Los niños olvidados

Blanka Alfaro
28 abril 2020

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El ver videos de cerditas, pollitos, becerras, borreguitos, corriendo, saltando, indudablemente nos saca una sonrisa a todas, no importa qué edad tengas, qué hora del día sea, son de los videos más populares porque, ¿quién no quiere ver una carita tan dulce, inocente y tierna? Un animal bebé siendo tierno sin el más mínimo esfuerzo.

En las redes hay cientos de páginas sino miles que se dedican a publicar simplemente eso, animales bebés en todo su esplendor, pero la realidad de la mayoría de estos bebés no es la que vemos en estos videos que por lo general son de animales rescatados ya sea por santuarios, refugios o tristemente comprados como mascota por uno que otro despistado que no ha entendido en pleno 2020 que los animales no se compran, se adoptan.
En la industria ganadera la mayoría de los animales son asesinados siendo apenas unos bebés, sí, estos animales que vemos a veces en tiendas o en videos y que les enseñamos a nuestros hijo “mira qué bonito cerdito”, “mira qué bonito pollito, vamos a pagar para que lo toques y te saques una foto”, “qué tierno”, son por lo general los mismos animales que les cocinamos y les damos de comer sin que ellos sepan que son los mismos animales que nacieron queriendo, y hasta a veces tristemente un amigo de su infancia, porque todos los niños y niñas nacemos con empatía natural hacia los animales (salvo sus excepciones que son psicópatas), tan es así que por eso quieren que los niños toquen a los animales, los vean y se tomen fotos, porque las niñas y niños automáticamente quieren abrazarlos, pero somos los adultos quienes empezamos a quitarles esa empatía.
¿Qué pasa cuando una niña pregunta que si lo que se está comiendo es un animal? Porque esto pasa muy seguido, y desafortunadamente son pocas las personas honestas. Ahí empieza la lista de mentiras: “Nombre no son animales”; “sí, pero no les duele”; “ sí, pero esos para eso son, no son como firulais”; “no son animales, ya come”. Y hacemos que crezcan pensando que por alguna razón, aunque estos animales tienen la misma capacidad para sentir dolor que los perros y gatos que conviven con ellos, no sienten dolor y “son para eso”.
Como si decir que son para eso -o sea comerse- automáticamente haga que no les duela que los maten. Y entonces crecemos defendiendo la idea de que no son animales que merecen vivir, y un ejemplo de adultos pueden ser la cantidad de personas que van a reaccionar a esta columna defendiendo el que comen carne, eso es resultado de que crecen en un ambiente que nos quitó la empatía hacia ellos.
Todos estos animales son unos bebés, las cerditas que matan para carne tienen solo siete meses y tienen la misma inteligencia que una niña de cuatro años, los becerros tienen horas de nacidos cuando son mandados al matadero para que sean carne “tiernita”, los pollitos que le sobran a la industria del huevo porque no ponen huevos son triturados o asfixiados a los días de vida, los pollos criados para su carne aunque parecen pollos enormes, son unos pobres Frankensteins que tienen 42 días de nacidos, pero se ven tan grandes porque hacen que sus órganos crezcan mucho a un tiempo muy corto y colapsan por dentro.
Todos ellos son bebés.
Feliz día del niño y niña a todas ellas que son empáticos por naturaleza, realmente les deseo que sus adultos no les quiten la empatía hacia otros, que la empatía es una de las cualidades que más nos hacen falta hoy en día, tan solo vean a la gente comprar papel de baño y cerveza.

 

@blankapola
Sinembargo.MX