Los mapas
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Dora, la exploradora, serie de televisión infantil, se popularizó rápidamente. Entre los instrumentos que la niña utiliza se encuentra un mapa: “Si a un lugar quieren llegar a mí deben consultar, soy el mapa, yo los puedo ayudar a los sitios encontrar. ¿Quién soy yo? quien te ayuda a decir esto queda por aquí”.
La palabra “mappa” significa el plano de una finca. Sin embargo, en un principio se refería a un pañuelo, servilleta o mantel con que se daba la partida en una carrera; posteriormente, a un lienzo en el que se dibujaba un terreno o propiedad, hasta representar todo el mundo. Hoy se habla de mapa mental, genético, cerebral, astronómico.
No obstante, debe quedar claro que el mapa no es el territorio. Es decir, no traduce fielmente la realidad, pero es indispensable para ubicarse, orientarse y tomar decisiones ponderadas.
Anthony de Mello narró un cuento sobre un explorador que regresó del Amazonas y sus amigos estaban ansiosos por escuchar su experiencia. “Pero, ¿cómo podía él expresar con palabras la sensación que había inundado su corazón cuando contempló aquellas flores de sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que sintió en su corazón cuando se dio cuenta del peligro de las fieras o cuando conducía su canoa por las inciertas aguas del río?”
Por eso, les dijo que fueran a experimentarlo personalmente. Empero, les hizo un mapa para orientarlos. “Ellos tomaron el mapa... e hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenía una copia se consideraba un experto en el Amazonas, pues, ¿no conocía acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había rápidos y dónde se hallaban las cascadas?”.
¿Conozco la realidad? ¿Vivo solamente de mapas?