Nos toca... (SÍ concluiremos el ciclo escolar)
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Juan Alfonso Mejía López
juanalfonsomejia@hotmail.com
Twitter: @juanalfonsoML
Mañana lunes 20 de abril, reinician actividades escolares en todo el estado de Sinaloa. Cerca de 900 mil estudiantes, de todos los niveles, retomarán actividades de manera poco usual, pero clara: desde su CASA. El regreso a las aulas se pospone al 1 de junio, atendiendo a los señalado por la Secretaría de Salud. Ante esta realidad, hay quien todavía se pregunta: ¿se perderá el ciclo escolar? La respuesta es igualmente clara: NO, no se perderá.
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus traerá consigo otro tipo de crisis, como la económica y la social. De acuerdo con los expertos, la desaceleración económica proyectada varía entre un 3 y 7 por ciento de PIB, lo que significa menos dinero en los bolsillos de la gente. Después de meses de asilamiento en los hogares, con el riesgo de exponer su salud para sacar adelante a su familia, la tensión en el hogar aumenta, la violencia intrafamiliar crece y la inseguridad en las calles corre el riesgo de elevarse.
En medio de una crisis sanitaria como la que hoy experimentamos, ¿debemos sumar una crisis de identidad? La respuesta es NO, nos toca salir adelante. Me explico.
Para muchas familias en Sinaloa, la educación es la única vía que tienen para que sus hijos aspiren a una mejor calidad de vida. Ver interrumpida las trayectorias educativas de sus hijos significa una derrota en el seno familiar, un fracaso al espíritu de lucha en momentos que no podemos darnos ese lujo. Imagine la escena donde se anuncia la pérdida del ciclo escolar, ¿qué sentiría? ¿Qué sentiría su hijo o su hija? “Aventar la toalla” no es opción, la opción es la educación.
De ahí el eco que resuena en mis oídos, cuando escuché al Gobernador Quirino Ordaz Coppel decirme: “el ciclo escolar debe salir adelante, no se puede caer”; y otra, “no se trata de “pasar por pasar”, hay que acompañar a los estudiantes a “buen puerto”. De eso se tratan las actividades escolares EN CASA hasta el próximo 29 de mayo. Estaremos atentos a los avisos del sector salud en las semanas que siguen.
Cuatro medidas a considerar para cumplir nuestro objetivo:
Primero, durante esta emergencia nos fijaremos como prioritario el cumplimiento de un perfil del egresado. La Secretaría de Educación Pública y Cultura (SEPyC) ha diseñado una serie de perfiles acordes a los aprendizajes necesarios que necesitan los alumnos para mantener su trayectoria educativa. Los perfiles están ligados a los libros de texto, pero rescata la clave del aprendizaje por año escolar, no el número de unidades que debe repasar, por ejemplo: mientras en primero de primaria un niño o niña adquiere la capacidad de expresar sentimientos de manera oral y escrita, en segundo de primaria las afianza, pero en tercero busca satisfacer sus necesidades de información y conocimiento. Así para cada uno de los grados.
Segundo, nuestros docentes son la mejor plataforma de la que disponemos. Al definir los perfiles por grado escolar, les dotamos de una directriz hacia donde deben enfocar su esfuerzo. No se trata de forzar a un docente a utilizar una plataforma en específico, sino de que cualquier instrumento sea adicional al conocimiento que ellas y ellos tienen de su comunidad educativa. La herramienta a utilizar varía, porque los docentes saben qué les resulta mejor a sus alumnos.
Adicionalmente, tendremos plataformas que vengan a sumarle a los docentes: “Aprende en Casa” estará disponible en el portal de la SEP, pero también lo estará en Canal Once televisión, con una programación establecida y la posibilidad de descargar la programación desde nuestra página de internet. Ya trabajamos con distintas estaciones de radio para llegar a lugares donde no hay red, ni tampoco televisión; estaremos informando puntualmente en los días venideros. Tenemos evidencia de que la herramienta más utilizada por los docentes para comunicarse con los alumnos es el WhatsApp, de la misma forma que podemos afirmar que estamos cubriendo alrededor del 75 por ciento de la población estudiantil.
Aquí hago un paréntesis. De manera permanente nos preguntamos qué sucede con aquellos que no tienen señal de internet, a lo que espero haber respondido en parte cuando cito canales de televisión y radio. Sin embargo, me interesa precisar que, para preocuparnos por aquellos donde no llegan algunas de estas señales, es necesario asegurar el debido acompañamiento donde SÍ llega la señal. Ambos casos son desafíos por separado y los estamos atendiendo.
Tercero, no se trata de traer mayor estrés a la casa, los docentes y las autoridades estamos conscientes que se trata de tiempos inéditos y como tal debemos adaptarnos. La evaluación estará adaptada a contextos y realidades, privilegiaremos criterios de flexibilidad; no olvidemos que ya se cuenta con un ciclo escolar transcurrido en 76 por ciento, lo que podrá servir como base para promediar al momento de evaluar, en todo momento con el ánimo de incentivar y no de castigar. Nadie esta obligado a hacer lo imposible, sin embargo, el maestro se auxiliará de un portafolio de evidencias o carpeta de experiencias que le sirva al alumno y al maestro para entender su grado de aprendizaje.
Cuarto, de manera adicional se dará un reforzamiento en aquellos estudiantes que están a punto de terminar un nivel escolar; me refiero a aquellos de tercero de preescolar, sexto de primaria, tercero de secundaria y tercero de preparatoria. Este programa corre el riesgo de ser el único que se desarrolle en todo el país para todos los niveles escolares antes señalados.
Las fragilidades del sistema educativo ahora están en boca de una amplia mayoría, y me alegro por ello. Antes del coronavirus ya había escuelas con precariedades de infraestructura, con accesos sumamente complicados para la niñez y juventud, con necesidades apremiantes en la formación de los docentes, y la urgencia de mejores condiciones materiales para los agentes educativos, por lo menos acordes a la sociedad que soñamos. Y con todo eso en contra, salimos adelante una y otra vez; ésta no será la excepción, de cualquier forma, no es opción cualquier otra salida.
Las trayectorias educativas de nuestras niñas, niños y jóvenes deben seguir adelante, por el bien de ellas y ellos; por el bien de nuestros hogares. Y así, cuando todo esto termine, porque va a terminar, en Sinaloa habremos hecho lo que nos toca: resguardar el sueño de la escuela.
Que así sea.