Operación cicatriz en la UAS
Después de casi dos años de conflicto entre el Gobierno del Estado y algunos directivos de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), gracias a la mediación de la Presidenta Claudia Sheinbaum, al parecer se ha llegado a acuerdos comunes que permitan la pacificación y reconciliación.
La tensión tuvo una escalada creciente no sólo entre estos dos frentes, sino al interior de la misma Universidad. Trabajadores académicos y administrativos, así como estudiantes de distintas carreras, que piensan distinto al grupo que gobierna actualmente la universidad, se han manifestado enérgicamente durante los pasados meses recientes.
Un ejemplo de ello, ha sido la Asociación Civil “Civitas Universidad”, el Movimiento Académico por la Reforma (MAR) y el Movimiento Democrático universitario (MDU) todos estos frentes integrados por profesores-investigadores de alto prestigio nacional e internacional con adscripción en distintas unidades académicas, y cuya demanda principal es democratizar la elección de autoridades en la institución.
En lo personal, en diversas colaboraciones en este mismo espacio me he expresado por el diálogo y la conciliación, pero soy de la firme convicción de que la Universidad se debe de democratizar en todos sus procesos, pasando de la actual democracia representativa, a la elección directa, secreta y universal. Esto legitimaría todas las autoridades, desde las direcciones de escuelas, pasando por el H. Consejo Universitario, hasta la rectoría.
Al parecer el doctor Madueña camina en esa dirección, pues en una de sus primeras entrevistas reinstalado en su cargo, declaró: “He llegado a la convicción, coincidiendo con el Gobernador Rubén Rocha Moya, de impulsar la democratización de la Universidad Autónoma de Sinaloa, para ello, ya en ejercicio pleno de mis funciones de Rector titular, haré todo lo necesario ante la comunidad universitaria a efecto de avanzar en dicha democratización”.
Soy optimista de que, con la participación activa de toda la comunidad universitaria, el rectorado del doctor Madueña transitará hacia esa nueva transformación de mejora institucional. Y es que, las condiciones en las que retoma el timón de nuestra máxima casa de estudios, son distintas a las que eran hace un año, cuando fue separado del cargo como medida cautelar. Ahora tendrá la libertad para hacer los cambios estructurales que la universidad requiere, sobre todo en este tema de democracia.
Ahora bien, considero que también el doctor Madueña deberá tener una gran capacidad de diálogo y de conciliación entre los distintos grupos mencionados arriba, e incluirlos en ese proceso de transición para garantizar así la gobernabilidad y una verdadera democracia. La capacidad la tiene, así como tiene ahora la oportunidad de transcender en la historia como el rector de la transformación universitaria.
A pesar de las diferencias naturales (y hasta necesarias) entre los miembros de una comunidad universitaria, ahora visualizo un nuevo horizonte de unidad, en el que queden atrás las prácticas de autoritarismo y represión, y reinen los principios básicos de toda universidad autónoma, que son la pluralidad, la democracia y la libertad de expresión. Espero no equivocarme.
Es cuanto....
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