Recuerdos de una pandemia

Pandemia es estrictamente una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países y en nuestras mentes habita, entre pesadilla y recuerdo, la memoria de lo que significó la pandemia del Covid para muchos de nosotros. Hoy los culichis y algunos más en Sinaloa hablan de la narcopandemia.

Más allá de lo que significaron las pérdidas en salud y vidas de centenares de seres queridos, ¿por qué la crisis de seguridad en el estado Sinaloa tiene esa etiqueta entre sus habitantes? No corresponde a una epidemia, sin contar lo que se podría significar en términos metafóricos, sin embargo, en cuanto a los factores materiales refiere, las similitudes son aterradoras.

Las personas están encerradas en sus casas, con horarios muy específicos y tratando de evitar la menor de las exposiciones. Un sentimiento de ansiedad y temor se respira. El cierre de negocios es inminente, las ventas se cortan, el día a día se complica, los niños y adolescentes volvieron al encierro y ahora no es virus lo que te mata, son las balas.

El precio del narco es alto, ya no solo en vidas, ahora también en pesos.

La guerra tiene que terminar lo antes posible, tiene que ser contenida, porque a diferencia de aquella pandemia que nos tomó años recuperarnos, con esta y estando tan cerca de la otra, no nos podemos permitir ese lujo.

Como aquella pandemia, todos de alguna manera atravesamos el mismo mar pero lo hacíamos en condiciones diferentes, algunos yates de lujo, otros en lancha, otros remando en panga y algunos nadando, son sobre todo estos últimos, los que nadan, los que terminan pagando los precios más caros. Este lema del gobierno saliente “Primero los pobres” es una realidad, los primeros que se joden siempre son los pobres, somos la clase trabajadora, los de a pie, sin embargo, no falta mucho para que también lo sientan los ricos, los empresarios, y los costos se dividen, son caros para ellos, muchos más caros para los otros, ¿en quién está la responsabilidad de la paz?

Dicen que como sociedad todos somos responsables, eso hoy por hoy me parece muy abstracto, es lo mismo a decir que nadie es responsable, necesitamos tomar las calles y cerrar los espacios para que el Estado haga la parte que le corresponde y nos ofrezca las condiciones mínimas de seguridad para una vida digna, ¿cómo podríamos hablar de progresos?, ¿de un nuevo inicio?, sin trabajo, con miedo y sin salir de casa.

Hoy no podemos permitir ni indolencia, ni indiferencia por parte de las autoridades, tenemos que recuperar nuestros territorios, nuestras carreteras y nuestras calles, pues ¿cómo podríamos decir que son nuestras?, si se nos son negados.

Mientras tanto, recordemos que en aquel periodo sólo la solidaridad nos rescató, no nos soltemos, que sólo nos tenemos a nosotros, aunque el mundo se vea grande, no deja de ser una isla en medio del vasto universo. Ayuda al vecino en lo que puedas.

Que la paz vuelva pronto y, cuando vuelva, no nos permitamos soltarla de nuevo.

Gracias por leer hasta aquí.

Nos leemos pronto.

Es cuánto.

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