Pemex y López Obrador
El pasado 18 de marzo, en el marco del 86 aniversario de la Expropiación Petrolera, el Presidente López Obrador ratificó la tesis de que la 4T es un discurso que respalda un proyecto político mas no un proyecto de gobierno que da resultados. Nos dijo en su mensaje frases elocuentes de mercadotecnia política que “fomentan nacionalismo” y la defensa de “la soberanía” al tiempo que nos deja claro que sigue atrapado en su dogmatismo ideológico, por lo que no escucha absolutamente a nadie.
El Presidente expuso 10 puntos de lo que según él han hecho de manera concreta para el rescate de Pemex. Pero la realidad de la que no habló el Presidente es que Pemex continúa quebrado con un capital negativo o déficit de patrimonio de -1.6 billones de pesos, por lo que si mantuviera una utilidad como la reportada el 2023 necesitaría más de 15 años para lograr poner su capital en “cero”, es decir, dejar de tener un capital negativo.
De los 10 puntos planteados por el Presidente, al menos seis son asuntos de operación, logros que permiten que la paraestatal no se siga deteriorando pero que no dan solución a sus problemas de estructura financiera.
Si Pemex tiene un déficit de capital de -1.6 billones de pesos como ya lo dijimos, entonces Pemex necesita capital fresco y sólo existen tres fuentes posibles de capital: capital propio (del dueño, en este caso el Gobierno), capital ajeno (sea nacional o extranjero) y reinversión de utilidades.
Con esta idea, la única medida que ayuda a mejorar la estructura financiera de la petrolera es el punto 6 de los expresados por el Presidente, que se refiere a la reducción paulatina que ha tenido el derecho de utilidad compartida (DUC), que es el pago que hace Pemex a Hacienda por cada barril de petróleo que vende.
El DUC en la administración de López se ha reducido de 65 por ciento que se recibió, a 54 por ciento, luego a 40 por ciento y acaba de ser aprobado el 30 por ciento para el 2024. Lo que significa que, al reducirle la carga fiscal, el Gobierno ordeñará menos a Pemex permitiendo que las utilidades retenidas sean mayores y que se empiece a capitalizar la empresa. Sin embargo, esto no es suficiente, porque, como ya lo dijimos, si Pemex mantiene la utilidad del año pasado tardaría más de 15 años para lograr poner su capital en cero.
Pemex necesita capitalizarse para salvarse; la petrolera estatal no será rescatada sólo con “la eficiencia de operación” esto es lo que no entiende López Obrador porque nunca ha manejado una empresa en su vida.
También dijo el Mandatario que “Pemex y CFE no deben ser administradas como si se trataran de empresas privadas cuyo objetivo principal es la ganancia”, Pemex y CFE deben tener ganancias para poder sobrevivir en el tiempo sirviendo a la nación. Las ganancias son a las empresas lo que el aire es al ser humano. Si bien la persona no vive para respirar si no respira se muere. Lo mismo sucede con la empresa y las utilidades; pero nuevamente el Presidente no entiende esto porque nunca ha trabajado en una empresa.
Finalmente, el Presidente dijo que “el que entrega los recursos naturales de México a los extranjeros es traidor a la patria”. Pues resulta que hoy Pemex no es de los mexicanos sino de los acreedores, que en su mayoría son extranjeros, y López Obrador no ha hecho nada por arreglar esto, por lo que podríamos parafrasearlo y preguntarnos: ¿es un traidor a la patria? He dicho.
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@ClouthierManuel