Responsable, planeada y solidaria: (Del ‘posible’ regreso presencial a clases)
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Juan Alfonso Mejía López
juanalfonsomejia@hotmail.com
Twitter: @juanalfonsoML
FB: juanalfonsomejia.mx
La medida es polémica, sin importar cuándo se dé; lo trascendente es cómo se ejecute. Lo más sencillo es no hacer nada, pero, NO es “la marca de la casa”. Frente a situaciones inéditas, se requieren soluciones nunca exploradas; lo que no significa en ningún momento improvisación.
Durante el cierre del ciclo escolar pasado se innovó en múltiples ocasiones, quizás con decisiones menos aparatosas o vistosas, pero no por ello menos complejas. Así sucedió con la instalación de los filtros escolares, los aprendizajes clave, la libertad y confianza a los docentes de utilizar las herramientas que a ellos conviniera y la forma de evaluar, tomando como referencia al alumno y no al grupo, por citar sólo algunas de las decisiones.
Estuvo en juego una posible crisis de identidad en el seno de las familias sinaloenses, sin dejar de mencionar la parte aspiracional para muchas de ellas, pues la educación representa el mayor de sus orgullos y anhelos a través de sus hijos.
Continuar el ciclo escolar les evitó la pena a muchas madres al tener que encarar a sus hijos y decirles que tenían que repetir año, sin razón alguna, en medio de la crisis sanitaria del momento, la económica cada vez más sentida en el bolsillo y la social, vivida al seno de una familia “encuartelada”, sin saber cuántos días más debían resistir. Este éxito se le debe todo a los alumnos, los maestros y las mamás.
Fieles al modelo sinaloense de una estrategia diferenciada, en el que el contexto manda a partir de la realidad local; tomando en cuenta que la implementación de un lineamiento equivale a las “letras chiquitas” del contrato - nunca te dice cómo - ; y sobre todo, resolver “paso a paso” cada uno de los desafíos durante la pandemia para estar en posición de resolver mejor “lo que sigue”; y, tomando en cuenta que hemos iniciado de manera exitosa el ciclo escolar 2020-21; sólo así nos atrevemos a mirar en que consistiría un “posible” regreso a clases de manera presencial.
Ninguno de los mecanismos anteriormente mencionados fue en solitario, contamos siempre con el apoyo y guía de la autoridad federal, en particular con el de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y su titular, el Secretario Esteban Moctezuma Barragán. El “posible” regreso presencial a clases en Sinaloa, “de hacerse, si llega a hacerse, cuando se haga”, requerirá de la aprobación de la Secretaría de Salud federal, así lo ha indicado el Gobernador Quirino Ordaz Coppel.
Con esta claridad y transparencia, la viabilidad de cualquier “posible regreso” depende al menos de cinco principios:
Gradualidad: la posible acción de apertura de las escuelas debe ser gradual para todo el sistema educativo, incluso escuela por escuela; esto es, NO se pretende un regreso universal y uniforme para todas y todos.
No obligatoriedad: la medida adoptada habrá de tener un carácter voluntario, opcional y no obligatorio; lo cual implica que ningún estudiante, ni madre/padre de familia esté obligado a asistir presencialmente a la escuela.
Territorialidad y niveles educativos: en Sinaloa existen nueve municipios (Choix, Mocorito, Angostura, Cosalá, Elota, San Ignacio, Concordia, El Rosario y Escuinapa) “en verde”, de acuerdo con el semáforo epidemiológico de la Secretaría de Salud en el estado; dentro de esta posibilidad geográfica, existen ciertos niveles educativos que podrán requerir de una apertura priorizada, como la educación básica. La decisión sobre qué municipios involucrar se tomaría de consenso con los alcaldes.
Sana distancia, división de grupos y focalización: las estrategias diferenciadas habrán de preservar el distanciamiento social en las entradas de las escuelas, sus áreas públicas, salones y espacios cerrados, además de implementar medidas para la división de grupos cuando la capacidad presencial lo amerite; adicionalmente, la focalización de acuerdo con el nivel de rezago o prioridad será un determinante de la asistencia (particularmente en casos híbridos).
Acompañamiento del sector salud: la estrategia habrá de tener componentes de intersectorialidad donde la comunidad educativa pueda disponer de servicios para la detección-confirmación de casos, tratamiento y trazabilidad (interrupción de cadenas de contagio). De este trabajo daremos a conocer un sistema puesto en marcha desde hace meses.
La escuela representa parte de la solución y no del problema para muchísimas familias, antes y después de la pandemia. En los últimos meses recuperó su función social de articulación con las familias para la toma de decisiones. No se trata de un asunto menor, sino de una de las mayores victorias para nuestro tiempo.
El prolongado cierre de escuelas no sólo impide recobrar una normalidad que libere presión a la crisis económica, sino que incrementa el estrés en los hogares que supone el encierro, la educación a distancia, el hacinamiento y la incongruencia que se percibe de ver a niñas, niños y jóvenes en las calles y parques, pero no en las escuelas.
En atención a las recomendaciones de organismos como la UNICEF, los efectos adversos en el aprendizaje de las generaciones de educandos, los riesgos a la interrupción de sus trayectorias educativas y la posible crisis social susceptible de vivirse en distintos rincones del estado urgirán, sin importar el momento del regreso presencial, a implementar medidas para recuperar las clases presenciales. En Sinaloa nos estamos preparando para ello, con tiempo y a tiempo.
Mención aparte merecen los docentes de Sinaloa y los funcionarios de la estructura en SEPyC, quienes en todo momento han encontrado márgenes de maniobra cuando todo parecía imposible. Los docentes en estado de vulnerabilidad no serían obligados a regresar, ni tampoco a ser suplantados; no se trata de llegar, sino de llegar JUNTOS. Los directores de las escuelas jugarán un rol determinante para mantener la operatividad escolar al máximo. Mi mayor reconocimiento y respeto para las organizaciones sindicales y sus liderazgos, Edén Inzunza en la Sección 27 y Fernando Sandoval en la 53, quienes no han escatimado en “CÓMO SÍ”, con sensatez y generosidad.
Sí, el posible regreso a clases presenciales, cuando suceda, es una decisión polémica y con riesgos de politizarse; requiere de una serie de condiciones, en los que nunca debemos escatimar en cuidar la salud y seguridad de nuestra comunidad educativa. Me enorgullece pertenecer a un gobierno que hace del argumento su mejor instrumento, porque gobernar es argumentar.
Que así sea.