Neutralidad, pero no neutros

Noroeste
09 enero 2021

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Noroeste explicado

 


En una de tantas llamadas que hacemos con los suscriptores nos llegó hace días el siguiente cuestionamiento: ¿Noroeste ya no es católico?

Aprovechamos (y agradecemos, como siempre, la retroalimentación) para tocar un tema que, aunque lo hemos mencionado de paso en algunos artículos, es menester abordarlo, sobre todo en el inicio de un año que se advierte complicado por el tema electoral.

“¿Noroeste ya no es católico? Porque he visto notas que están en contra de la religión católica y notas que critican al Papa”, fue el cuestionamiento más preciso de nuestra suscriptora.

Desconocemos exactamente a qué publicaciones se refiere la suscriptora pero el cuestionamiento nos sirve para abordar el tema de la neutralidad u objetividad, términos que aunque no son lo mismo, muchas veces se usan como sinónimos, y siempre son considerados como pilares del periodismo, sobre todo la objetividad.

No es un tema sencillo esto de la objetividad y/o la neutralidad, pero los medios, sobre todo los independientes, como Noroeste, estamos siempre caminando en una delgada línea para maniobrar con la subjetividad inherente que tenemos todas las personas y conjugarla con la objetividad que a los periodistas se nos exige. Así como la línea entre ser neutrales, pero no neutros.

Para ir precisando, la objetividad significa dejar a un lado opiniones, juicios y prejuicios, y reflejar todos los aspectos de una información.

Esta teoría periodística está escrita en nuestras políticas editoriales, en donde se precisa que “el periodista debe hacer a un lado sus ideologías políticas o religiosas, y evitar todo tipo de estereotipo racial, étnico o sexual”.

Para llegar a la objetividad, la cual es casi imposible hacerlo al 100 por ciento, precisamos cuestiones como no emitir opiniones ni usar en las notas frases que editorialicen, no usar adjetivos, adjudicar a la fuente cuando algo se está cuestionando.

De hecho en el Manual de Estilo de Noroeste dice textual en el apartado titulado “Sobre la objetividad”:

“Recuerde que su obligación como reportero es dar a conocer solamente los hechos de la noticia y hacerlo de la manera más objetiva posible. Esto significa que no debe alterar la esencia de lo dicho por la fuente, ni incluir en el texto noticioso sus comentarios, opiniones, creencias o valores personales”.

Y en la teoría periodística que impartimos se precisa un punto titulado “Dar información, no opinión”.

“El reportero debe limitarse a exponer los hechos (con descripciones, declaraciones, documentos e imágenes), sin involucrarse o dar su opinión, no debe entrar en polémica, sino dejar que sea el lector el que tome una decisión o se forme una opinión respecto al hecho”.

Mientras que en nuestro Manual de Edición, hay un apartado amplio sobre la objetividad que, entre otros puntos señala:

Guíese por los hechos y deseche los supuestos.

Use sustantivos, no adjetivos. Y si usa descripciones, éstas deben apegarse a los hechos, y no ir cargadas hacia una tendencia (política, sexista, racista, discriminatoria, etc.)

Aún en notas de carácter valorativo, como perfiles o crítica de teatro, danza, cine o libros, la descripción y la propia crítica debe tener su base en hechos, no en el gusto del periodista.

En fin, el tema de la objetividad está siempre presente no solo en nuestra teoría, sino en la práctica.

El otro concepto del que hablábamos al principio es la llamada neutralidad, que aunque para muchos puede ser sinónimo de objetividad e imparcialidad, nosotros no lo consideramos tanto así, de hecho, como lo señalan algunos autores, en Noroeste buscamos ser neutrales, pero no neutros.

¿A qué nos referimos con esto? A que buscamos ser imparciales en un conflicto y ser independientes de cualquier interés de un grupo, pero no podemos ser indiferentes ni ignorar lo que está mal.

Como organización tenemos ideales y preceptos ideológicos, estamos comprometidos con la libertad, la justicia, la equidad, la legalidad, la democracia, por lo tanto no somos neutros, al contrario, nos indignamos ante los hechos de horror como la violencia, ante la corrupción y la falta de transparencia, ante la deshonestidad y el engaño, por eso no podemos ser neutros, pero sí buscamos ser neutrales para exponer los hechos en perspectiva, dando al lector un periodismo honesto con todos los elementos posibles que le sirvan para formarse una opinión o tomar una decisión.

Por eso, volviendo al origen de la columna y al cuestionamiento de nuestra suscriptora: ¿en Noroeste ya no son católicos?, le podemos decir que entre nuestro personal hay de todo, católicos, cristianos, ateos, agnósticos y demás, pero nuestros contenidos solo tienen como creencia la libertad y el derecho que nuestros lectores tienen de estar informados.

No criticamos por criticar, mucho menos a una figura que merece todo nuestro respeto, como el Papa, ni comprometemos nuestras posturas a una religión o grupo, pero sí tratamos diariamente de que las creencias personales de nuestros periodistas no minen la objetividad y neutralidad a la que como medio aspiramos.

Trabajamos en ello. Es difícil y complejo, pero así es nuestra tarea. Nuestra guía es siempre el interés por nuestros lectores.