Oda a la Corte
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@DeniseDresserG
¡Albricias! ¡Aleluya! ¡Gracias a Dios! Ahora en el “nuevo régimen” de mayor democracia y menos autoritarismo, finalmente tenemos una Suprema Corte de Justicia autónoma, independiente, que entiende la división de poderes y su papel como garante de los derechos constitucionales. Nada de corte cortesana, nada de corte doblegada. La nuestra es ejemplo mundial de la toga bien puesta, los pantalones bien puestos, las faldas bien puestas. Nuestro Tribunal Supremo no se somete a las presiones políticas ni se doblega ante las amenazas del Presidente, como otras cortes chiquitas y pusilánimes lo hicieron en el pasado neoliberal. Ahora podemos celebrar la grandeza de al menos seis ministros bien chingones, totalmente transformadores. Helos ahí, con argumentos irrebatibles, lúcidos, originales, que en nada se parecen a los que dicta Andrés I en las mañaneras. Tan dignos, ellos.
Ahora los que impulsamos la figura de la consulta popular desde 2009, finalmente podemos presionar al gobierno para que haga su trabajo; ese por el cual llevamos pagándole dos años a Gertz Manero al frente de la Fiscalía General. Ahora sí tendrá permiso para ponerse la pilas. Nada de pretextos ni ignorar los exhortos del Inai para hacer públicos los expedientes de Odebrecht. Nada de audiencias cerradas en el juicio de Emilio Lozoya. Nada de darle la vuelta a la extradición de César Duarte. Nada de proteger a la familia de El Chapo. Nada de seguir posponiendo la investigación sobre Enrique Peña Nieto o Pío López Obrador. Por fin, ¡Justicia! Por fin, una FGR que jamás actuará selectivamente, como si estuviera perpetuando el pacto de impunidad.
Además ahora con la “democracia participativa” y la nueva pregunta que elaboró la Corte podremos someter todo a consulta. Porque con esa redacción tan clara, tan prístina, consensuada en un debate público y a la altura de las mejores mentes jurídicas de México, se preguntará si queremos “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos a las posibles víctimas”. Imagínense qué grandioso proceso de justicia transicional podríamos inaugurar. Tantas investigaciones por abrir, tantas víctimas a las cuales atender: los indígenas conquistados, los independentistas martirizados, los revolucionarios fusilados, los aprehendidos torturados, los mexicanos desaparecidos, las mujeres asesinadas. Aprovechando el vuelo, pues consultemos de los Aztecas para adelante, pasando por la Colonia, la Independencia, el Porfiriato, la dictadura perfecta del PRI, el peñanietismo y los dos años del gobierno de AMLO.
Yo propongo someter a consulta si Moctezuma Ilhuicamina fue un traidor o un pragmático. Si Hernán Cortés fue un abusador sexual o tuvo una relación consensual con La Malinche. Si Pancho Villa fue un pillo o un héroe. Si el tiempo en el cual López Obrador, Muñoz Ledo y Bartlett estuvieron en el PRI los hace miembros del PRIAN, o si para ellos aplican excepciones. Si la Suprema Corte se doblegó ante Calderón en el caso de la Guardería ABC y sus miembros deberían ser juzgados. Si los “fraudes patrióticos” perpetrados por Bartlett merecen perdón y olvido. Si las decisiones políticas de AMLO y López-Gatell frente a la pandemia ha producido muertes innecesarias y mayor pauperización. Si el encapsulamiento y gaseo de la marcha feminista fue una respuesta apropiada o un uso desproporcionado de la fuerza. Si la decisión de la Suprema Corte en el tema de la consulta es un acto salomónico y sabio, o una violación de su papel como garante de la Constitución.
Mientras nos preparamos para la consultitis aplaudida, no queda más que también agradecerle a la Corte su profesionalismo, su pertinencia, y también su apego a la austeridad. Para una consulta en la que nadie votará por el “no”, porque todos sabemos que el gobierno debe buscar la verdad, se gastarán 8 mil millones de pesos. Aplausos entonces a los ministros por avalar la consulta más necesaria, más útil y más urgente en tiempos de pandemia, crisis económica y recortes a la ciencia y a la cultura. Nos han garantizado la justicia y los derechos de manera clara, sin usar a la Constitución como si fuera papel de baño, sin claudicar como contrapeso, y sin tratar de agradar al Presidente. ¡Arriba los héroes que nos dieron la Cuarta Transformación!