Militaristas vs. civilistas

Rubén Aguilar
21 noviembre 2023

Entre más cerca un ciudadano esté de las posiciones de Morena-PT-PVEM (4T) es más claramente militarista y entre más se identifique con las posturas del PAN-PRI-PRD (Alianza) es abiertamente civilista.

Días atrás, en Nexos (10.11.23) publiqué un artículo que daba cuenta de la posición de la ciudadanía sobre el Ejército, a partir de un estudio del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica.

La investigación se realiza con base en una encuesta de 5 mil entrevistas digitales con un índice de confianza del 95 por ciento. Las respuestas registran la simpatía que el encuestado tiene con la 4T y la Alianza, se contempla también a los indecisos.

El estudio muestra que ambos grupos están de acuerdo en que el Ejército debe atender casos de desastres (93 por ciento), intervenir en la defensa del País en caso de una invasión (91 por ciento) y combatir al crimen organizado (90 por ciento).

Luego vienen las diferencias. Si el Ejército debe intervenir o no en la construcción de infraestructura pública (Tren Maya, Dos Bocas ...) lo aprueba el 92.4 por ciento de los duros 4T y lo rechaza el 95.9 por ciento de los duros de la Alianza. El 55.5 por ciento de los indecisos no lo aprueba.

Si el Ejército debe administrar empresas del Gobierno (CFE, Pemex, aerolíneas...) está de acuerdo el 92.4 por ciento de los duros 4T y en desacuerdo el 95.9 por ciento de los duros Alianza. El 50.5 por ciento de los indecisos no lo aprueba.

Sobre si un militar puede ser o no servidor público en áreas económicas y políticas, el 41.4 por ciento de los duros 4T sí lo acepta y lo rechaza el 87.9 por ciento de los duros Alianza. El 44.4 por ciento de los indecisos está en contra.

Si los militares pueden o no ocupar cargos de elección popular hay también claras diferencias. Si puede o no ser Diputado o Senador, lo acepta el 24.9 por ciento de los duros 4T y lo rechaza el 94.3 por ciento de los duros Alianza. El 68.1 por ciento de los indecisos no lo acepta.

En el caso de poder o no ser Gobernador o Alcalde lo acepta el 28.6 por ciento de los duros 4T y lo rechaza el 94 por ciento de los duros Alianza. El 60.2 por ciento de los indecisos no lo acepta.

Y si puede o no ser Presidente de la República lo acepta el 22.65 por ciento de los duros 4T y lo rechaza el 93.6 por ciento de los duros Alianza. El 58 por ciento de los indecisos no lo acepta.

Lo común en las sociedades democráticas es que las personas que se dicen de izquierda rechacen la participación del Ejército y los militares en actividades que corresponden a los civiles y quienes se dicen de derecha las acepten. Ahora en el caso de México las posiciones se dan a la inversa de lo que sucede en otros países. En los últimos cinco años se ha dado un claro cambio de la posición de parte de la supuesta izquierda mexicana.

La explicación de esta radical transformación podría estar en la gran influencia que ejerce entre los suyos el Presidente López Obrador, se ha convertido en un evidente defensor del militarismo.