Más allá de una casa

Tatiana Clouthier
01 diciembre 2022

@tatclouthier

No cabe duda que la pandemia trajo a nuestras vidas una atención mayor a nuestras viviendas o los lugares donde vivimos o trabajamos. Es decir, quienes no ponían tanta atención a dónde y cómo eran los detalles de su vivienda, hoy en día están más atentos al momento de comprar o rentar una casa, pues saben que sus necesidades o han cambiado o podrían variar si aparece una nueva situación complicada de salud. Además de que el teletrabajo o el trabajo híbrido se volvió ya una cosa común o en algunos tipos de negocios hasta una opción personal.

Por lo anterior, las políticas públicas vinculadas a la vivienda y el desarrollo urbano han tomado una relevancia mayor ya no solo desde el punto de vista individual sino también del comunitario. Expongo algunos motivos.

Según ONU Hábitat existen algunas consideraciones que deben tomarse en cuenta cuando existe desarrollo de proyectos y así poder incidir en mejorar la vida de las personas o lo contrario. Por ello los municipios y los cabildos juegan un papel fundamental, pues son quienes aprueban estos proyectos en muchos casos.

Según la ONU, la interconectividad con el resto de la comunidad de una colonia o conjunto de viviendas es vital, pues de lo contrario, una colonia aislada y sin buen transporte tiende a ser más proclive a la inseguridad. Igualmente, una situación con falta de infraestructura. Ojo, hoy en día también cuenta un buen internet.

Me detengo en el último punto para ver la importancia de los servicios básicos que deben prestar los municipios en cuanto a agua, alumbrado público y áreas verdes. También se vuelve importante que el comprador de vivienda ponga atención en estos detalles, pues una colonia o sector en donde se tiene un espacio para la recreación cerca (a menos de 400 metros) genera mayor convivencia entre la población, aleja la inseguridad y podría aumentar la salud, agrego yo.

Hablo de todo esto por la importancia que el Gobierno federal, y sobre todo el Secretario de Sedatu, Román Meyer, ha hecho como esfuerzo novedoso, no solo en tener espacios públicos bellos, integrados y recuperar aquellos que por un motivo u otro fueron abandonados. Sino además utilizar materiales locales para abaratar costos e integrarlo a la vida urbana, medio ambiente e identificación de la comunidad con la obra.

A continuación listo algunos de dichos trabajos de mejoramiento urbano y que bien vale la pena entrar a ver los diseños, pues algunos de ellos han sido premiados. Tenemos en Bahía de Banderas y Tepic, Nayarit; en Coahuila, especialmente en Piedras Negras; Acapulco; Quintana Roo; en la comunidad de Ayoxuxtla, en Puebla; el Museo Emiliano Zapata, en Salina Cruz, y Juchitán, en Oaxaca, en donde se construyó un malecón con vista a la costa; la Casa de Cultura en Morelos; y la reconstrucción del centro en uno de los municipios más violentos de Michoacán; solo por nombrar algunos.

Algo que Román ha hecho de forma importante es no solo meterle diseño y belleza para que el espíritu y orgullo de la población mejore, sino involucrarse en la problemática a resolver con la obra en la región y por tanto los resultados son mejores al finalizar la obra.

Cuento todo esto porque algunos problemas de nuestra vida cotidiana podrían resolverse si desde la planeación se considera lo básico como parte del todo. Las viviendas se volvieron una extensión nuestra y lo seguirán haciendo cuando ya la familia tuvo que pasar o tenderá a pasar más tiempo dentro de casa.

Espero que las autoridades municipales, los organismos de vivienda y desarrolladores tengan estos detalles en mente y que piensen como dice Benedetti, no hablamos solo de una inversión, sino de un lugar en donde reconfortar el alma.