Ocultamiento y pequeñez
Si a los funcionarios, el Papa Francisco les habló del peligro del burocratismo, a los empleados y dependientes del Vaticano los conminó a ofrecer su servicio siguiendo el estilo de Jesús; es decir, desde el ocultamiento y la pequeñez.
Subrayó que el estilo de Dios jamás nos aterra con su grandeza ni se impone con magnificencia, sino que se esconde en un niño que nace y en una pareja de esposos que no busca jamás los reflectores.
Bergoglio reconoció que los empleados del Vaticano realizan una labor oculta, callada y sencilla, tal vez haciendo cosas que parecen insignificantes, pero con las que se ofrece un gran servicio a los demás. Les recordó que el bien crece sin hacer ruido ni rumor, y se multiplica de manera inesperada brindando paz y alegría en el corazón de quien lo realiza.
Resaltó que vivimos en un tiempo obsesionado por la tentación de “aparecer”, pues parece que todos buscan exhibirse en su propia vitrina. Agregó que es el tiempo en el que se busca “maquillar” todo, no solamente la cara, sino hasta el alma.
En efecto, existe la tentación de aparecer socialmente, como si fuéramos un vaso de excelente cristal, pero sin importar que el vino que contenemos sea bueno. Sin embargo, precisó, en familia se sabe y se conoce todo, ahí no cuentan las máscaras ni las apariencias; por eso, ahí no caben las farsas ni los engaños.
De lo que sí nos debemos de preocupar, recalcó el Papa, es que no falte el vino bueno del amor, de la cercanía, ternura y compasión recíproca. El amor, reiteró, no hace rumor y se vive en el ocultamiento y en la pequeñez, en los gestos cotidianos que intercambiamos con absoluta gratuidad.
¿Busco el ocultamiento y la pequeñez? ¿Ansío aparecer?