¡Me amo tal como soy!

Angelina Zamudio
22 enero 2020

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Qué cosa tan difícil, en la cultura en la que vivimos, amarnos tal cual somos sin juicios y sobre exigencias. Crecemos viendo modelos de revista incansables; jugamos con muñecas cuyas proporciones corporales serían imposibles en un ser humano, y así sucesivamente, por ello tanto mamás como papás necesitan trabajar y cuidar el punto.
Hablando de las niñas y jóvenes, es necesario quitarles la obligación de ser bonitas según los estereotipos, y enseñarlas a que se gusten a sí mismas; independientemente del color de piel, de que si tienen el cabello lacio o rizado; si son altas o bajitas; llenitas o muy delgadas. Lo importante es enseñarlas a que se miren al espejo con bondad y amor. A que sientan que son lindas por como son y que nadie es igual o mejor que otra por su físico. Con esto, ganaremos bastante terreno con ellas.
Enseñarles a que les guste su nombre, a que lo digan fuerte y firme. A fomentarles que tengan voz, una voz que se escuche y que no se esconda en la vergüenza o la timidez. Que a través de decir su nombre se reafirmen y se sientan orgullosas de ser quienes son.

Que aprendan a no escuchar las voces negativas, las que se burlan de ellas, las que les dicen que son feas o tontas, o que no pueden lograrlo; por ello, además de tener una voz firme al hablar, es necesario que desarrollen su voz interior, para que puedan tener un diálogo positivo y motivador consigo mismas, con lo que aumentarán su seguridad y difícilmente caerán en la necesidad de agradar a los demás.
Hacer con ellas, ejercicios sobre las cosas que les gustan de su físico y de su forma de ser. Así, aprenderán a conocerse mejor, a saber de todas las cosas maravillosas que tienen. De igual forma, invitarlas a
que hagan una lista de todas las cosas para las que son buenas, como jugar futbol, bordar o matemáticas. Esto aumentará su confianza y su seguridad en lograr sus metas.
Hablar con ellas de qué les gustaría ser de grandes; preguntarles cómo se imaginan que serán de grandes: veterinarias, astronautas o maestras. Es una forma de que ellas vayan forjando su proyecto de vida.
¿Sabes qué le gusta hacer a tu hija? Te invito a que te enteres y a que ella tome conciencia de lo que disfruta. Esto les permitirá explorar una serie de oportunidades para ser felices, lo que seguramente te sorprenderá.
Con todo esto, no me refiero a que a cada momento les estemos diciendo que son las más bonitas del mundo o son la mujer maravilla, no caigamos en el otro extremo de “sobrefestejar” cada paso que dan, en verdad no es necesario. Es mejor que lo aprendan como parte normal de la vida.

Una de las cosas que temen, porque no están acostumbradas, hablando generalmente, es a decir cosas buenas de sí mismas, pues creen que los demás se burlarán de ellas, así que si en casa es normal hacerlo, ellas se sentirán seguras en la calle o en la escuela sobre lo que son.
También es muy saludable de hablar de las cosas que no les gustan o de las que no hacen bien, con la finalidad de que lo vean como puntos de oportunidad o, bien, de aceptación en caso de no poderlo cambiar.
Y para cerrar, podrían hacer una dinámica familiar, en la que cada quien se escriba una carta de amor a sí misma y que después la lean y la compartan.


Para reflexionar
¿Cómo fomento la autoestima en mis hijas? zamudioangelina@yahoo.com.mx