Museo Materia, por un Sinaloa con paz. Apostarle más al conocimiento, la clave

Alejandro Sicairos
29 enero 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

De la rimbombante inauguración del Museo Materia del Centro de Ciencias de Sinaloa se puede rescatar la trascendencia del paso hacia adelante como sociedad civilizada, la señal de que un pueblo está luchando por darle vuelta a la página de salvajismo que tanto ha pervertido la referencia nacional e internacional de esta tierra. Estamos construyendo, tal vez en un suelo regado de sangre y donde germinan muy bien la mariguana y amapola, la historia distinta que algún día dominará por encima del estigma de la violencia.

Es verdad que el Museo no nos transformará de un día a otro, sin embargo, sería sesgado cualquier razonamiento que no lo reconozca como piedra angular de la dinámica humanista que urge en un territorio donde nos habituamos a vivir sin ley. Más allá de la parafernalia que rodeó la apertura de tal instalación, la sustancia está en ir desde este punto a reinventar la narrativa trágica del sinaloense.

La materia pacifista es lo que en conjunto hemos edificado para la tranquilidad, legalidad, productividad y culturización. Es el sonido del mar acercándonos alimentos de calidad de exportación, el color rojizo del tomate que desde el surco intenta ser empático con nuestros atardeceres, el son de la tambora que hasta a un pobre hace sentir millonario. Es el arresto por emprender cada jornada sin que nos inmovilicen los miedos.

Esta primera fase del Centro de Ciencias de Sinaloa, concretada con recursos públicos por el orden de los 200 millones de pesos, refuerza el patrimonio que, ladrillo a ladrillo, obra a obra, edificará el imperio de los pacíficos. Aceptémoslo en la dimensión que tiene al sumarse el Museo a la tarea de todos para que el mundo hable de nosotros sin asociar el origen con el narcotráfico y sus masacres que retan la capacidad de asombro de los que engullen morbos.

Si hemos pedido la construcción de paz no reneguemos de los cimientos que se instalan en tal propósito. Apenas presenciamos la alborada de las artes como luz que irradiará aun por encima de la maléfica fascinación que nos saca a las calles a defender a capos de las drogas, cantar a todo pulmón la apología criminal y dejar entrar en las familias a personajes de la delincuencia fingiendo que no sabemos que realmente es a la muerte a la que le abrimos las puertas.

Bienvenidos el arte, las ciencias, la cultura y el deporte como catalizadores de la mala fama que es difícil quitárnosla de encima. Cuando los gobiernos entiendan que invertirle más a la promoción de los valores redituará en ciudadanos de paz y de ejemplo, hasta entonces veremos los frutos de la simiente del mañana que por décadas hemos buscado sin lograr.
Démosle oportunidad a la oferta del Gobernador Quirino Ordaz que anuncia que “van a venir las exposiciones más vanguardistas, las más famosas, mucha gente a veces tiene que ir a verlas cuando va a esos lugares, a esos países, otros que no tienen la posibilidad de hacerlo, pero lo van a tener aquí en Culiacán, precisamente Theo Jansen está ahorita, esta exposición es mundial, es algo inédito”. ¿Merece al menos el beneficio de la duda? ¿Acaso no tenemos derechos a tener aunque sea una ilusión?

Confiemos en que conocimiento, inteligencia, integridad y ética son los frutos en la cosecha que está por venir si dejamos de gastar los erarios en la reacción desparpajada frente a las diferentes formas del delito y unificamos el esfuerzo económico, político y social en el niño y joven de hoy, hombre del mañana, que tenga acceso a las posibilidades negadas de formación integral con los conceptos completos de bienestar para la vida, no zozobra como víspera de la eliminación de cualquier atisbo de vida y esperanza.

¿Cuántos momentos llegan después de los anhelos idos? ¿Qué debemos hacer para dejar de oír el canto de las sirenas que solo hablan de fatalidades? ¿Cómo ayudar a Sinaloa a fugarse de la pesadilla del exterminio de vidas y certidumbres? ¿Quién se pondrá al frente de la restauración de aquella coexistencia serena de la que alguna vez nos hablaron los abuelos? ¿Dónde perdimos la valentía para defender el destino?

Es hora de revisar la cultura mexicana y explorar en el arte internacional en la búsqueda incesante de las fórmulas para la paz. Tal vez ahí estén las respuestas que nadie nos ha querido dar. Puede ser que esta vez sí sepamos lograr que Sinaloa escape del intimidante ruido de las balas y halle el arrullo y todos los modos de imperturbabilidad sin que reine el murmullo de madres enlutadas, niños huérfanos, jóvenes desposeídos de futuro y casas donde el rezo es el último bastión de la fe.
Te abrazamos, pues, Museo Materia.

 

Reverso

A huir de tu historia narca,
Sinaloa, te ayudaremos;
Hoy apenas te damos los remos,
Pronto construiremos la barca.

 

Que se investigue

Hasta el Gobernador Quirino Ordaz Coppel tuvo que intervenir en el conflicto interestatal se veía venir por la acelerada y desarticulada operación de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, que no dejó satisfecha a la Fiscalía de Durango sobre la causa y derivaciones de la muerte de dos mujeres y la detención de otra y de un hombre durante el operativo que se realizó en Sanalona la madrugada del lunes, donde la Policía Estatal acabó disparando contra los ocupantes de un vehículo compacto con el resultado que no ha sido explicado mediante las evidencias que subsanen los errores y titubeos posteriores que ponen en riesgo la buena relación entre dos estados de histórica vecindad fraterna. Entonces, que se investigue a fondo hasta conocer la verdad.