Los planes de Trump y de AMLO para recuperar la economía
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Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Finalmente el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, reconoció ante los Diputados de Morena y sin que lo contradijera el Presidente, que las finanzas públicas y la economía nacional están en peores condiciones que en 2019 y que en 2020 se terminaron los “guardaditos” del Gobierno, por lo que en 2021 habrá que ajustarse el cinturón pues no habrá recursos presupuestales; en los primeros siete meses de este año, los ingresos del sector público cayeron 4.7 por ciento, esto es, al nivel de 2015.
Estima el Secretario de Hacienda que el PIB en 2020 tenga una caída de 7.4 por ciento, mientras que el Banco de México estima una caída de entre 8 y 9 por ciento y según Reporte Índigo, la caída estimada del PIB sería de 8.8 por ciento de acuerdo con el sector privado.
Todavía hace algunos días el Secretario de Hacienda declaró que las finanzas públicas estaban “robustas”, tal vez porque contaba con los “guardaditos”, que por cierto, algunos de ellos se gastaron innecesariamente en 2019, sobre todo para financiar a Pemex, recursos que hoy están haciendo falta; parece que el Presidente pensaba que eliminando los fideicomisos se obtendrían recursos, pero los principales fideicomisos son precisamente los que maneja Hacienda y del resto, tienen compromisos que cumplir, como los del Fira y los de Nacional Financiera que garantizan los préstamos de la banca a los agricultores y a las pequeñas y medianas empresas, por lo que no habrá mucho que rescatar.
Como los tiempos estimados de recuperación van desde los optimistas dos años de Banxico, hasta los pesimistas 10 años del sector privado, conviene analizar los planes de recuperación del Gobierno mexicano y evaluarlos comparándolos con los planes de recuperación del Presidente Trump (si gana), en Estados Unidos.
Según la Revista Forbes, el Plan de Trump tiene tres ejes principales:
1. Recuperar empleos: Como consecuencia de la pandemia en Estados Unidos se han perdido alrededor de 10 millones de empleos, con lo que se eliminaron los 6.6 millones que en tres años logró la administración Trump; se pretende para ello una gran inversión pública en infraestructura por alrededor de 2 billones de dólares, recursos que incrementarían el déficit público y por ende la deuda pública, que ya ronda los 20 billones de dólares, es decir, casi un 100 por ciento del PIB nacional.
Pretende también continuar su política antimigratoria, como revocar el derecho a trabajar de los cónyuges de trabajadores con visado H-1B y congelar la emisión de nuevas tarjetas “Green card”.
2. Alargar la Reforma Fiscal pues la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos vence en 2025, que contiene rebajar al ISR del 35 al 21 por ciento, aunque con ello se incremente aún más la deuda pública.
3. Seguir con la política de: Estados Unidos Primero, con sanciones a los países con los que se tiene mayor déficit comercial como China, Japón y Europa; aquí México se salva en parte gracias al TMEC, siempre y cuando se cumpla con las nuevas exigencias de salarios a los trabajadores y el porcentaje de componentes producidos en la zona.
Mientras tanto, el plan que esbozó el Secretario Herrera, contiene tres “amortiguadores”:
1. Impulsar la economía donde se ha tenido mayor impacto social, como los programas sociales del Presidente, que han sido un “colchón” muy importante para la gente. Desde luego, se habla de gasto público para incrementar el consumo, no la producción ni los ingresos públicos.
2. Acelerar los proyectos de infraestructura pública con prioridad en los que ya están listos, aunque no se ve claro con qué recursos y cuáles proyectos; se supone que serían el aeropuerto de Santa Lucía, el tren Maya, la refinería Dos Bocas y el tren transísmico, principalmente.
3. Hacer contratación de personas, adquirir insumos y aprovechar el impulso del TMEC y otros acuerdos comerciales.
Este último punto contiene elementos de apoyo a las PyMES a las que el Gobierno les consumiría productos y en cuanto a contratar personal, será tal vez en las obras mencionadas, porque el Gobierno tiene planes de más bien recortar personal.
La gran diferencia entre estos dos planes es que Trump apoya al sector empresarial, trabajan juntos porque sabe que los empleos no los genera el Gobierno sino las empresas, les rebaja impuestos y las incorpora en los proyectos de infraestructura.
El plan de AMLO para México continúa con el enfrentamiento con empresarios; como que se desea que ellos vayan por su lado y el Gobierno por el suyo, así, no parece que se pueda recuperar pronto el millón de empleos perdidos y la disminución de casi 10 por ciento del PIB en 2020.