Poema de amor

Rodolfo Díaz Fonseca
09 mayo 2020

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@rodolfodiazf

 

¿Cómo define cada uno a su madre? ¿Encuentra palabras que la perfilen a cabalidad? ¿No es verdad, acaso, que las más refinadas expresiones no llegan jamás a traslucir el amor, pasión y sentimientos que nos embargan ante su recuerdo?

Si quisiéramos explicar qué es una madre, tal vez la definición más adecuada sería: un poema de amor. En efecto, lejos de las idealizaciones románticas, debemos reconocer que para una madre sus hijos y familia serán siempre la prioridad.

Albert Cohen, en “El libro de mi madre”, señaló que las más bellas palabras no podrían llenar el vacío dejado por su madre: “Por muy llenas de sanguíneo pasado latiendo en las sienes y por fragantes que puedan ser, las palabras que escribo no me devolverán a mi madre muerta… Poco tenía de Hollywood, como veis. Los requiebros de su marido y de su hijo y la felicidad de ambos era cuanto pedía a la vida”.

El Papa Francisco continuamente recuerda la esencial función que desempeña una madre en el tejido social: “Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumana, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral… Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. Individuo quiere decir que no puede ser dividido. Las madres, en cambio, se dividen a partir del momento en el que acogen a un hijo para darlo al mundo y criarlo”.

Un mundo sin madres, recalcó el Papa, es un completo sin sentido: “Un mundo que mira al futuro sin mirada materna es miope… Un mundo en el que la ternura materna ha sido relegada a un mero sentimiento podrá ser rico de cosas, pero no rico de futuro”.

¿Con qué palabras defino a mi madre?