Más horas, ¿más productividad?

Alejandro Moya de la Mora
07 julio 2019

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El pasado 2 de mayo de 2019, la Organización para para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicó en un reporte, sus recomendaciones respecto a la evaluación que se realizó sobre el panorama económico de México. En este documento se exponían 2 hechos que inmediatamente inundaron las redes sociales y cualquier cantidad de medios de comunicación: 1) México es el país de la OCDE (integrado por 34 países) en el que las personas trabajan –en promedio- más horas por semana: 2,225 horas al año, es decir, casi 43 horas a la semana y; 2) Los trabajadores de México son los menos productivos de los países que integran la misma organización: Cada persona produce $3.61 dólares por hora en promedio.
La primera declaración despertó en muchos un sentimiento de orgullo, provocando decir: ¡Claro! ¡Somos bien trabajadores!
Pero la segunda declaración... eso de que digan que no somos productivos... ¡Eso sí duele!
¿Y cómo puede ser que, si somos los que más trabajamos, seamos los menos productivos de entre 34 países?
A principios del Siglo 19, el economista David Ricardo postuló la “Ley de los rendimientos marginales decrecientes” misma que expresa que a medida que se incrementa uno de los factores que se involucran en la producción, mientras los demás permanecen constantes (ceteris paribus), el rendimiento marginal de la producción se irá disminuyendo progresivamente.
En español: Tengo un amigo que se dedica a la consultoría, el mes pasado terminó de hacer el levantamiento de información para un estudio de mercado que debía entregar a su cliente tres días después de la fecha en que el equipo de campo había terminado de llenar (a mano) el último instrumento. Aún debía capturar los resultados de los instrumentos, interpretarlos, redactar su informe y sus recomendaciones y elaborar una presentación. Normalmente este proceso le llevaba una semana, pero él lo necesitaba en 3 días, por lo que decidió que todo el equipo trabajaría día y noche hasta haber capturado todos los instrumentos.
El resultado que obtuvo mi amigo fuel el siguiente: la primera hora capturaron un promedio de 6 instrumentos por persona; durante la segunda hora, la producción promedio fue de 8 instrumentos por persona; durante las siguientes 2 horas aumentó incluso a 9 instrumentos por persona; sin embargo, a partir de la quinta hora de trabajo, comenzó a descender la productividad... para cuando tenían 8 horas trabajando eran tantos los errores de dedo o de sintaxis que continuamente tenían que empezar de nuevo la captura de un instrumento. Más tarde, mi amigo optó por asignar supervisores que corroboraran la correcta captura de los instrumentos, para ese momento la producción promedio era de 3 instrumentos por hora por persona. No le quedó más remedio que mandar a todos a descansar y pedir una semana de prórroga a su cliente.
Seguramente estás familiarizado con el refrán que recita: se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de hiel. El imprimir mayor tiempo en una tarea, no significa que los resultados sean mejores. Más, no siempre es mejor.
Ojo, esto es una ley, no una teoría. No tiene ningún sentido estar trabajando a marchas forzadas durante largas jornadas esperando mejores resultados de cada elemento. Tarde o temprano la gente se cansa, se desgasta y ocurren accidentes, errores y bajas en la productividad. Revisa a conciencia, estoy seguro que se puede mejorar el estado de felicidad –y, por lo tanto, de productividad- de tus colaboradores.

Director Comercial ICAMI, Centro de formación y perfeccionamiento directivo

alejandro.moya@icami.mx