Omisos

Lorenzo Q. Terán
21 julio 2021

La agenda nacional está cargada de asuntos que requieren tratamiento por parte del gobierno de la transición. Se hacen esfuerzos visibles por atender las demandas ciudadanas y los encargados de la función pública tienen que actuar con diligencia y hacerse eco del clamor popular que reclama atención pronta y expedita, porque son muchos los rezagos acumulados en gobiernos del pasado, omisos a la hora de dar solución a la problemática popular.

Hay un lacerante rezago histórico en la atención a los problemas sociales, sobre todo porque no se atendieron en el pasado. Durante las más de tres décadas perdidas, de las cuales hemos hablado ampliamente en este espacio y lo hemos expuesto infinidad de veces con datos irrefutables, se desatendió la agenda social. El actual régimen, por primera vez, después de los 36 años de ignorarse a los pobres y desvalidos, atiende y escucha sus demandas. Hay evidencia de que se atienden las demandas de todos los sectores sociales, se reconoce por parte de la mayoría de la ciudadanía nacional.

“No puede taparse el sol con un dedo”, reza el dicho popular y, efectivamente, lo hemos dicho y lo reiteremos: al pueblo es imposible manipularlo, es un pueblo sumamente despierto, tiene plena conciencia de sus expectativas, por eso mismo ha hecho suya la cuarta transformación, lo cual es una garantía para que el cambio democrático se consolide de manera ineludible. Esto da fortaleza a los afanes del Presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien cada vez vemos con más ánimo, con mayor entereza, porque está cierto del apoyo popular a lo largo y ancho del territorio nacional. Hacía años no se contaba en el País con un Presidente de la República con la popularidad que goza el actual Mandatario, se mueve como pez en el agua por el País, eso es sumamente significativo.

El pueblo confía en que todo lo que realiza el primer Mandatario redunda en su beneficio. El tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, el programa Sembrando Vida, los apoyos sociales avanzan a pasos agigantados. El mismo Mandatario lo enfatiza con orgullo: el pueblo es sabio, no se equivoca en sus presentimientos y eso fortalece los planes de progreso. Al término del sexenio 2018-2024 el País va a presentar un nuevo rostro.

Para nada cuentan las permanentes campañas basadas en el infundio y la calumnia, desatadas por los opositores al Gobierno. Mientras los conservadores se desgañitan gritando sus sofismas, la conciencia popular aumenta su apoyo al Presidente y a su obra material y social. Eso es innegable, se camina por buen sendero sin obstáculos, eso irrita a los detractores de la Cuarta Transformación, lo sentimos, pero la Oposición no tiene futuro, está lejos de estar a la altura de las iniciativas en bien del pueblo del Presidente de la República. Y reiteramos: hacía tiempo no había habido un Presidente con las agallas de Andrés Manuel López Obrador, lo cual llena de entusiasmo a los ciudadanos.

Aparte de las obras monumentales, ha actualizado la política exterior que tanto prestigio le produjo a México. Lo anterior es de mucha importancia, ya que los neoliberales hicieron nugatoria la buena política exterior. Por eso, se ha dedicado esfuerzo y recursos del País para enmendar los daños ocasionados en el periodo neoliberal, la realidad lo registra como el peor periodo en la historia contemporánea de México.

Afortunadamente, el 1 de junio del 2018, los ciudadanos se decidieron a darle vuelta a la página de la historia y se permitió iniciar un cambio verdadero en el país. Con la elección del 6 de junio pasado, pese a los escarceos del INE, esa voluntad de cambio se refrendó. Por primera vez, en muchos años, se lograron comicios copiosos y con mínima inconformidad ciudadana.

Se puede decir, con mucha certeza, que se terminó con inercias en las elecciones intermedias: fue multánime la voluntad de cambio, lo que celebraron con entusiasmo los ciudadanos.