¿Por qué leer los clásicos?
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Hay demasiados libros, dijo Gabriel Zaid, pero muy pocos lectores. Algunos libros –llamados best seller- tienen ediciones impresionantes y se venden como pan caliente, pero no todos perduran ni pueden ser llamados clásicos.
¿Cuáles serían los libros o autores clásicos? Antiguamente se reservaba este término a los autores griegos y romanos; sin embargo, pronto se amplió el horizonte para considerar que debía incluirse en esta lista a los escritores fundamentales de cada lengua, como Cervantes, Shakespeare y Dante, por citar algunos.
No obstante, algunos se preguntarán si otros célebres escritores, como Tolstoi, Dostoyevski, Víctor Hugo, Balzac o Unamuno pueden ser considerados también clásicos. De igual forma, sería preciso delimitar si muchos autores contemporáneos, como García Márquez, Paz, Cela, Neruda, Sábato y muchos otros entrarían en esta clasificación.
Jorge Luis Borges alertó sobre el peligro de considerar clásicos a libros que tal vez no conserven siempre su actualidad. Por eso, dilatando el espectro, Italo Calvino expresó que un clásico “es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”.
Este autor italiano escribió en 1981 un artículo titulado ¿Por qué leer los clásicos?, en el que dijo: “Los clásicos son esos libros de los cuales suele oírse decir: «Estoy releyendo...» y nunca «Estoy leyendo...”.
Agregó: “Los viejos títulos han sido diezmados pero los novísimos se han multiplicado proliferando en todas las literaturas y culturas modernas... Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él”.
Finalmente, citó a Cioran (quien no era un clásico, al menos de momento): “Mientras le preparaban la cicuta, Sócrates aprendía un aria para flauta. “¿De qué te va a servir?”, le preguntaron. “Para saberla antes de morir”.
¿Leo los clásicos?
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@rodolfodiazf