¿Por encuesta, el candidato de Morena? En Sinaloa le abriría rendijas al conflicto

Alejandro Sicairos
03 noviembre 2020

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alexsicairos@hotmail.com


A no ser que Mario Delgado Carrillo, el nuevo dirigente del Movimiento Regeneración Nacional, quiera cambiar de método para borrar el trauma del tramposo sondeo de opinión que lo pone al frente del partido, desde junio se aprobó en la cúpula de Morena que los candidatos a Gobernador sean definidos mediante encuestas. Otro elemento también ya decidido es que se dará oportunidad a externos que quieran participar en los 15 estados que renovarán la titularidad del Ejecutivo local.

Este punto lo ventiló en Culiacán el Senador Rubén Rocha Moya al precisar que desde el 15 de noviembre podría empezar el procedimiento para elegir al candidato en Sinaloa, lo cual da pauta a dudas y suspicacias que tienen que ver con el desastre en que acabó el procedimiento que realizó el Instituto Nacional Electoral para elegir al líder morenista nacional, mismo que inconformó a Porfirio Muño Ledo, el contrincante de Delgado Carrillo.

En lo que corresponde a Sinaloa la pregunta que emerge tiene que ver con el universo de personas a las que se consultará. En caso de encuestar a puros militantes de Morena se carece de un padrón confiable ya que el partido en sí se halla desorganizado y disperso; si la exploración es abierta a la población en edad de votar, se le teme a la manipulación de los participantes e intromisión de otros partidos para descarrilar el resultado.

Lo que lleva avanzado el aún dirigente Nacional de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, en lo que respecta al procedimiento interno para postular a los que irán a la elección intermedia del 6 de junio de 2021 establece que se abanderará a los que aparezcan arriba en las encuestas, sean o no morenistas, siempre y cuando garanticen triunfos electorales.

El punto de los externos ocasiona bastante ruido y avisa de la posible irrupción de personajes o grupos de poder dispuestos a aprovechar dicha claraboya de candidez partidista para colarse a las candidaturas de Morena. A esta eventualidad de salir adelante en la postulación decidida por encuesta es a la que le apuesta Gerardo Vargas Landeros, el mochiteco que pelea a capa y espada el derecho a ser tomado en cuenta como aspirante a la gubernatura de Sinaloa.

Es un tema viejo, sin embargo, preocupa que ya esté decidido. El 30 de junio el líder de la bancada de Morena en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, abrió la controvertida cuestión cuando afirmó a periodistas del estado de Guerrero que ese método ya estaba palomeado por el consejo central de Morena. “Todos pueden entrar, los que quieran, los que puedan, los que se sientan aptos. Y todos los puestos de elección popular se definirán por encuestas”.

Falta ver qué determina la nueva dirigencia del partido del presidente López Obrador. A Mario Delgado, quien se perfila para tomar la estafeta en Morena, le fue mal al establecerse que fuera designado por encuesta y ahí sigue viva la impugnación que en su contra presentó Muñoz Ledo. ¿Es democracia interna encargarle la decisión a un sondeo incapaz de clarificar los intereses que podrían agazaparse detrás de los encuestados?

La reciente experiencia les previene que de utilizar para designar candidatos el mismo mecanismo usado para elegir dirigente, la consecuencia vendría invariable. Cada vez afloran más dudas de los criterios estadístico, metodológico y técnico que aplicó el INE en el ejercicio que pretendía generar confianza en la asunción del nuevo líder y lo que aporta hasta ahora es recelos y enconos. Ya se los dijo Raúl Rojas, matemático de la Universidad Libre de Berlín: las encuestas que dieron como ganador a Mario Delgado carecieron de rigor y, por lo tanto, son poco confiables.

En estos momentos, si es que Mario Delgado asume el liderazgo de Morena y opta por respetar lo que ya se aprobó por Ramírez Cuéllar, en Sinaloa se apuntarían para participar los senadores Rubén Rocha Moya, Imelda Castro y el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez. Y, claro, Gerardo Vargas que ha presumido públicamente su afiliación al bando de la 4T.

Imaginemos que prospere la disposición que al parecer sigue firme de encargarle a una casa encuestadora la medición de simpatías hacia los pretensos de Morena, o externos, al Gobierno de Sinaloa. Sin margen de error es posible aventurar que ello terminaría siendo un conflicto colosal entre los que se autoafirman morenistas puros y aquellos advenedizos que perdieron sus plataformas electorales y buscan subirse al carro de la transformación.

Cuidado, pues. Quitarles a los morenistas la posibilidad de decidir quién sea su candidato les puede despojar también de la posibilidad de ganar la elección, o en todo caso afectar la legitimidad de alguien que la encuesta dé como ganador pero la sospecha lo anule como gobernante confiable.


Reverso

Se recomiendan dos preguntas,

De muy mala intención:

Si tienen cloacas adjuntas,

O narcos como patrón.


Todo contra todos + GVL

Rubén Rocha Moya cree que es el candidato, pero “El Químico” Benítez lucha por sacarlo de la jugada; Imelda Castro Castro busca ser la abanderada, pero Rocha la quiere apabullar con las encuestas; Graciela Domínguez Nava podría entrar como tercera en discordia, pero Jesús Estrada Ferreiro se le está atravesando; al Alcalde de Culiacán le late su corazoncito, pero los culiacanenses pretenden detenerle ese pálpito; Gerardo Vargas Landeros le apuesta al amuleto del trébol de cuatro para emerger en las aguas morenistas revueltas y… ¡nomás se descuidan va a ser el único ganón!