¿Qué sigue en primera infancia?

Luis Daniel Rodríguez López
04 junio 2019

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@luisdanielrguez, @Mexicanos1oSin
www.mexicanosprimerosinaloa.org


Desde el año 2014, comenzando con el estudio “Los invisibles”, Mexicanos Primero ha presentado evidencia constante (al igual que organismos internacionales como UNICEF y UNESCO) de que los primeros años de vida son “exponencialmente formativos”. Durante esta etapa, se adquiere una base sólida de aprendizaje y habilidades socioemocionales, cognitivas y lingüísticas, determinantes para el desarrollo pleno de cada persona, que difícilmente se obtienen en los años posteriores. 


Y aunque la primera infancia es la etapa más prolífica de la vida, ha sido también la más desatendida en términos del derecho a aprender, tanto en México como en Sinaloa. Esto provoca que los infantes lleguen en desventaja a la primaria y se aumenten las brechas de desigualdad.


Por ejemplo, de acuerdo con otro estudio de Mexicanos Primero, el ICRE 2018, durante el ciclo escolar 2016-2017, en Sinaloa únicamente 3.7 por ciento de las niñas y niños en edad de 3 años asistió al primer grado de preescolar, ubicándose en el último lugar a nivel nacional.


Por otra parte, por indicación del Gobierno federal, el presupuesto a las estancias infantiles se redujo casi 50 por ciento a principios de este año, lo que implicó el cierre de algunas de éstas, afectando tanto a alumnos como a trabajadores.
Afortunadamente, se han mostrado indicios de voluntad política para cambiar el statu quo. En primer lugar, la nueva reforma constitucional al artículo tercero, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de mayo pasado, reconoce, por primera vez, el derecho de las y los niños de 0 a 3 años de edad a recibir educación inicial, así como la obligación de los tres niveles de Gobierno para garantizarla. De igual manera, se establece el deber del Poder Ejecutivo de definir una Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (algo inédito en el País), la cual deberá publicarse, a más tardar, en noviembre de 2019.


Por otro lado, en Sinaloa, hace una semana la autoridad educativa presentó una estrategia estatal denominada “Primero de primaria es muy tarde”, la cual tiene como objetivo asegurar que todas las niñas y niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para ingresar a la primaria. 


Lo anterior pretende lograrse a través de cinco ejes: 1) medición del desarrollo infantil; 2) adecuaciones curriculares; 3) formación de agentes promotores; 4) articulación intersectorial y; 5) campañas de sensibilización con las familias.


Ahora bien, para que un derecho sea garantizado, debemos exigir que esté plasmado en la norma. No obstante, la Ley de Educación del Estado de Sinaloa, en su artículo 61, estipula que la edad mínima para ingresar a la educación básica es a los 4 años (a diferencia de la Ley General de Educación, que establece que es a los 3), lo que deslinda al Gobierno estatal la obligación de atender el primer grado de preescolar.


En ese sentido, ahora corresponderá a la Legislatura local realizar dos tareas: la primera es modificar la ley de educación del estado para que se encuentre homologada a ley general y se vuelvan obligatorios los tres años del preescolar; y en segundo lugar, teniendo en cuenta que el gasto es el principal instrumento de política pública, se deben aportar mayores recursos a la primera infancia en el presupuesto de egresos del estado, ya que, históricamente, la educación inicial y preescolar, son los niveles educativos que reciben el menor financiamiento.


En Mexicanos Primero Sinaloa, reconocemos a las autoridades locales por ser pioneros a nivel nacional en promover una estrategia que prioriza el desarrollo integral de la primera infancia, pero ahora falta lo más complicado: volver realidad este derecho. Por ello, estaremos atentos a su implementación, acompañando y señalando sus áreas de oportunidad. 


Reiteramos que la transformación educativa es una corresponsabilidad social, por lo tanto,  únicamente con la participación de todos los agentes de cambio podremos verla reflejada en las escuelas.

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El autor es investigador en Mexicanos Primero Sinaloa.