Nuestro ‘molino de viento’: la deserción escolar
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Juan Alfonso Mejía López
juanalfonsomejia@hotmail.com
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Entre las consecuencias positivas de la pandemia, la educación recuperó su rostro humano. Más allá de una cifra, de ideas abstractas o proyectos esperanzadores a 30 años, cada vez son más quienes reconocen la función social de la escuela. Lo vimos y lo vivimos durante el anterior ciclo escolar, a la incertidumbre sanitaria, económica y social no se sumó una crisis de identidad.
Imaginemos por un momento a una madre anunciándole a su hijo o hija que repetirá año escolar, lo que representa ese golpe para el niño o niña, para el esfuerzo de una familia, para la historia de una comunidad. O sea, además del miedo ante lo desconocido, de la incomprensión ante el fenómeno, de la frustración por vivir la fragilidad del momento, estaríamos rindiéndonos ante la desesperanza. ¿Qué queda de nosotros cuando abandonamos nuestros sueños?
Por negarnos a sucumbir frente a esa historia, por pensar en esa mamá, en ese niño, niña o adolescente, es que los docentes salieron a decir: sí vamos a terminar el ciclo escolar. En medio de la incertidumbre, dieron certeza.
Hoy, si bien el reto de iniciar el ciclo escolar el próximo 24 de agosto es diferente, su naturaleza es la misma. La escuela, de la mano de sus docentes, acompañados de las familias, poniendo a los niños en el centro, involucrando a propios y extraños, contagiará de confianza. Lograrlo exigirá tener claro el desafío inmediato, como los mecanismos para construirlo; en el pasado se combatió una posible crisis de identidad, ahora combatiremos la deserción escolar.
Conscientes de esta realidad, en Sinaloa trabajamos desde el ciclo escolar anterior en una estrategia para no perder a nuestros hijos en el camino. Destaco cuatro acciones del plan “Desde hoy a la Escuela”:
- Ampliamos los plazos de inscripción hasta en tres ocasiones. La fecha inicial para completar el proceso de inscripción era 31 de mayo, luego fue junio y después julio; aquellos que pasan de un grado escolar a otro, dentro del mismo nivel (preescolar, primaria, secundaria) tienen el pase automático.
- Focalizamos los esfuerzos en aquellos jóvenes que transitan de un nivel educativo a otro. En nuestro estado existen 132 mil 572 niñas, niños y jóvenes que pasan a un nuevo nivel educativo, momento en el cual se incrementa el riesgo del abandono. En el caso de aquellos que salieron de primaria y secundaria en el mes de junio, contamos con sus resultados educativos dado que fueron evaluados el 4 y 5 de ese mismo mes. Este ejercicio es un esfuerzo particular de Sinaloa, con miras a darle seguimiento a los estudiantes.
- Cartas a las familias. Hoy en día se han enviado 13 mil 499 cartas recordatorio a padres de familia en aquellos casos en los que nuestra plataforma haya detectado la ausencia de trámites escolares. Nuestra misiva tiene la intención de acompañar la decisión de una familia, buscando en todo momento garantizar el derecho humano de la niñez y la juventud a la educación.
- Salir a buscarlos. Gracias a la plataforma de información alumno.digital@sepyc.gob.mx , contamos con un registro de datos que está siendo distribuido entre los directores de las escuelas; la estructura educativa ha intensificado en últimas fechas acciones destinadas a identificar los alumnos, escuela por escuela.
Las trayectorias educativas de los estudiantes, a diferencia de los porcentajes utilizados para las estimaciones globales, obligan a la autoridad educativa a poner particular atención en los contextos de las niñas, niños y jóvenes.
Antes de la pandemia, de cada 10 niños que entraban a primero de primaria sólo cinco llegaban a preparatoria en Sinaloa; la evidencia internacional te dice que, una contingencia de esta naturaleza puede mermar hasta en 20 por ciento los porcentajes de deserción de cualquier comunidad educativa.
En Sinaloa ya empezamos y no vamos a detenernos, derrotaremos a la deserción escolar salvaguardando la trayectoria educativa. Lograr mantenerlos en la escuela abre un mundo de posibilidades posteriores en términos de reforzamiento educativo o en el aspecto socioemocional; por el contrario, perderlos implicaría alimentar la desesperanza.
La función social de nuestra comunidad educativa no sólo es llegar, sino llegar bien y llegar juntos. Mañana, lunes 17, los docentes sinaloenses estarán reunidos en el Consejo Técnico Escolar (CTE), concentrados una vez más en nuestras familias; durante una semana reflexionarán sobre su escuela y la forma en cómo llevarán confianza a los diversos rincones de nuestro estado. Es la semana de la esperanza. Después de todo, si hay un “molino de viento”, es porque también hay un Quijote (muchos, diría yo).
Que así sea.