Morena en Sinaloa: los enredos de las redes. Candidato por encuesta, cáscara de plátano

Alejandro Sicairos
13 noviembre 2020

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alexsicairos@hotmail.com


Vale la pena advertir, con igual esperanza que la del náufrago que escribe “¡help!” en la arena y se dispone a esperar que alguien lo rescate de la isla desierta, cómo la ligereza de la credibilidad en las plataformas digitales es utilizada para definir cuestiones importantes para la vida pública, tales como liderazgos de partidos, candidaturas a puestos de elección popular o estados de ánimo ciudadano en circunstancias difíciles.

Todo indica, por ejemplo, que el Movimiento Regeneración Nacional elegirá mediante una encuesta a su candidato a Gobernador de Sinaloa, sin reparar en que las simpatías o desagrados se están construyendo a través de la manipulación de las redes sociales con materiales que prescinden del más mínimo rigor comprobatorio y contienen altas dosis de perversidad hasta ser dardos envenenados.

Así como descuidó las formas en la reciente designación del dirigente nacional, dando pauta a la controversia de si Mario Delgado o Porfirio Muñoz Ledo ganaron legítimamente el cargo partidista, Morena regresa al mismo terreno movedizo donde el fondo es la construcción de adeptos por métodos tan fraudulentos que mentiras mil veces repetidas quieren forzosamente adquirir el estatus de verdades, aunque sea a medias.

Las trampas de las redes sociales, que logran que públicos incautos consuman falacias y las retransmitan como paradigmas, han quedado evidenciadas en medio de la pandemia de coronavirus cuando cibernautas ávidos de datos fúnebres privaron de la vida a personajes o líderes sociales que aún continúan vivos.

La difusión de información sin previa verificación, que por cierto nadie investiga o castiga, es el mal de estos tiempos que encuentra aliados en individuos o personas que van a la caza de audiencias sin importar los medios con que lo logren. El emisor finge poseer el conocimiento exclusivo de un suceso, lo maquilla de real, y en tanto cae la farsa por su propio peso, causa daños irreparables.

Sucedió el miércoles en el plano local cuando circuló el mensaje del fallecimiento del Obispo emérito de Culiacán, Benjamín Jiménez Hernández, sin más sustento que la conjetura aventurada. Una vez que la hipótesis se viralizó la Diócesis tuvo que salir a desmentir dicha presunción y llamó a los fieles a orar por la recuperación del alto jerarca de la Iglesia Católica.

Y así también, en el peor momento de la emergencia sanitaria en mayo corrió la falsa versión del deceso de “Don Robert” un personaje icónico por la carreta de venta de mariscos que atiende en le esquina de Paliza y Rafael Buelna, en el centro de la capital sinaloense. A los minutos de que el rumor se había esparcido como reguero de pólvora ardiendo, el aludido salió a dar señales de vida y la irresponsabilidad comunicativa acabó por fortuna con un final feliz.

En el contexto nacional abundan las falsas noticias. Siendo el segundo País en el mundo que acude a tales prácticas distractoras (después de Turquía que está en el primer lugar según un estudio que realizó en abril la Universidad del Vallé de México) resaltan entre las pifias noticiosas aquella en la que Joaquín López Dóriga dio por muerto al empresario José Kuri, otra que en 2018 divulgó a Beatriz Gutiérrez Müller como nieta de un genocida nazi, o la que difundió que en los hospitales estaban matando a adultos mayores enfermos de Covid-19.

En escalas más delicadas, los políticos se están aprovechando de la moda de las fake news para detonar contenidos que engañosamente los posicionan en la aceptación ciudadana con miras a obtener candidaturas a cargos de elección popular, las cuales el voto aceptará o rechazará en la votación del 6 de junio de 2021. Invierten sumas millonarias en impulsar historias a modo que disfrazan de éxito lo que en la autenticidad resulta oprobioso.

Siendo mayor el peligro para cualquier sociedad que aspire a buenos gobiernos con excelentes ciudadanos, tendría que ponderarse qué tan necesario resulta confiar a ciegas en la percepción edificada a través de redes sociales que mal utilizadas facilitan consumar las celadas de sujetos, grupos, ambiciones y mafias que son de alto riesgo para la comunidad. Hay sobradas evidencias de esperpentos políticos que en un santiamén transmutan de la ignominia que los marca de por vida, a la pureza cuya brevedad dura lo indispensable para engatusar a las masas.

Tratándose Morena del partido que tiene una esquina privilegiada en el ring en que será la pelea por la gubernatura ¿debería jugarse en esa especie de “volado” la coyuntura crucial de la cual depende definir a la mujer u hombre que en caso del triunfo electoral guiará a Sinaloa hacia la Cuarta Transformación que postula el Presidente Andrés Manuel López Obrador? La interrogante va dentro de la botella echada al mar sólo para darle pie a la expectativa de que alguien la encuentre y la responda.


Reverso

En Morena les harán cenar,

Liebre con aroma a gato,

Si la red les mete el dato,

Que al más ruin hace popular.


Copete en salsa Tabasco

Con lo divulgado ayer por el diario Reforma, se fortalece la probabilidad de que para antes de la elección intermedia del 6 de junio el Presidente Andrés Manuel López Obrador les cocine a los votantes mexicanos el plato fuerte de la lucha anticorrupción, acusando a Enrique Peña Nieto por los delitos de cohecho y traición a la Patria. Y entonces sí, pueblo feliz sufragio garantizado para la llamada Cuarta Transformación.