Monreal, ‘el cuarto de la Cuarta’
@fopinchetti / SinEmbargo.MX
La violación fragrante -y descarada- de la Ley que significó la carta entregada por el líder formal del partido del gobierno a los gobernadores morenistas del país, quizá opacó el dato políticamente más significativo de la mentada misiva: la inclusión inesperada del Senador Ricardo Monreal Ávila entre los posibles candidatos de Morena a la Presidencia de la República.
“Quiero solicitarle, con el mayor respeto, a que construyamos juntas y juntos esa unidad y fortalezcamos la presencia de nuestra compañera Claudia Sheinbaum Pardo y de los compañeros Adán Augusto López Hernández, Marcelo Ebrard Casaubón y Ricardo Monreal Ávila, en su entidad federativa”, pone la carta.
Y agrega: “Sería deseable que a invitación expresa de usted, en los próximos meses se concretaran visitas en su estado para contribuir a que el pueblo esté informado y cuando llegue el momento decida a través de las encuestas”.
Suponer que Mario Delgado Carrillo decidió por sus pistolas poner al zacatecano junto a Claudia, Marcelo y Adán y pedir para los cuatro el ilegal apoyo de los mandatarios estatales de su movimiento, sería tan ingenuo como creer que Blanca Nieves siguió siendo virgen luego de acostarse con los siete enanos. Es obvio que el dirigente morenista acató una instrucción.
Muy a su estilo, Andrés Manuel manifestó dos días después, el pasado lunes 16, su beneplácito por que “hayan incluido” a Monreal Ávila entre los precandidatos. Es decir, aprobó su propia decisión.
Y ahí empieza lo interesante.
Algo pasó entre el “ni nos vamos a dejar, ni nos vamos a rajar” del zacatecano el 22 de diciembre y su afirmación del pasado 10 de enero de que estaba “en un proceso de serenidad y de reflexión” y que cree que “México necesita a un conductor, un líder, un Presidente que pueda conducir al país hacia mejores niveles de desarrollo, hacia una reconciliación nacional”.
O más concretamente: algo cambió en la semana comprendida entre Navidad y Año Nuevo. Mejor dicho, algo le pasó al Presidente, que lo llevó a aceptar de nuevo entre los suyos al niño rebelde de la película. Quizá algo tenga que ver la frase que hace unas semanas recalcó el Mandatario ante legisladores suyos: “prefiero la lealtad a la amistad”. Quizá. El hecho es que inopinadamente el coordinador morenista en el Senado ha sido acogido de nuevo en la casa del Señor.
En las vísperas navideñas Monreal Ávila parecía a punto de dejar Morena, luego de una breve e intensa campaña para la presentación de su Proyecto de Nación, -cuyo eje central, ojo, es la reconciliación nacional-, y de sufrir una andanada de ataques arteros, ruines de sus propios correligionarios, destacadamente de la Gobernadora campechana Layda Sansores San Román... de lo que no fue ajena por cierto la corcholata Sheinbaum Pardo, que a su vez habría contado al menos con la anuencia de don Ya Saben Quién. ¿O piensan que ella sí se puede ir por la libre?
El coordinador parlamentario de Morena cumplió cabalmente su anticipado anuncio de que votaría en contra del llamado “Plan B” de reformas electorales, pero no actuó para que así lo hicieran también al menos los senadores allegados a su causa. Y el dictamen fue aprobado, para beneplácito de López Obrador.
El propio Senador disipó en parte la incógnita al confiar ante la cúpula de Coparmex el miércoles pasado que enfrentó la presión “directamente” del Secretario de Gobernación y que no podía arrastrar a sus compañeros de bancada al infierno de la 4T, por lo que decidió dejarlos en el purgatorio votando a favor.
¿Fue esa jugada doble la que le valió la inesperada reconciliación con Palacio Nacional, luego de 18 meses de ley del hielo en su contra?
Me parece que fue un factor bien importante, aunque no definitivo. Pienso que AMLO ha pasado largas semanas de sobresaltos y angustias, uno tras otro, que han modificado el esquema de su sucesión, seguramente planeado durante meses. Aunque también estoy convencido que el ex Gobernador perredista entonces de Zacatecas nunca ha estado del todo excluido en los planes presidenciales. Y él mejor que nadie lo sabe.
El caso es que Monreal Ávila ya es “el cuarto de la Cuarta”, como él mismo lo dijo con un dejo de satisfacción.
Alguna luz acerca de la aparentemente nueva actitud de Andrés ante el dilema cada vez más complicado que le plantea la elección presidenciales de 2024 aporta la encuesta de El Financiero, la más reciente sobre el tema. En ese ejercicio se destaca una caída importante de la jefa de Gobierno de CDMX. Su aprobación entre los encuestados bajó de 46 por ciento al 41. En tanto, Marcelo Ebrard subió de 36 a 38 por ciento y hasta Adán Augusto López se vuelve de pronto competitivo al ganar seis puntos y situarse con un 30 por ciento de opiniones favorables. Ahí aparece ya Ricardo Monreal con 24 por ciento. Ojo.
Pero la cosa no para ahí. El apoyo a Sheinbaum Pardo disminuyó más marcadamente en las preferencias de los simpatizantes morenistas, al caer de 41 a 33 por ciento, una caída de ocho puntos que significa ceder el primer lugar entre ese segmento de ‘voto duro’ a Ebrard, quien pasó de 34 a 35 por ciento. Por su parte, Adán Augusto López sumó cuatro puntos entre morenistas, al pasar de 16 a 20 por ciento, y Monreal Ávila ganó cinco puntos, al subir de cuatro a nueve por ciento, antes por supuesto de la bienvenida presidencial.
En este insólito juego de ajedrez toca al líder senatorial mover la siguiente pieza. Veremos si en efecto se consolida no sólo como uno más de las corcholatas del tabasqueño -al que por cierto le repugna ese término-, sino como el hombre-cuña de la sucesión. Válgame.
CONGRUENCIA. “Me voy, porque con un papel tan privilegiado viene la responsabilidad: la responsabilidad de saber cuándo eres la persona adecuada para liderar y también cuándo no lo eres”. No, no se emocionen, no fue Claudia quien dijo esto. Fue la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, al anunciar repentinamente su renuncia. Célebre por llegar al cargo como la jefa de gobierno más joven del mundo, con 37 años de edad, ella enfrentó la pandemia del Covid-19 con celeridad y decisión ejemplares (“golpear duro y pronto”, postuló) y mantuvo a su país prácticamente libre del devastador virus. Igualito que aquí, ¿verdad doctor Hugo “Seiscientos mil Muertos” López-Gatell?