No es la ideología

02 noviembre 2019

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Arturo Santamaría Gómez

santamar24@hotmail.com

 

El General Ochoa Gaytán, quien hace una crítica severa de López Obrador y la 4T, ve a los movimientos sociales y a los gobiernos de izquierda o progresistas como meras creaciones ideológicas. Esta interpretación es tan vieja y desgastada como la interpretación dogmática del izquierdismo anquilosado que cree que el socialismo es el resultado inevitable del devenir natural de la sociedad. De hecho, ambas visiones son parte de una etapa histórica en las que imperaron los razonamientos cerrados e inmutables.

Ninguna ideología crea por sí misma movimientos sociales, revoluciones o gobiernos democráticamente electos. Pueda influirlos o dirigirlos pero no crearlos.
Tanto los grupos ideológicamente cerrados como los individuos casados ciegamente con una visión del mundo han logrado imponerse, o montarse, sobre los deseos de transformación de las mayorías sociales pero jamás han sido los motores que propician los cambios.

Lo más grave es cuando las ideologías son percibidas como ciencia infalible, como pensamiento único. En este sentido, tanto el marxismo como el liberalismo, las dos corrientes de pensamiento social, económico y político más importantes de los siglos 19 y 20, quisieron convencer a la humanidad de que solo una de ellas podía explicar “científicamente” a la sociedad. Ambas tenían y tienen mucho que decir para explicar las sociedades, pero no son las únicas, y menos cuando se quieren imponer como únicas.
La Unión Soviética y el conjunto del bloque socialista de Europa del Este fracasaron en gran medida por su rigidez ideológica.

En América Latina, más que en ninguna otra parte del mundo, vemos por otro lado, que el dogmatismo opuesto, el neoliberalismo, en su ceguera, como el del General Gaytán Ochoa, están generando crisis y estallidos sociales cada vez más recurrentes que hacen inviable no tan solo el desarrollo sino el mismo crecimiento económico.
Lo que explicaría en lo fundamental el triunfo de AMLO y Morena es la muy desigual distribución de la riqueza que genera el neoliberalismo, en la cual la corrupción, la violencia social y la delincuencia se multiplicaron como nunca, y no la “ideología izquierdista” como afirma el General Galván. Y lo que vemos en Chile, Argentina, Haití, Honduras, Ecuador es semejante a lo que sucede en México. Incluso en Chile, donde el crecimiento económico ha sido constante, de hecho el mejor de América Latina durante varias décadas, ha generado la mayor desigualdad social de la historia de ese país.

En Nicaragua y Venezuela los levantamientos sociales masivos se han debido tanto al autoritarismo como una ineficaz política económica. En Brasil, en efecto, la corrupción, no de Lula o Dilma, sus ex presidentes, pero sí de varios ex secretarios y otros funcionarios del PT, influyó en el debilitamiento de la opción progresista, pero en lo fundamental fueron las argucias legaloides del Poder Judicial el factor principal que explicó su caída. No obstante, el cambio en el gobierno encabezado por Bolsonaro, con sus políticas facistoides está llevando muy rápidamente al país del río Amazonas al precipicio.
Es decir, en América Latina, la cada vez más injusta distribución de la riqueza, la corrupción, el autoritarismo, el crimen organizado y las debilidades institucionales, todos juntos o algunos de esos factores combinados están convulsionando al subcontinente.

Para entender mejor a la 4T no podemos ignorar lo que está pasando en esos y otros países latinoamericanos. Y a la vez, AMLO y su partido tienen que aprender, si quieren gobernar eficazmente y a largo plazo, que debe combinar correctamente el crecimiento económico con desarrollo, democracia, honestidad y pleno respeto a las instituciones del Estado. Desafortunadamente la 4T no ha encontrado la fórmula para un manejo eficiente de la economía, en gran medida por la inexperiencia y/o incapacidad de muchos de sus funcionarios pero también porque no tiene un modelo económico alternativo claramente definido. Y porque tampoco ha desarrollado un estilo político alejado de las estridencias y el conflicto constante.
No obstante todas las críticas necesarias que tenemos que dirigir al desempeño de AMLO y Morena, no podemos equivocarnos y seguir sosteniendo el modelo neoliberal. Se equivocan terriblemente los partidos y empresarios que pretenden seguir impulsándolo.

 

Posdata I
Una de las batallas locales para defender la democracia es desenmascarar al PAS, que montado perversamente sobre la UAS atenta contra los derechos humanos y civiles de miles de universitarios. Por eso es importante apoyar a la doctora Tere Guerra en la defensa de la libertad de expresión que Melesio Cuén pretende conculcar.

 

Posdata II
El huracán Willa el año pasado no respetó a nadie y dañó severamente las instalaciones de la Universidad Tecnológica de Escuinapa, pero sobre todo a su biblioteca. Su pequeño acervo bibliográfico fue destruido. Es por esa razón que ha iniciado una campaña para solicitar apoyo a la ciudadanía de Sinaloa en la que la invita a hacer donaciones de libros o aportaciones en dinero. Noroeste ha brindado sus instalaciones en Mazatlán para que ahí los puedan depositar. Por lo pronto, les comento, para no quedarme en palabras, que donaré 100 libros, e impulsaré con amigos y colegas círculos de lectores en la ciudad.