¡No estás solo!

Óscar García
07 noviembre 2020

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Estamos preparando el programa de cierre de la segunda temporada de Pensar con Bienestar, todo un reto emocional que nos ha premiado con la oportunidad única de reconocer y ejercer las herramientas de la Psicología Positiva. El último programa de nuevo será de aprendizajes, de valorar lo logrado, de asumir desde el presente el futuro, para ayudar de forma más efectiva.
Nueve mentes y corazones estaremos interactuando junto con nuestros fieles seguidores que nos han permito alcanzar a cerca de 400 mil personas, más de 30 expertos y líderes del bienestar y de la ayuda comunitaria. Un honor compartir el domingo con personas y profesionistas reconocidos por su comunicad de influencia, más de 60% de impacto internacional.
Las llamadas previas de preparación han retado mi nivel de auto aprendizaje, conversar y darnos cuenta de cómo el sentimiento de soledad se ha incrementado con la pandemia, tierra fértil para una de las enfermedades más devastadoras, y muy silenciosa, la depresión.
Para darnos una idea del tamaño del problema, antes del COVID 19, a nivel mundial se hablaba de más de 350 millones de personas con depresión, un trastorno mental que altera totalmente las vidas de quienes la padecen y de las personas que los rodean. El principal reto se origina en la estigmatización que todavía existe de este trastorno, muchos de los afectados no reconocen su enfermedad y no buscan tratamiento.
Para dar un ejemplo, conversando con una amiga me decía: “Es que no es posible que quieran sentirse así, hay que hablarles fuerte, que le echen ganas a la vida, son chingaderas”. Es entender que no es cuestión de echarle ganas, las personas no se quieren sentir mal, ninguno de nosotros nos levantamos pensando “hoy quiero sentirme de la patada”, es algo más allá. Por esa razón requiere apoyo. En muchos de nuestros programas hemos sido muy reiterativos en este concepto, es algo que molesta a la mayoría de las personas que padecen depresión, y no las apoyamos (aunque lo hagamos con todo nuestro cariño) diciéndoles frases tales como:
"Entiendo por lo que estás pasando, también a mí me sucedió, incluso peor", en el querer mitigar hacemos sentir a la persona que lo que está pasando no es tan importante. "Lucha, ¿por qué te deprimes? Todos tenemos problemas”, ¿te imaginas qué puede interpretar que no le “echa ganas”?
Y dos de los más dolorosos mensajes para el que sufre la depresión, porque lo hacen sentir como que todo está en él y provocan que el sentimiento de soledad se acreciente: “Ya pasará. Mañana todo será diferente y te sentirás mejor" y “Exageras, no es para tanto".
Sé (y me ha pasado) que en el querer ayudar nos desesperamos porque no queremos ver sufrir a quienes amamos, y que el ímpetu es más grande que el nivel de consciencia para aceptar a lo que se enfrenta y nos enfrentamos. Nos podemos sentir impotentes para ayudar y eso nos hace sentir mal a nosotros también, por eso el factor sistémico de la enfermedad es tan potenciador del posible tratamiento.
Estoy seguro de que todos queremos acompañar al ser querido y que podemos aprender a comunicarnos con frases más acogedoras emocionalmente. La primera, y para mi básica, es: “No estás solo en esto, aquí estoy en el momento que sientas que me necesitas”. Si la persona no quiere hablar, sólo es mandar un mensaje de “Aquí estoy”, sin sacar al investigador curioso que llevamos dentro, simplemente hacerle saber que no está solo. Es clave que él sienta que estamos ahí para cuando nos necesite, es mitigar su sentimiento de soledad profunda.
De forma lenta, y sólo cuando esté en escucha activa, hacerle ver que: “Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza, voluntad y perseverancia”.
Con frecuencia termino mis conversaciones poderosas con una pregunta que muchas veces queda sin respuesta: “¿Qué puedo hacer para apoyarte?”. La dejo siempre como una invitación a abrir la puerta del corazón y de la mente.
Para seguir aprendiendo juntos te espero este domingo 8 a las 11:30 de la mañana, tiempo de Mazatlán. Hay tanto por hacer para que realmente le llegue nuestro mensaje al vulnerable, hacerle sentir de forma amorosa que no está solo en este camino que nos toca afrontar. Mientras, seguimos en mi página @LicOscarGarciaCoach