México en Japón 2021
Será inevitable el alud de críticas a Ana Gabriela Guevara, titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) y al gobierno de López Obrador por los resultados que obtuvo la delegación mexicana en los Juegos Olímpicos de Tokio.
La mejor velocista que ha tenido México en su historia, ella misma medallista olímpica, llegó a Tokio precedida de constantes y múltiples acusaciones de malos manejos y favoritismos en el organismo que preside desde los primeros momentos de su gestión. Parecía que caería, pero el Presidente López Obrador la sostuvo. La Guevara, cometió el grandísimo error de prometer 10 medallas olímpicas, un número que nuestro país nunca ha alcanzado en la máxima justa deportiva mundial. En México 68 se lograron 9, tres de cada metal.
Los expertos en deportes nos han dicho que a lo más que podían aspirar nuestros atletas era el reunir de tres a cinco medallas. Cifra realista porque es alrededor de esos números lo que México ha logrado en sus citas posteriores a 1968, aunque en Munich solo logró una, al igual que en Atlanta y Barcelona.
Pero, las quejas de los aficionados al deporte, de periodistas y de muchos otros mexicanos por el desempeño en Tokio, tendrán razón en cuanto al pésimo manejo de Ana Guevara del deporte nacional, y porque desean ver a nuestro país con más éxitos deportivos; mas, lo cierto, es que México pocas veces ha destacado en la historia de los Juegos Olímpicos y de otras competencias mundiales.
Nuestra nación, como podría corresponder al tamaño de su población, territorio y economía, no es ni siquiera una potencia deportiva regional. En los Juegos Panamericanos, por ejemplo, siempre queda por debajo de las potencias Estados Unidos y Canadá, lo cual es normal, pero también es normalmente superado por Brasil, Cuba y Argentina.
En los actuales Juegos Olímpicos, países latinoamericanos con muchos menos recursos económicos y población, e incluso menor infraestructura deportiva, quedaron mejor que México, tales como Ecuador, Colombia, Venezuela, Jamaica y República Dominicana, además de Brasil, Cuba y Argentina.
¿Los malos resultados deportivos tienen que ver con la gestión gubernamental? Sí, pero solo en parte.
Como en varios campos, la 4T ha recortado sustancialmente el presupuesto: ciencia, cultura y deporte, para tan solo hablar de tres áreas importantes han visto que sus ingresos se reducen. Menos presupuesto y mala gestión influyen, sin duda, en el rendimiento de cualquier actividad, y esto ya sucede en el deporte olímpico mexicano.
No obstante, tal y como se menciona líneas arriba, a lo largo de la historia de las competencias mundiales México nunca ha sobresalido, salvo en pocas oportunidades y muy pocas disciplinas deportivas. Alguna época en la caminata, equitación, box, clavados y más recientemente taekwondo, halterofilia y tiro con arco. En futbol, solo en categorías juveniles sub-17 y sub-23, como ahora con la medalla de bronce en Tokio y antes con la de oro en Londres.
Así es, México no es potencia deportiva, y esto quizá tenga que ver más con los biotipos mexicanos, estructura social y cultura que con su administración deportiva y gestión de gobierno.
Baste ver estatura, rapidez y la fuerza muscular de la población caucásica y de origen africano- ya sea de europeos, americanos del norte, caribeños y sudamericanos, o australianos, o incluso la de asiáticos- y ya no se diga la fortaleza mental de ellos, para darse cuenta de que generalmente estamos en evidente desventaja, sobre todo en el plano físico.
Es decir, nuestros biotipos no son los más dotados para las competencias de máximo nivel mundial, aunque, como lo demuestran los chinos, los factores culturales pueden influir tanto que pueden lograr, a través de la intensa disciplina, la organización, el arduo entrenamiento y la investigación científica, mejorar enormidades el rendimiento deportivo.
Una pequeña muestra de la importancia de los biotipos y de los factores psicoculturales en el desempeño deportivo lo muestran en México los atletas del norte de México, y más particularmente los del noroeste, donde Sinaloa, Sonora y las dos Baja California, has destacado sobradamente las últimas tres décadas, y más particularmente en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde más de la mitad de los atletas de la delegación mexicana procedían de esos estados.
En el norte de México, como también en Jalisco y las zonas de población afromexicana, el promedio de estatura, y con ello la fortaleza muscular, rapidez, resistencia y otras condiciones físicas necesarias para el deporte de alto rendimiento, son más frecuentes, razones por las cuales es cada vez más frecuente que los deportistas más competitivos de México sean de esas regiones, sobre todo del noroeste.
De igual manera, parece que se ha desarrollado una mentalidad más aguerrida y quizá más segura en muchos deportistas norteños que en otras regiones del País, lo cual es fundamental para los atletas de alto rendimiento. El norte de México, al lado del estado de Jalisco, suman alrededor del 80 por ciento de los deportistas mexicanos en Japón, regiones donde se conjuntan acertadamente capacidades físicas y psicológicas para la competencia deportiva.
Hablando específicamente del futbol profesional mexicano, Jalisco, el Valle de México y Sinaloa, generan a la gran mayoría de sus jugadores, el cual es otro ejemplo de lo que hablamos.
Así pues, para hablar tan solo del deporte de alto rendimiento y profesional, en el País deberían encauzarse más esfuerzos y recursos para buscar más talentos en estas regiones de México, si es que se desean obtener mejores resultados en las competencias mundiales.
Y, por supuesto, en una etapa donde proliferan y se agudizan muchas enfermedades relacionadas con la inactividad física y el sobrepeso, la práctica de los deportes deben ser una asignatura obligatoria desde el preescolar hasta la licenciatura. Por si fuera poco lo anterior, el deporte no solo contribuye a tener mejor salud física y emocional sino que, también, a desarrollar capacidades cognitivas y hábitos de disciplina y cooperación.
Las redes sociales nos dicen que el “trending topic” número uno del mundo es el “Químico” Benítez, y que en Nueva York ya lo quieren como alcalde por su incomparable eficacia para combatir la pandemia.