No es carrera de velocidad, sino de resistencia
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david@bufetealvarez.com
El combate a la corrupción en sus distintas facetas, y especialmente el que se lleva a cabo en tribunales, no produce resultados con la velocidad que se quisiera.
Algunos no entienden que no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. Hay que vencer la inercia de las autoridades que tramitan las denuncias que se presentan y hay que armarse de paciencia, mucha paciencia.
Pero, sobre todo, nunca hay que desistir ni tirar la toalla. Los resultados llegarán a condición de que no se afloje el paso y de que se este encima de las autoridades que deben resolver las denuncias.
Poco a poco se va cerrando el cerco para quienes se despacharon con la cuchara grande y pensaron que nunca les pasaría nada.
Como ejemplo, en el Observatorio Ciudadano de Mazatlán (OCM) llevamos cuatro o cinco años en lucha, hemos presentado cientos de documentos, entre denuncias, solicitudes de información y amparos y hemos estado visitando una y otra vez a las instancias que tramitan nuestras denuncias y solicitudes.
Hemos seguido el camino menos transitado y obviamente hemos encontrado mucha resistencia y encubrimientos. Pese a ello, hemos llevado los asuntos por todas sus instancias incluso hasta el amparo.
De las más o menos 30 denuncias que hemos presentado, al menos en diez de ellas ya hemos obtenido buenos resultados. La autoridad investigadora del Órgano Interno de Control ha resuelto que, si existen las faltas administrativas denunciadas, y ha enviado el expediente a la autoridad siguiente para que inicie el procedimiento y castigar a los culpables.
Obviamente no todo ha sido miel sobre hojuelas, nuestra actividad ha tenido repercusiones y hemos sido perseguidos y hostigados con la finalidad de que tiremos la toalla y corramos asustados.
Nada de eso nos asusta. Al contrario, hemos redoblado esfuerzos y seguimos denunciando las irregularidades que detectamos, administración tras administración y sin importar el partido o el personaje que este en el gobierno.
La corrupción y el abuso de poder no distinguen colores, son pocos los gobernantes que son inmunes y resisten la tentación de enriquecerse y de abusar de su puesto para atacar a sus contrarios o a quienes, como el OCM, se vuelven incomodos para sus transas.
Administraciones municipales llegarán y se irán. Personajes de todos los partidos también llegarán y se irán. Todos dejaran su huella, buena o mala y será inocultable.
En cambio, el OCM, seguirá presente y seguirá cosechando buenos resultados con el objetivo de lograr cambios sociales positivos y que nuestros gobernantes entiendan que son servidores públicos que tienen el deber de conducirse honesta y eficientemente.
Pueden durar tres o seis años, si se reeligen (el alcalde actual solo dura tres o menos), pero tarde o temprano se les acabará el poder y las huellas de sus patitas de ratas no se podrán borrar, y nosotros las encontraremos.
El combate a la corrupción es una carrera de resistencia y no de velocidad y en el OCM ya tenemos una excelente condición física para resistir todos los años que se necesiten hasta que esto cambie. Cuando los corruptos y abusivos se vayan, nosotros seguiremos aquí e iremos tras ellos. No hay peor ciego que el que no quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír.