo indican hoy los especialistas en comunicación política en menoscabo de las formas tradicionales de relación con los potenciales electores’

 

En la política de anticipos son importantes los discursos, pero más los símbolos, los que son inherentes a los rituales del poder, el encuentro con las multitudes, la influencia en los medios de comunicación, pero también son la apariencia, los gestos, énfasis y el escenario donde están los protagonistas.

Un ejemplo plástico de ello ocurrió el miércoles pasado cuando Rosa Isela Fuentes Chávez, la presidenta del DIF estatal, rindió su tercer informe de actividades, y lo hizo a lo grande ante cientos, quizá miles de funcionarios, invitados especiales y beneficiarios de los programas que llegaron de dentro y fuera de Culiacán.

No era cualquier informe, cualquier ritual, ahí estaban en la explanada de la institución miembros importantes de la clase política, funcionarios de los tres poderes estatales y federales, oficiales del Ejército y empresarios.

Ella se apoderó del escenario como una super star como lo indican hoy los especialistas en comunicación política en menoscabo de las formas tradicionales de relación con los potenciales electores.

No hay duda que el sistema de salud ha sido una prioridad del gobierno de Quirino Ordaz. Y que el DIF ha realizado un gran trabajo que va desde el fortalecimiento institucional con la creación de nuevas unidades de atención a personas con limitaciones físicas y mentales, hasta lograr una mayor cobertura territorial que ha prestado servicios valiosos a familias que tienen miembros con discapacidades.

Este dinamismo le ha ganado reconocimiento, pero también a todo el equipo que encabeza una presidenta que no para para gestionar recursos. Una mujer, además, guapa con mucha presencia que tiene el don de la amabilidad. Esa chispa que encaja muy bien con lo político. Pues su trato sencillo genera confianza entre sus interlocutores circunstanciales. Y eso en un medio que si bien ha venido perdiendo acartonamiento todavía es un problema en la comunicación política. Entonces, cuando aparecen este tipo de personas en la estructura burocrática inmediatamente atraen reflectores y eso las vuelve mediáticamente atractiva.
Rosy Fuentes, como también se le conoce a la esposa del Gobernador de Sinaloa, recientemente apareció en una encuesta de percepción por partido sobre los posibles candidatos al futuro gobierno del estado. Sorprendentemente esta persona, ella y su marido han negado una y otra vez que tenga interés en postularse a algún cargo de elección en 2021, aparece en primerísimo lugar entre los posibles aspirantes del PRI dejando lejos a muchos de los históricos del partido.

La encuesta ni tampoco la magnificencia del informe de labores, dígase o no, es un acto político de posicionamiento. Estamos en las mediciones de aspirantes para la definición de candidaturas a gobernador o gobernadora. Formalmente el proceso electoral federal arranca en octubre y entrando el año 2021 el proceso estatal, entonces este tipo de encuestas y escenificación son adelantos de lo que se está preparando como oferta política. Están todos los que son y luego de las mediciones, vendrá que duda cabe, los amarres políticos. Ya más de algún adelantado lo viene haciendo sin considerar “que no por mucho madrugar, amanece más temprano”.

Hay quienes dicen que en Sinaloa todos quieren ir con el partido ganador, con la marca Morena, lo que resulta pragmáticamente razonable pues nadie querría quedar, como han sido estos tres años, personajes y partidos políticos que han quedado en el desamparo y buscan volver por sus fueros de poder.

Si el equipo del Gobernador está, como todo indica, en esa tesitura, es comprensible el juego político que viene haciendo para posicionar una imagen joven y fresca. Estar entre los primeros cinco gobernadores mejor valorados ha dado margen de actuación política. Da juego a sus compañeros del PRI, incluso, algunos miembros de su gabinete están mostrando libremente sus aspiraciones; Jesús Valdés recorre intensamente todo el estado y, ahora, aun con todo lo que se pueda decir en contra, aparece Rosy Fuentes presentando un informe que inevitablemente atrae reflectores y no pocas suspicacias sucesorias.

Se podrá decir que estos desplantes políticos no tienen conexión. Pero, mediáticamente, obedecen a una lógica política, no sólo el Gobernador es bien percibido, también está jugando sus cartas para cualquiera de los escenarios que se vayan construyendo y esta semana tuvo un ingrediente nuevo.

La sola declaración de Tatiana Clouthier de que está en capacidad legal de aspirar a la nominación de Morena en su estado natal o en su estado de residencia, llama a considerar esa eventual aspiración. El Senador Rubén Rocha, quien es el puntero en las encuestas por Morena, ha respondido que la ambición de Tatiana “no le quita el sueño”, cierto, pero es probable que le quite puntos en la próxima encuesta.

Cualquier cosa que suceda, el horizonte electoral tiene aroma de mujer, no habría que descartar esa idea de que no las habrá, tan las habrá que ahí están Imelda, Tatiana y Rosy, que de distintas formas han manifestado interés en participar y aunque más alguno dirá que Sinaloa sigue siendo machista y nunca votaría a una mujer para gobernadora, eso está por verse cuando hay más mujeres que hombres, y si a eso le agregamos que todas ellas son más jóvenes que la media de los aspirantes hombres, favorece un imaginario femenino.

En definitiva, el acto simbólico de la tarde del pasado jueves, donde la presidente del DIF aparece como super star de blanco y una gran sonrisa, para discursar sobre los logros de la institución bajo su cargo, fue un acto político y un mensaje claro y renovador de que el juego sucesorio tradicional y mediático tendrá apuestas destinadas a las emociones, y en esa lógica la imagen espectacular de Rosy Fuentes podría entrar en la competencia por los votos y por qué no, contra otra u otras mujeres.

Al tiempo.