Ningún bebé debería sufrir
En el Santuario libres al fin muy a menudo recibimos correos solicitando ayuda, hay tantos animales que la necesitan, desgraciadamente no siempre es posible ayudarlos a todos, esa creo es la parte más difícil del Santuario. En esta ocasión recibimos un correo en particular que nos tocó el corazón acerca de una cerdita bebé que necesitaba apoyo, a Sally la rescató una persona muy valiente que la vio cuando estaba con su madre en una jaula de maternidad, una jaula de metal en la cual colocan a las madres cerdas una vez que han tenido a sus bebés, en este reducido espacio las cerdas no pueden moverse y básicamente solo pueden estar acostadas para que los bebés coman, además impiden que las cerdas hagan sus actividades básicas naturales como son buscar comida, hozar, pastar, revolcarse y les generan un enorme estrés, por lo que muchas veces acaban mordiendo las barras de metal haciéndose daño y también con malformaciones y articulaciones atrofiadas por la inactividad.
El confinamiento de las cerdas en jaulas de gestación y maternidad es una de las prácticas más usuales y crueles de la industria. Los cerdos son animales sociales y en estas cárceles básicamente las mamás pasan toda su vida encerradas y sus bebés les son arrancados una vez que terminan de amamantar siguiendo un ciclo de dolor y tristeza que solo termina con la muerte.
En el caso de Sally, era la cerdita más pequeña y al parecer fue aplastada por su madre y sus hermanos, por lo que presentaba fracturas en varios lugares, también estaba muy deshidratada y con problemas en su piel. Además, a pesar de tener una edad de menos de un mes fue sometida a algunos de los horrores de la industria como son corte de cola, extirpación de dientes y cortes en las orejas, todo esto sin anestesia.
Decidimos tomar el caso de Sally a pesar de estar siempre superados económicamente y físicamente, actualmente tiene la infancia que todo bebé debería tener. Es una cerdita muy dulce, le encantan los mimos y los cariños, ya le soldaron las fracturas que tenía y sus articulaciones están mejorando poco a poco.
Actualmente está aun dentro de casa porque al ser bebé necesita la atención que le daría su madre, toma leche y está empezando a comer frutas y verduras. Esperamos con ansia que esté mas grandecita y pueda ya salir a convivir con los demás habitantes del Santuario.
Sabemos que ayudar a un animal no cambia el mundo, pero sin duda cambió el mundo para Sally.
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