Remdesivir: el gran fracaso en la batalla contra Covid-19

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
31 octubre 2020

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alberto.kousuke@uas.edu.mx

El 10 de enero de 2020, dos días después de que se confirmó que el SARS-CoV-2 era el agente causal de Covid-19, una publicación en “Nature Communications” afirmó que el remdesivir tenía un potente efecto inhibitorio sobre el coronavirus causante del MERS (misma familia que SARS-CoV-2).

Dos semanas más tarde, médicos estadounidenses reportan que un paciente de 35 años mejoró rápidamente de Covid-19 después de administrarle remdesivir.

Un pequeño estudio clínico publicado el 29 de abril en la revista científica The Lancet demostró que el remdesivir no tenía ningún efecto significativo para el tratamiento de Covid-19. Esta investigación fue realizada en China.

Curiosamente, el mismo día fue publicado un análisis provisional de un estudio clínico a gran escala conducido por el Instituto Nacional de Salud (NIH) de Estados Unidos, el cual mencionaba que el remdesivir era un gran candidato para el tratamiento de Covid-19. La droga reducía el tiempo de hospitalización de 15 a 11 días, es decir, los pacientes se recuperaban 31 por ciento más rápido que aquellos recibiendo placebo.

Dos días después de que salieron los resultados de China y Estados Unidos, la FDA otorgó temporalmente una autorización de emergencia (la cual está muy lejos de ser una aprobación completa) al remdesivir para utilizarse en pacientes con Covid-19. La FDA citó los datos del NIH, pero no del estudio Chino.

Otro estudio publicado el 8 de Octubre en la revista The New England Journal of Medicine (NEJM) afirmó que los pacientes que recibían remdesivir se recuperaban en 10 días.

Octubre fue un buen mes para Gilead Sciences, el monstruo farmacéutico estadounidense productor de antivirales. El 8 de octubre (otra coincidencia feliz), esta compañía firmó un acuerdo con la Unión Europea para suministrarla de remdesivir, un trato de aproximadamente mil millones de dólares.

Para cerrar con broche de oro, el 22 de octubre, la FDA aprobó el uso de remdesivir para el tratamiento de SARS-CoV-2, la primera droga en recibir dicha aprobación.

Dichas decisiones dejaron perplejos a los científicos que han estado observando minuciosamente los estudios clínicos de remdesivir en los últimos 6 meses.
El 15 de octubre, el cuarto y más grande estudio clínico de remdesivir realizado por la OMS en el proyecto “Solidaridad” demostró que la droga no reducía la mortalidad ni el tiempo de recuperación en pacientes con Covid-19.

Uno hubiera esperado que esto fuera el tiro de gracia para el remdesivir, un estudio realizado en 405 hospitales de 30 países distintos demostrando su inefectividad ante el SARS-CoV-2.
El neoliberalismo médico, de nuevo hizo de las suyas. La mercantilización de la salud nos ha transformado de pacientes a consumidores.

Esto no es nada nuevo para la FDA, en 1997, esta agencia estadounidense estableció que las compañías farmacéuticas podían promocionar sus productos directamente a los pacientes (direct-to-consumer advertising). Esto fue logrado gracias al discurso de que los consumidores pueden tomar decisiones informadas mediante campañas de publicidad.

Por último, también surgen preguntas respecto a la seguridad del remdesivir. A finales de agosto, la OMS empezó a notar un alto y desproporcionado número de pacientes con daños renales y hepáticos en pacientes recibiendo remdesivir.

Si algo nos queda claro, es que el remdesivir no funciona para el tratamiento de Covid-19, y que el único propósito de algunas compañías inescrupulosas es generar capital.

Como ha sido desde que inició la pandemia, lo único que podemos hacer es seguir con las medidas de distanciamiento e higiene. Europa se encuentra en estado crítico y en México aún ni salimos de la primera ola.