Migrantes: México país seguro
A México han estado llegando miles de migrantes centroamericanos y especialmente haitianos, algunos procedentes de su país de origen pero otros vienen de Chile o de Brasil, a donde ya habían emigrado. Tanto Haití como Centroamérica (con excepción de Costa Rica), tienen serios problemas económicos, de inseguridad y malos gobiernos; Haití, como explica el suplemento Contexto del Periódico Noroeste, es el país más pobre de toda América, con altísimos niveles de violencia e inestabilidad gubernamental, lo cual explica el éxodo de hombres, mujeres y niños que huyen de un infierno para venir a caer a otro, también plagado de violencia, hambre y enfermedad; algunas veces para caer en manos de “coyotes” que les roban sus exiguas pertenencias, o bien caen en manos de narcotraficantes que los envilecen con las drogas o los convierten en parte del “negocio”.
La parte, digamos “natural” para emigrar de un país a otro, es la certeza de que en su lugar de origen no hay ninguna posibilidad de vivir y coexistir humanamente como personas y como familia, pero en el dramático fenómeno actual, se observan varias torpezas de los mismos gobernantes; por ejemplo, en el caso de los haitianos, como se explica en el suplemento Contexto, por “el anuncio de la Administración del Presidente Biden el 22 de mayo pasado, de extender por 18 meses adicionales la ‘protección especial’ a haitianos que emigraron a Estados Unidos por el terremoto de 2010, lo que generó expectativas de que recibirían el mismo trato” cualquier haitiano que llegara. Ahora huyen de su país en crisis y como dicen “...a cualquier lugar, menos en Haití”. Faltó claridad y explicación precisa y oportuna en la declaración del gobierno estadounidenses; una torpeza que ahora tiene a México inundado de migrantes de Haití.
La segunda torpeza fue la del Presidente López Obrador que prácticamente abrió la frontera sur a miles de centroamericanos para que pudieran pasar por territorio mexicano hacia Estados Unidos y se vino una avalancha de migrantes huyendo de sus “infiernos” hacia la tierra prometida, Estados Unidos, “tierra que mana leche y miel” como en las escrituras, pero para ello tienen que transitar por “el desierto”, que es México, en cuyo tránsito encuentran otro infierno.
Pero hubo otra torpeza del Gobierno mexicano en tiempos de Trump que obligó a México a convertirse en País Seguro, es decir, se aceptó recibir y detener a los migrantes, retenerlos en sus fronteras, crearles albergues y mantenerlos, mientras en Estados Unidos se decide quién y cuántos recibirán visa. El Presidente López Obrador dobló la cerviz frente al Presidente del coloso del norte que había amagado con el muro de tres mil kilómetros, que México lo pagaría y de cuya economía México depende en un 80 por ciento, no sólo por el comercio exterior, sino por las remesas que han sido un extraordinario paliativo para la deficiente economía nacional.
Pero además, existe otro factor, el de las malas decisiones que mantienen a México con un PIB en números rojos, considerando los resultados de tres años de la administración actual, lo que está obligando también a miles de mexicanos a cruzar la frontera en busca de mejores condiciones de vida, que en México no han podido encontrar. Según El Universal del 21 de octubre que cita al Washington Post, en el año fiscal de septiembre de 2019 a septiembre de 2020, fueron arrestados en la frontera un millón setecientos mil migrantes ilegales, de los cuales más de 600 mil eran mexicanos, 304 mil hondureños, 279 guatemaltecos y otros, es decir, casi 40 por ciento fueron mexicanos que también huyen de este “infierno” de inseguridad, falta de oportunidades, falta de servicios de salud y educación adecuada, todo ello a pesar de lo que dice el Presidente López Obrador.
Mientras tanto, México tiene que “apechugar” con miles de migrantes en las fronteras norte y sur, con haitianos que están solicitando visa para quedarse en México que, como dice un migrante mexicano en la frontera, “¿cómo estarán las cosas en su país que quieren venirse a vivir a México?”. Una caravana de más de 3 mil personas transitan por territorio mexicano, pero ya no van a Estados Unidos, se dirigen a la Ciudad de México a pedir visa para quedarse en México. La Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados expone que hasta octubre se tienen más de 90 mil solicitudes de visa, y vienen más.
Como declara el Papa, los migrantes son hijos de Dios, “es Cristo que pasa”, es el pueblo de Israel en busca de mejores condiciones de vida, no podemos ignorarlos, ni repatriarlos.