Mal y de malas cerramos el año económico

Jesús Rojas Rivera
27 diciembre 2019

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jesusrojasriver@gmail.com

 

A unos días de concluir el 2019 valdría la pena hacer un recuento de los principales indicadores económicos que reflejan la penosa situación nacional y estatal. Revisar cosas importantes como el crecimiento económico, la generación de empleos, la productividad, pobreza laboral, los sectores productivos informales, la deuda pública, la desigualdad laboral entre otros.

Me apoyo en la herramienta de “México ¿cómo vamos?”, que es una propuesta ciudadana en donde se aglutina un colectivo de investigadores y expertos en materia económica y políticas públicas de universidades tan reconocidas como la UNAM, el Colegio de México, CIDE, ITESM, así como la Universidad de Harvard, que unen esfuerzos para evaluar las políticas micro y macro económicas, así como el desempeño del gobierno en el cumplimiento de unas de sus funciones elementales.

Lo primero será hablar del “crecimiento económico”, que no es otra cosa más que el incremento en la producción de bienes y servicios en nuestra economía, es decir de todo aquello que se produce en un tiempo de comparación determinado.

En nuestro país y en Sinaloa cerramos sin crecimiento, más bien hubo un decrecimiento, es decir una caída en -0.2 por ciento en México, contrastado a la meta de crecimiento ofrecida que es del 4.5 por ciento anual al que no nos asomamos ni de broma. Pero esta caída en el último trimestre del año, es compartida por el Gobierno del Estado porque nosotros como entidad federativa también caímos en números negativos con un -0.9 por ciento.

En temas del empleo las cosas no pintan mejor, en México se tenía la expectativa en la generación de 100 mil empleos por mes, lo que daría en acumulado al mes de noviembre 1.1 millones de empleos y apenas alcanzamos los 724,000, es decir cerramos el año con 375,000 empleos menos de la necesidad nacional. Mientras que en Sinaloa nos quedamos por debajo con -5,638 del estimado. Es importante medir los datos sobre empleo formal porque son este tipo de contrataciones las que dan a los ciudadanos y los inversionistas, mayor certeza sobre la situación económica y la productividad.

El índice mide a productividad como “los pesos producidos por hora trabajada” y en este rubro también Sinaloa bajó de $155 pesos por hora a $152. Nuestro país la productividad subió apenas un .2 por ciento cuando la meta anual estimada era de 4.8 por ciento. La productividad va más allá de tener mayores volúmenes de producción, sino más bien del empleo eficiente de los recursos y la optimización de los costos para la producir un bien o un servicio.

La deuda pública es aquella que adquirieron en el presente o el pasado los gobiernos para generar obras, servicios o cumplir sus funciones. La deuda pública no es mala por sí, todos los gobiernos trabajan con ella, el tema es como en las economías de las familias evitar el sobreendeudamiento y llevar un ritmo de pagos óptimos y aquí habría que decir que a Sinaloa no le va del todo mal, porque alcanzó a reducir de 1.7 por ciento a 1.5 por ciento su deuda pública. Muchos estados, por el contrario aumentaron la deuda y otros no tienen forma de pagar. En el caso nacional, la deuda pública se fue al 6.5 por ciento que está muy por encima de crecimiento como país. Si gastas más de lo que tienes o te endeudas con lo que no puedes pagar, los resultados nunca son positivos y justo eso le está pasando a nuestro gobierno de la 4T.

Ante los números que reflejan una penosa realidad económica nacional y local, lo mejor que podemos esperar para 2020 es que las cosas mejoren. Se antoja difícil pero no imposible que en el ocaso del gobierno de Quirino el secretario de Desarrollo Económico, Javier Lizárraga se ponga las pilas y mejore estos mediocres números, porque otros en peores circunstancias han dado mejores resultados. En el tema nacional, todavía hay menos esperanzas.

Reciban todos ustedes amables lectores un fuerte abrazo de fin de año, les deseo un 2020 lleno de salud y bienestar. Olvidémonos un poco de lo cotidiano, para disfrutar de lo verdaderamente importante. Luego le seguimos...