Preparar el mañana

Rodolfo Díaz Fonseca
03 septiembre 2019

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@rodolfodiazf

El día de mañana se prepara y diseña en la agenda de ayer, dice un atinado pensamiento organizacional y motivacional. Efectivamente, si se trabaja hoy no debe existir demasiada preocupación por el mañana.

En una ocasión, Jesús dijo a sus discípulos: “No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas” (Mt 6,34).

No es que el mañana no sea importante, pero lo que se debe resaltar es la acción de hoy que catapulta lo que sucederá mañana. De ahí que, como aconsejó Horacio -Carpe diem-: hay que aprovechar el momento presente para preparar el mañana.

Lo importante y fundamental es cómo queremos que sea el mañana, porque de eso va a depender la tarea y el desempeño de hoy. El futuro depende de nosotros y es importante actuar de tal forma que se convierta en un mañana esperanzador y promisorio, como acentuó Max Horkheimer, en su escrito En torno a la libertad:

“Si tuviera que explicar por qué Kant perseveró en la creencia en Dios, no encontraría mejor referencia que un pasaje de Víctor Hugo. Lo citaré tal como me ha quedado grabado en la memoria: una mujer anciana cruza una calle, ha educado hijos y cosechado ingratitud, ha trabajado y vive en la miseria, ha amado y se ha quedado sola. Pero su corazón está lejos de cualquier odio y presta ayuda cuando puede hacerlo. Alguien la ve seguir su camino y exclama: “ça doit avoir un lendemain”, esto debe tener un mañana. Porque no eran capaces de pensar que la injusticia que domina la historia fuese definitiva. Voltaire y Kant exigieron un Dios, y no para sí mismos”.

¿Preparo el mañana? ¿Actúo hoy con plena libertad, responsabilidad y consciencia?