Mi primer teléfono
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Los seres humanos somos por naturaleza “parlanchines”. Pero también somos “exploradores”. Los teléfonos móviles de ahora, al poder facilitarnos ambas experiencias por la tecnología avanzada con la que cuentan, se vuelven así indispensables en nuestras vidas.
Pero ¿cuál es la edad apropiada para que nuestros hijos tengan su propio teléfono?
Hasta hace algunos años este tipo de dilemas no existían. Por su costo y límite de funcionalidades el teléfono era casi un dispositivo exclusivo de los mayores.
Pero ahora, con tantas opciones de entretenimiento que ofrecen y los precios que se han abaratado, los niños demandan desde temprana edad poseer uno de estas “lámparas de Aladino” de comunicación y ganar así estatus entre sus amigos.
Son varias las consideraciones a tomar en cuenta si usted decide darle un teléfono a un menor.
Todo comienza con el móvil de papá y mamá. La curiosidad del niño es tal que muchos padres deciden “prestárselos” para que se entretengan con apps de juegos y eso les empieza a crear necesidades de gratificación. Los padres acaban así heredándoles el suyo o comprándoles uno generalmente usado.
Ciertamente hay niños que maduran más rápido que otros. Entonces para muchos la edad no es tan importante como lo es su sentido de responsabilidad o su nivel de madurez.
Sin embargo, recordemos que un IPhone o un Huawei es la puerta a un acceso al Internet con todos los beneficios y peligros que conlleva.
Entonces, ¿cómo establecer el momento adecuado? Las experiencias entre padres demuestran que mientras más espere para darle a su hijo un teléfono móvil es mejor. Algunos expertos dicen que la edad mínima ideal es 12 años, mientras otros la ubican en 14. Nuevamente, la madurez y sentido de responsabilidad que ha mostrado el menor son determinantes para decidir.
Si esperamos para darle un teléfono inteligente a los niños, de igual manera tendrán acceso a las herramientas tecnológicas a través de computadoras y "tablets". La gran diferencia con un teléfono es que va con el niño a todos lados, incluso lejos de la vigilancia de los padres. Y recordemos que su precio es alto si lo llegan a extraviar, es decir, no se trata de un producto que pueda reemplazarse de manera fácil y económica.
Si finalmente se decide por comprarle al niño un teléfono una primera opción es empezar con un aparato sencillo, como teléfonos que solo hacen llamadas o pueden mandar mensajes de texto, y comprobar si pueden utilizar el aparato con responsabilidad.
Algún día —a los 12, 13 o 14 años— el niño quizá tendrá su teléfono, eso es un hecho. Cuando decida que es tiempo de regalarle un móvil deberá poner límites, como comprometerlos a seguir un horario en su uso, a nunca tomarse fotos indebidas ni tratar de encontrarse con desconocidos que hacen contacto a través de Internet.
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