Reinicio escolar... A DISTANCIA
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Juan Alfonso Mejía López
juanalfonsomejia@hotmail.com
@juanalfonsoML
FB: Juanalfonsomejia.com
El lunes 11 de enero se reintegran casi 580 mil alumnos de educación básica a la escuela. Todos lo harán a distancia, sin importar la modalidad o el nivel educativo en el que se encuentren; escuelas públicas y privadas. Los maestros ya iniciaron el pasado 7 y 8 de enero en los Consejos Técnicos Escolares (CTE), ninguno bajo la modalidad presencial.
En los últimos 12 años de mi vida he escrito siempre sobre el “regreso” a clases, ahora digo “reinicio”. La diferencia no es de forma, es de sustancia; la pandemia Covid-19 representa el inicio del Siglo 21 en toda su extensión. Si bien es cierto me tocó vivir los estragos de la crisis de la influenza H1N1 cerca del entonces Secretario de Educación en el país, Alonso Lujambio Irazábal, nada parecido a lo experimentado al día de hoy.
Destaco la diferencia presentada entre ambos fenómenos para reconocer el inmenso valor de la comunidad educativa. A pesar de las difíciles condiciones, la pandemia no nos ha derrotado. Les comparto dos casos concretos para dimensionar el tamaño del reconocimiento, a partir de indicadores a la vista de todos.
Primero, el sistema educativo ha garantizado su continuidad. Se cerró un ciclo escolar (2019-2020) y se aperturó el siguiente (2020-2021). Haber interrumpido cualquiera de ambos procesos habría traído consigo una crisis de identidad en los menores y aspiracional en las familias, sobre todo aquellas de escasos recursos.
Segundo, la Secretaría de Educación Pública (SEP) estima que la tasa de deserción en el país puede alcanzar hasta el 10 por ciento en el país; en Sinaloa esta tasa alcanzó el 1.8 por ciento. Lo anterior no quiere decir que la SEP se equivocó, sino que Sinaloa acertó en focalizar sus esfuerzos.
“Desde hoy a la escuela” es la estrategia impulsada por el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, tiene por objetivo enfocar todas las baterías en contra de la deserción. Entre las actividades más notorias destaca: 1) el seguimiento a 132 mil 573 jóvenes considerados en riesgo de abandono; 2) el envío de cartas personalizadas a los padres de familia de más de 16 mil 286 niñas, niños y jóvenes, detectados en la estrategia y que no se inscribieron en los tiempos acordados; 3) la recuperación de 6 mil 137 estudiantes, gracias a la intervención de los directores y maestros en el terreno, a partir de la información generada desde SEPyC.
A todos nos ocupa la eventualidad sobre un posible regreso a las aulas, pero éste sucederá una vez que la Secretaría de Salud federal autorice para ello. Mientras tanto, tengamos claridad sobre dos aspectos: primero, una cosa es declarar la posibilidad de un regreso y otra es implementar en los hechos esa normatividad; segundo, la mejor forma de implementar cualquier estrategia es resolver, en los hechos, “paso a paso”.
Respecto del primer punto, en Sinaloa ningún regreso será improvisado y será socialmente útil, sin importar cuándo se dé. Los cinco principios a considerar siguen siendo: 1) la gradualidad, el regreso será escalonado, no todos de un día para otro; 2) la territorialidad, los contextos de las comunidades serán tomados en cuenta (no es lo mismo Culiacán que la comunidad de San José de Gracia en Sinaloa de Leyva); 3) la no obligatoriedad, la escuela presencial será, en un inicio y cuando las condiciones lo permitan, optativas para los padres de familia; 4) el acompañamiento del sector salud es primordial en todo momento; 5) bajo resguardo de la sana distancia, cuidando entradas-salidas, recreos y asistencia (lunes y miércoles, martes y jueves, viernes).
Si algo nos ha enseñado la pandemia es lo importante de resolver las pequeñas coyunturas, con claridad del destino hacia donde nos dirigimos, pero concentrando nuestros esfuerzos en objetivos concretos. En este reinicio escolar a distancia, nos toca reiniciar, no analizar las condiciones del regreso. Los maestros discutieron en el último CTE sobre las buenas prácticas a llevar a cabo con miras a garantizar los aprendizajes en esta segunda mitad del ciclo escolar, sin dejar de lado la experiencia para mantener o recuperar alumnos en riesgo de abandono por las condiciones de la pandemia. Tienen listos los conocimientos claves a desarrollar hasta Semana Santa, sin que esto signifique que no vayamos a regresar antes, pero sí están preparados mes por mes (enero- febrero-marzo).
Una vez reiniciado el ciclo escolar, afinaremos la estrategia de los Centros de Atención Comunitaria (CAC), unos centros destinados a dar asesorías a los alumnos. Estos centros pueden echarse a andar con semáforo amarillo, cuidando en todo momento el número de alumnos por docente, nueve.
Los CAC no representan el regreso a clases, pero sí un sistema de tutoría que permite despresurizar socialmente muchos hogares, al tiempo que nos orienta a combatir desde la deserción desde otra perspectiva. La puesta en marcha de esta estrategia requiere del consenso de la comunidad educativa y los acuerdos con las secciones sindicales 27 y 53. Pero eso no es nada nuevo, siempre hemos hecho equipo por la causa de las niñas, los niños y los jóvenes, al igual que a favor de nuestros docentes.
Los esfuerzos han sido enormes, pero han dado resultado. En Sinaloa, cuando todo esto termine, porque va a terminar, podremos decir que cuidamos el sueño de la escuela. Lo hicimos bien y lo seguiremos haciendo mejor. Primero los niños y siempre...Puro Sinaloa.
Que así sea.