Reactivación, mitigación y el ojo público. Visibilizar medidas y mostrar la realidad

Alejandro Sicairos
13 mayo 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Mientras la pandemia de coronavirus navega por el País como un barco sin brújula ni timón, y con la tripulación ciega, en Sinaloa creció ayer el apremio que los sectores económicos le hacen al Gobierno del Estado para que entre a la fase de reactivación pero sin descuidar los esfuerzos de prevención, detección y atención de nuevos casos. Instalada la certeza de que no se aplican las pruebas suficientes para medir el impacto real del Covid-19, también se colocó en la conversación pública el temor a que la mitigación sea obstruida por la prolongación de la enfermedad.

La gente está confundida, arisca, asustada. No es para menos cuando percibe que las instituciones de salud pública van a tientas en la emergencia nacional porque cada vez que nos dicen que atenúa, aumenta la sospecha de que están administrado los datos de contagio y muertes para hilar la quimera de la Nación que sí supo cómo quitarle la corona al virus de Wuhan, cosa que ni Donald Trump puede hacer en Estados Unidos.

Se patentiza en los sectores económicos ese doble deseo: que existan condiciones para la recuperación gradual de la planta productiva, e igualmente que las autoridades nacionales y estatales estén hablando con la verdad. La curva aplanada, la mitigación en ciernes o las estadísticas a modo serán los fantasmas que no ronden durante los próximos dos meses.

El empresario Adrián Coppel Calvo, quien ha acompañado al Gobernador Quirino Ordaz Coppel con bastante ayuda para atender la pandemia, fue claro ayer en la conferencia de prensa de Coparmex al sostener que debe existir visibilidad sobre la estrategia de control epidemiológico que lleva a cabo el gobierno, esto para fortalecer la confianza en el contexto de reactivación económica. Es decir, definir objetivos o metas cuantitativas claras, de modo similar a como lo están haciendo autoridades en otras partes del mundo.

Desde su punto de vista, el cual inclusive ha expuesto al seno del Consejo Estatal de Seguridad en Salud, los planes de trabajo y objetivos medibles deben de comunicarse y estarse trabajando ya arduamente al más alto nivel para que se logren. A cada persona identificada en cada red de contagio, señala Adrián Coppel, debe facilitársele la prueba de inmediato, medir que eso suceda y reportarlo como parte de la rendición de cuenta y efectividad del trabajo, protegiendo datos personales.

Considera que toda prueba realizada debe generar resultados en un máximo de 24 horas pues al manejar plazos mayores se reduce mucho la efectividad del esfuerzo de contención de contagios. Se debe asegurar con todos los recursos del estado y ayuntamientos que toda persona a quien se le pidió aislamiento en su casa por formar parte de casos confirmados, sospechosos y posibles contagiados, cumpla y se le haga el debido seguimiento diario, así como apoyar en los casos que por necesidad económica o alguna situación especial no puedan. Y esto reportarlo también.

En otra muestra de esa esperanza incompleta o desconfianza a medias, las 34 organizaciones empresariales adheridas al Acuerdo por Sinaloa que coordina el Codesin con Lauro Meléndrez a la cabeza, realizaron las primeras proyecciones de lo mucho que resultará afectado Sinaloa. Habla de la contracción brutal de la actividad económica, con una caída general del 6 por ciento y con sectores como turismo, restaurantes y comercios cuyo desplome fluctúa entre el 20 y 30 por ciento. La reducción en ventas es calculada del orden de los 13 mil 600 millones de pesos.

Las repercusiones vendrán en cascada con cierre masivo de empresas que al caer sus ingresos no pueden hacer frente a sus obligaciones, y pueden quebrar, con la pérdida inmediata de decenas de miles de empleos y reducción en la captación de impuestos por parte de los Ayuntamientos, Gobierno del Estado y la Federación. Esta es la otra emergencia que ya asoma cuando nos dicen que la “nueva normalidad” está a la vuelta de la esquina.

Lo que angustia más es que ya asoma la crisis del dinero, el empleo, la alimentación y demás certidumbres a que nos habíamos acostumbrado, sin embargo, aun no derrotamos al coronavirus. Hay menos casos nuevos, menos fallecimientos atribuidos al SARS-Cov-2 y quien sabe cuántos enfermos asintomáticos porque o no se aplican las pruebas para conocer el dato auténtico, o bien a las autoridades les dejó de interesar el conocimiento de tal verdad.

Esa es la razón por la que figura como punto principal en las propuestas urgentes que el Acuerdo por Sinaloa presenta al Gobierno de Sinaloa el fortalecimiento del sistema de salud pública y protección al personal de salud, trabajadores y profesionales. “Dotar de inmediato del equipamiento humano y técnico necesarios para atender un alto volumen de pacientes graves y contener el contagio mediante mecanismos de trazabilidad, pruebas suficientes y aislamientos focalizados. La propuesta establece la meta ambiciosa de crecer a tres mil pruebas diagnósticas diarias de Covid-19.

Por estos planteamientos que denotan el interés del sector privado para cooperar en la reactivación, con los mismos bríos que lo hizo en los momentos más duros de la pandemia, no debiera molestarse el Secretario de Salud, Efrén Encinas Torres, quien ayer emitió un atípico posicionamiento pidiendo que dejen a los expertos decidir sobre el tema. ¿Y los ciudadanos qué?

 

Reverso
Con un rocío de saliva,
El virus con vidas acaba,
Pero con muy poquita baba,
Toda voluntad se derriba.

 

Las mesas vacías
El lunes los choferes del transporte urbano y ayer los comerciantes del área circundante de Catedral en Culiacán le han dado forma a la narrativa de la otra angustia, la del hambre y desesperación, que se instala en las mesas de los hogares, lo cual espolea al Gobernador Quirino Ordaz a acelerar la entrega de ayuda alimentaria que han recibido tres mil familias del centro de Sinaloa.