Prosapia

Lorenzo Q. Terán
21 agosto 2024

Cuando pensamos en el pasado y presente de nuestro País, quedamos gratamente impresionados por la marcha de los acontecimientos. Presente y pasado presentan interesantes analogías, que no podemos eludir. Sobre todo, el permanente anhelo de construir un mundo mejor, esa ha sido su principal divisa.

En el pasado, en un importante periódico estudiantil de la UAS, publicado en la década de los 60, se lee: “los dolores que quedan son las libertades que faltan”. Los estudiantes rosalinos, que impulsaron los valores de la auténtica autonomía universitaria, basada en su vida interna democrática, tenían mucha razón. Aún se recuerda con orgullo esa etapa histórica, en la cual se registraron luchas estudiantiles con el fin de dignificar su institución educativa.

En la más importante institución de educación en Sinaloa, hoy los estudiantes y la comunidad rosalina nuevamente se encuentran en un punto crucial de su historia. Estamos plenamente seguros de que encausarán a su institución, tal como reza su lema: “hacia la cúspide”, como ha sido a lo largo de más de un siglo. La crisis por la que ha atravesado la institución educativa más importante de la entidad, se superará y retomará su vida normal con la reforma a su Ley Orgánica, tal y como reclaman sus estudiantes y maestros. La nueva generación reformadora cuenta en su seno con una camada de buenos maestros jóvenes y entusiastas estudiantes, que con mucho ánimo están dando una batalla ejemplar para encauzar a la institución de los Buelna por la senda de la superación académica, la ciencia y la cultura, recuperando los valores universitarios más altos.

Actualmente, la tarea primigenia de la comunidad universitaria es luchar por la reforma de la Ley Orgánica de su institución. Con su nueva Ley Orgánica como piedra angular, seguro la UAS recuperará su misión esencial, que es la de educar con valores científicos y democráticos a la juventud sinaloense. La UAS es la institución de más prosapia en la entidad y la constante en su historia ha sido promover la participación plural y propiciar la libertad de ideas en su interior. Cada vez que la UAS ha sido mal conducida y se ha distorsionado su rumbo, los universitarios se han sabido sacudir esas rémoras y han encausado a su institución por el camino de su superación académica y democracia sin cortapisas. Con la inminente nueva Ley orgánica vamos a ver un renacimiento en todo esplendor de sus más altos valores educativos.

Hacia allá camina la lucha actual por la reforma universitaria. Es un paso fundamental que tiene que culminar con el triunfo de los universitarios, sobre la élite caciquil. En este nuevo rumbo es perentoria la participación de estudiantes y maestros, dos pilares fundamentales de la Universidad, para lograr que su Ley orgánica cuente con el más amplio consenso de la comunidad. Todo el campus universitario está despertando, participando cada vez de manera más amplia, para recuperar a la Universidad para los universitarios. Allí está la clave para que la Universidad marche a su verdadera superación académica. No hay otro camino más idóneo ni seguro que escuchar la voz de los estudiantes y académicos. Sin democracia no hay verdadera autonomía. La verdadera autonomía universitaria es la que debe regir, no la contrahechura que proclaman sus caciques, auténticos violadores de la gestión académica basada en el honor y la transparencia.

Un principio básico que los estudiantes deben recuperar en la nueva Ley Orgánica es la gratuidad de la educación. Ese principio de la educación pública se ha violentado de manera inconcebible en la UAS. Desde hace aproximadamente 20 años empezó a incrementarse el costo de inscripciones y servicios, esto no ha parado, en perjuicio de los estudiantes universitarios. Recuérdese que la educación es un derecho constitucional. La UAS es una institución de educación pública, que recibe un subsidio amplio y suficiente del Gobierno federal y del Estado, para cubrir la gratuidad de la educación de sus estudiantes y el pago del sueldo de sus maestros, que no finjan demencia sus opacos directivos.

La reforma universitaria en la UAS es de vital importancia para que los estudiantes y maestros retomen su papel protagónico y el rumbo de su superación académica, de la convivencia fraterna, plural, en un ambiente festivo; para que el campus universitario se serene y vuelva a prevalecer la convivencia democrática en el seno de la Universidad. Una vez que se concrete la Ley Orgánica en la Universidad, la alegría entre docentes y universitarios va a renacer de manera natural y el árbol de la ciencia y la cultura volverá a florecer a plenitud en el Alma Mater de todos los sinaloenses.

No olvidemos que tanto docentes como estudiantes están muy despiertos sobre el sentido progresista de la reforma universitaria, sobre la necesidad de armonizar a la Universidad con los nuevos tiempos que vive México.

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