Más proyectos frustrados para Sinaloa
Los amables lectores del periódico Noroeste que tienen muy buena sensibilidad y mejor memoria, han recordado otros proyectos y planes de desarrollo para Sinaloa que no se han concretado o que cuando mucho quedaron a medias y que pudieron haber sido un parteaguas o el inicio de la industrialización del Estado.
1. Ya nadie recuerda el magnífico estudio sobre el desarrollo de Sinaloa denominado “Sinaloa una Visión de Futuro”, elaborado por el Centro de Estudios Estratégicos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sinaloa, promovido y en parte financiado por la Fundación Desarrollo Económico de Sinaloa, A. C. bajo la dirección del ingeniero Enrique Rodarte Salazar y en cuya realización participaron el Gobierno del Estado, el Ayuntamiento de Culiacán y un buen número de empresas, como Grupo Ley, Coppel S. A., Kuroda S. A., Agroindustrias del Norte S. A., Agrícola Paralelo 38, Café El Marino, Rivas Automotriz y varias más. Además del interesante contenido y los resultados del estudio, se descubre la urgencia de coordinar al sector público con el sector privado y el sector académico en un objetivo común de trascendencia para la comunidad sinaloense, sin estorbarse y sin contraponerse unos con otros, sino con la intención de buscar el desarrollo del Estado. Tal vez el Gobernador Rubén Rocha Moya, dados sus antecedentes universitarios pueda lograr algo parecido a este trabajo, incluyendo, además de los sectores público, privado y académico, al sector social para la planeación integral y del Bien Común del Estado.
El estudio comprende: La competitividad y fortaleza económica; la riqueza disponible y sus oportunidades; las potencialidades de exportación; el equilibrio ecológico en el desarrollo sustentable; el desarrollo de cadenas productivas y la promoción de inversiones con visión de largo plazo, todo con un enfoque de desarrollo regional buscando encontrar los conocimientos y habilidades productivas de cada región, así como las oportunidades no aprovechadas y que están ahí esperando el liderazgo para impulsarlas.
2. Hubo un tiempo en que se pretendió impulsar la industrialización del Estado aprovechando lo que ahora se llama la “Biomasa” del Estado, determinada por su portentosa producción agrícola; la industrialización se tuvo al inicio con la industria arrocera, aceitera y azucarera, procesamiento del tomate y de las frutas, de los productos pesqueros y ganaderos, etc. El proyecto se frustró pues se acabaron las industrias arroceras y aceiteras, algo se avanzó en la industrialización del tomate; muy poco en la industria harinera y algo en el aprovechamiento del camarón y de la pesca; el Grupo Viz de Vizcarra ha logrado un extraordinario desarrollo en la industria ganadera. No ha habido una labor de conjunto en investigación, inversiones, exportación y competitividad que le den continuidad a esta idea de la industrialización.
3. Aún el impulso a la competitividad en la agricultura ha quedado limitado a la Iniciativa Privada que tenga suficiente capital para instalar riego por goteo o riego por aspersión, para lograr un mejor aprovechamiento del agua, sustituyendo el derroche del riego por gravedad. Igualmente se puede decir del alto costo en inversión en invernaderos para proteger los cultivos cuando son más vulnerables; estas instalaciones pueden llegar a tener aire acondicionado, automatización del riego, del tiempo de sol y de control de fertilizantes, etc. Tal vez un programa entre gobierno e industriales de los equipos de riego y de invernaderos pudieran impulsar la competitividad de más agricultores, con créditos y planes accesibles de pago.
4. Nada más como una muestra de lo que debe hacerse en favor de la eficiencia en la exportación de la producción agrícola del Estado, se encuentra en la forma de transportar por carretera las hortalizas hacia Estados Unidos. Piénsese en el altísimo costo de miles de transportes, consumiendo combustible, llantas y motores, destruyendo carreteras, haciendo filas kilométricas en los puntos de revisión y con altos riesgos de accidentes en los que se pierden vidas y se destruyen máquinas y cargamento con millones de pesos en pérdidas. Todo ello porque no se ha conseguido que el ferrocarril transporte los contenedores en sus plataformas porque no quiere, no puede o no le interesa la carga agrícola de Sinaloa a la frontera. Hasta la fecha no ha habido quién destrabe esta situación con el ferrocarril que sólo utiliza las vías en un 20 por ciento.
Y aún hay más proyectos frustrados.